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   El sábado pasado tuvo lugar en Oviedo la clásica cena de Santa Bárbara organizada por el Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste de Asturias y como cada año acudimos. La diferencia con respecto al resto de los años (al menos de los años en los que yo he acudido) fue el cambio de local. En esta ocasión la celebración tuvo lugar en el emblemático hotel La Reconquista y el cambio no fue para bien.

El hotel La Reconquista, actualmente adquirido por la cadena Meliá, es uno de los hoteles clásicos de Asturias, es un hotel cinco estrellas y el hotel donde desde hace muchos años se aloja la familia real durante la celebración de los premios Príncipe de Asturias.
El hotel se encuentra situado en pleno centro de Oviedo, algo que aventajaba con respecto al restaurante utilizado en los últimos años (el Palacio de la Zoreda, un sitio también idílico, sobre todo lo que es el propio palacio, aunque los banquetes grandes se hacen en un local adyacente sin tanto encanto). 
El edificio fue un antiguo hospicio del siglo XVIII y está catalogado como Monumento Nacional y no es para menos. Pasear por los patios tanto interiores como exteriores, con una decoración exquisita y un ambiente difícil de igualar en cualquier otro hotel de la ciudad.
Sin embargo la cena no estuvo acorde con la categoría del hotel y algo así, desde mi punto de vista, no debería ser pasado por alto, y desde luego deberían darle la importancia que se merece. 
En nuestro caso, si bien lo detalles y la decoración estuvieron a la altura, la cena dejó bastante que desear. Empezamos por el aperitivo de bienvenida, que brillaba por su ausencia. Si comparamos con lo que tuvimos otros años en el Palacio de la Zoreda, desde luego, fue inexistente. Podemos pensar que tuvimos la mala suerte de no haber sido atendidos como nos merecíamos o podemos pensar que tuvimos la mala suerte de estar situados en alguna zona por la que los camareros no pasaban frecuentemente, pero nuestra percepción fue la misma que la de muchos de los invitados.
He de decir que, y a los que leéis habitualmente mi blog sabéis que no soy muy crítica con lo que como. Habitualmente me conformo con todo y no suelo hablar más allá de lo que nos cuesta, o una ligera crítica si es buena, sobre los restaurantes en los que comemos, por lo que realmente esto llama más la atención.
Comencemos con el menú:
Como entrante teníamos una ensalada de Pulpo en textura de patata nueva y reducción de gallega. Personalmente no me gustó nada, pero bueno, esto son gustos personales y solo añadiré que el pulpo estaba duro y que eso no puede darse en una cena de este tipo. 
Dejando el entrante aparte, nos vamos hacia el plato de pescado: Merluza de aquí con verduritas y crema de pimiento choricero. Aquí ya me empiezo a preocupar. La merluza no tiene sabor, diría incluso que es congelada y sin sal. Para poder comerla con un poco de satisfacción tengo intentar mojar todos los trocitos en la escasa cantidad de salsa, que no sería tan escasa si la merluza tuviera el sabor que debe tener.
Normalmente yo no como carne de vacuno, más que nada porque no me sienta especialmente bien, pero en este caso me fui a por el siguiente plato para intentar salvar la cena: Solomillo de vacuno con setas de temporada. Aquí ya no me pude contener cuando, intentando cortar el solomillo, tuve que pedirle a Rubén que me pasara su cuchillo a ver si lo conseguía cortar. En este caso el sabor si era muy bueno, pero estaba pasado de cocción y por lo tanto duro como una piedra, no se podía ni masticar. Comenté el tema en la mesa y creo que la percepción era la misma. Estaba incomible. 
Como postre: Coulant de chocolate negro con sorbete de frambuesa. Sin nada que comentar al respecto. Esto si me lo comí con satisfacción.
Quizá pueda parecer que me he pasado con los comentarios pero realmente considero que esto no se puede dar, ni en una cena de este tipo ni, por supuesto en un hotel de cinco estrellas y de la categoría y prestigio de el Hotel La Reconquista. Creo, sinceramente, que esto no les hace ningún bien y que la categoría de este hotel debería de cuidar más lo que pone en la mesa de sus comensales.
Con respecto al resto de la velada, fue una noche magnífica, lo pasamos en grande y disfrutamos de la presencia, por primera vez desde hace mucho, de todos los que debíamos estar, que ya es mucho. 
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8 Comentarios

  1. Nosotros tampoco somos nada raros para la comida, pero cuando no es no es. En este caso veo que la cocina no estuvo a la altura y se agradece que nos cuentes tu opinión con honestidad.

    Saludos

    • Cuando las cosas no son como se espera hay que contarlo. Yo no tengo experiencias excesivamente malas, las que tengo las suelo contar, quizá porque soy bastante conformista pero hay cosas que no pueden ser.
      Un saludo.

  2. No hay nada que me moleste más que me pongan un solomillo duro y como bien dices en un hotel de esta categoría no debería suceder, a ver si la próxima tenéis más suerte y está mejor!!! Un abrazo!!! 😉

    • Esperemos, como esperemos también que el año que viene la cena no se realice en el mismo sitio porque lo que yo puse en el artículo es algo que era común en todas las opiniones.

      Un saludo.

  3. Menos mal que al menos el postre estaba bueno… pero es una pena que un sitio como ese ponga esos platos tan insulsos el pescado o duros como el solomillo.

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