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Escribo este artículo en memoria de Pingus, nuestra fiel mascota que nos acompañó durante muchos viajes hasta que decidió continuar con el suyo en solitario

pingus
Esta es su historia:

Corría el año 2012. Acabábamos de abandonar Las Vegas. Nos esperaba un día complicado y caluroso. Dejábamos esos días de fiesta, de multitud de gente por las calles, de disfrutar de las compras y la civilización, para atravesar parte del estado de Nevada y California, para en un complicado viaje dirigirnos a Mammonth Lake, antesala para descubrir el Parque Nacional de Yosemite. Nada mas salir de Las Vegas hicimos una parada en el camino. Necesitábamos desayunar, repostar y comprar provisiones para el largo camino. En el día de hoy atravesaríamos Death Valley, uno de los lugares más calurosos del planeta y nos haría falta llevar mucha agua, tanto para nosotros como para el coche.

Lo podeis leer aquí: De Las Vegas a Mammonth Lake.
Acabábamos de desayunar, Rubén y Tino se dirigieron a repostar y  mientras, Paula y yo comprábamos agua. Mientras Paula se dirigió a la caja para hacer el pago, yo me quedé mirando fijamente hacia un pequeño (algunos piensan que no tan pequeño) peluche que me miraba con los ojos tristones desde una caja metálica con un gran cartel que ponía «SALDO». Su cara decía «llevadme». Y es que me pareció tan curioso ver un Pingüino en el desierto que me apené, lo cogí en mis brazos y le dije a Rubén: «Se quiere venir».
Y se vino. Y esta fue la primera foto que le saqué, en pleno desierto de Red Rock Canyon:
 
pingus en el desierto Las Vegas
Y desde este momento se convirtió en nuestro compañero de viajes. Nos acompaño allá a donde fuimos y como al principio no mostrábamos fotos de nosotros en los viajes, siempre le poníamos a él. Fue uno de los muñecos más fotografiados del mundo.
pingus en alcatraz san francisco
Con nosotros atravesó Death Valley, pasó por Yosemite y llegó a San Francisco, donde protagonizó varios de los momentos estelares de su vida: Uno en la cárcel de Alcatraz, donde fue protagonista de risas y carcajadas al verlo entre rejas. Y otro, cuando paseando por San Francisco nos dió por entrar en una joyería, estaba escogiendo algo para mi. El dependiente se me acerca y me dice: «Mira estos», y señala un par de pendientes de pingüino. Me río a carcajadas, porque me acababa de dar cuenta de que Pingus era demasiado grande y llamaba demasiado la atención. Era evidente que llevábamos un Pingüino en la mochila. Siempre con la cabeza fuera.
Y parece pequeñito pero la verdad es que no lo es tanto. Todo el mundo, cuando lo ve, piensa lo mismo, que no creía que fuese tan grande, y os daréis cuenta al verlo en esta foto junto con Artabria, la jirafa de Deambulando con Artabria.
 
pingus y artabria

Después de este viaje se vino con nosotros a todos. Estuvo en Praga,Viena, Budapest, Bratislava y Salzburgo en aquellas navidades del año 2012.
pingus en machu picchu

Y como se convirtió en un gran viajero no pudo resistirse a ir a Perú, y llegó, claro que llego a Machu Picchu, y al Huayna Picchu, aunque en esos momento tuviera que oír a Rubén acordarse de toda su familia, ya que le echó la culpa de todos sus males en el ascenso al pico. Y la culpa no fue de Pingus, porque ocupar ocupa mucho, pero pesar no pesa nada.

Y continuó viajando y viajando mucho y allí donde nosotros íbamos, Pingus era el primero que se apuntaba y nunca, nunca, se nos olvidaba en casa.Así siguió visitando países como Bélgica y Holanda, o lugares de España como Barcelona, Burgos, Navarra, el País Vasco, Galicia… era un auténtico pingüino viajero.

Este año, cuando preparamos la mochila para ir a Tailandia, Pingus estaba en el número 1 de las cosas a llevar. Y se vino. Y pasó un gran sofocón en Bangkok, no estaba acostumbrado a tanta calor, pero lo soportó como un campeón. Pasamos con él 3 días en Bangkok, nos fuimos a Kanchanaburi, visitamos el Puente sobre el río Kwai y llegó el día final, el día en el que decidió dejarnos.

Última foto de Pingus, en Erawan Tailandia.
Última foto de Pingus, en Erawan Tailandia.

Acabábamos de regresar de Erawan, de visitar las cascadas y el parque Natural. Y no sabemos, como ni porqué, abandonó nuestra mochila y decidió seguir viajando solo. Nació en Las Vegas y decidió quedarse en Kanchanaburi (Tailandia). La pena me embargó. No podía creer que una cosa tan pequeña, un peluche, pudiese despertar en mi tanta pena por su pérdida. Solo me quedó pensar, que había escogido un bonito lugar para quedarse y pasó de ser, un pingüino en mi mochila a ser… 

….Un pingüino en mi memoria.

Te echamos de menos.

pingus ruben y maría
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Callejeando por el Mundo es un blog de viajes propiedad de Viajes Callejeando por el Mundo, agencia con licencia AV-240-AS.

12 Comentarios

  1. Que bonito!! todos seguíamos a Pingus y nos apenó que se quedara en Tailandia. Seguramente estará recorriendo el sudeste asiático! quien sabe…quizás algún día otros viajeros se lo crucen y te manden una foto ^_^

    un abrazo!

  2. Hermoso relato! Mi novio y yo también llevamos un oso mas pequeño que tu pingüino de viaje con nosotros. Y es un compañero de viaje así que entiendo el sentimiento.
    Saludos
    Ana

  3. Pues yo me lo imagino jugando con un niño , haciéndole muy feliz y forjando a un futuro viajero q un día buscando información sobre un nuevo destino encontrara un blog con los comienzos de su mascota viajera 😉

  4. Oooooh :'( Qué historia más tierna. Pero piensa que ha elegido un bonito lugar y que seguramente estará haciendo feliz a algún peque (o no tan peque). Yo entiendo tu pena, a veces nos encariñamos con esas pequeñas cositas y el día que se pierden duele más que si lo hiciera algo de más "valor material".

    Pingu estará orgulloso de tu post en su memoria 🙂 Un saludo viajera!!!

  5. Qué historia tan tierna! Y qué buen destino eligió para empezar su viaje en solitario… Piensa que tal vez, sólo tal vez, lo encontró un niño que ahora le da tanto cariño como pena sientes tú de haberlo perdido.

    Un abrazo!

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