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Día 11
Diario Londres en 11 días

El regreso a casa. Despedida de Londres

Hoy es la vuelta a casa. Con tristeza abandonamos la casa de Fernando y nos vamos al metro. De ahí al tren y rumbo a Stansted. La vuelta tiene poco que contar si no fuera por lo que me esperaba al pasar por el scaner. Espero pacientemente en la cola, acordandome del último cabreo que había cogido en mi anterior paso por Stansted hacia pocos meses atrás. Y en eso estaba, acordándome de toda la familia del guarda de seguridad cuando llegó mi turno. Coloco la maleta en la cinta, y el impermeable y las botas y paso por el arco del scanner y …piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….. vamos que esto solo me pasa en este aeropuerto. Pues nada, espero a que me registren, por arriba, por abajo… hasta que deciden que no soy delincuente, pero…. mi maleta se desvía de su recorrido ¿y ahora que pasa? Se me acerca una chica y me dice que llevo líquidos en la maleta, yo pongo los ojos como platos y sin saber de que me hablaba se lo niego rotundamente. Esto no  le debió de gustar mucho porque me mira con cara de…»tu a mi no me la das» vamos como si realmente fuera a introducir una bomba en el avión, así que me dice que va a abrir la maleta… y yo… «abre, abre…, si es que no llevo nada» y claro, se pone a abrir, a sacar todas y cada una de las cosas que llevaba en la maleta, mi cabreo empezaba ya a llegar a un nivel bastante alto y sobre todo cuando da con la cámara de fotos y los objetivos… entonces me mira y me pone cara de… ufff, esto rompe… y yo le pongo más cara de «como no tengas cuidado te la cargas, maja», sigue sacando y sacando, y todas mis pertenencias ahí, a la vista de todo el mundo, hasta que … aja!!!! aqui esta!!!! y ahora si que me mira como si fuera una delincuente. 

Estás leyendo uno de los primeros diarios escritos en este blog. Eso quiere decir que ni la calidad del texto, ni la de las fotos, tiene que ver con lo que hacemos actualmente. Esperamos que seas comprensivo.

El caso es que lo que había en la maleta era mi bolita, la water globe recuerdo de Londres. La mira, la vuelve a mirar, le mira el precio que todavía llevaba por debajo, la vuelve a poner en pie, le pasa un detector de sabe Dios qué, no se decide, vuelve a mirar el precio, llama a una compañera, no me lo puedo creer, miro Rubén, miro a la señora, llega la compañera y…. menos mal que no lo vi. Directamente la lanza contra la basura y parte en mil pedazos!! No me lo podía creer!! Aun hoy no me lo puedo creer. Y todavía no contenta con eso, me pasa el detector de sustancias químicas por toda la maleta. Y ale!!! a guardar todo en la maleta!!! 
No me lo podía creer, pero vamos a ver, ¿no ven que es un suvenir? ¿pero que c…j… les pasa a estos ingleses? otras veces me he traído otras cosas de otros países que podían dar lugar a bastante más confusión y nunca pasó nada. Me daban ganas de llorar de impotencia. Me quedé con una cara que no puedo ni explicar. 
Fijaros cual fue mi reacción que Rubén no lo dudó y entró en la primera tienda de suvernirs que encontró en Stansted y me compró una mucho más grande y más bonita. Pero mi indignación sigue ahí.
Uf, que mal, todavía me pongo negra cada vez que lo pienso.
No hay mucho más que contar y como conclusiones solo diré que Londres me gustó, pero quizá no lo suficiente como para volver repetidas veces. Lo único que tiene bueno es la cercanía y la buena comunicación que tenemos desde aquí, pero por lo demás, como ciudad… sigo quedándome y añorando mi soñada Nueva York.  
Y hablando de Nueva York, recuerdo cuando mi hermano volvía de su viaje a Londres hace ya unos años y siempre me acuerdo de sus palabras: «Es muy bonito, pero… ¿cuándo volvemos a Nueva York?
Entiendo que es algo que no se puede comparar así que me quedaré con que Oxford me ha encantado. Quizá también me lo esperaba de otra manera, mucho más monumental, mucho más igual (similar a la zona centro de Toledo, no se si me entendéis, todo más de piedra e igualado) pero aún así me ha encantado.
 
Y Londres también, no nos llevemos a error. Me ha gustado mucho. Tiene mucho que ver y desde luego merece la pena ir, y debemos ir al menos una vez en la vida.
 
Y en cuanto a Stonehenge me ha sorprendido gratamente y si no fuera por el frío que pasé que casi me congelo diría que fue la mayor sorpresa del viaje. 
 
Y como detalle más destacable y sorprendente me quedo con el maravilloso regalo de Rubén… El Rey León, que se lo recomiendo a todo el mundo incluso aunque no se entienda nada de inglés.
THE END.
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3 Comentarios

  1. GRACIAS A TI CARIÑO POR PREPARAR ESTE MARAVILLOSO VIAJE…VOLVEREMOS, ESTOY SEGURO..PERO QUIZA DENTRO DE BASTANTE! ME QUEDO CON LOS PASEOS…LAS FOTOS BONITAS…LAS RISAS..LAS ANECDOTAS..Y EL PASAR TODO ESE TIEMPO CONTIGO!MIL BESOS CARIÑO! MUAC!

  2. Muchas gracias por compartir tus experiencias, me he leído todo el diario y me será de ayuda, sobre todo para conocer cosas que no vi en mi primer viaje a Londres.. saludos!

    • Me alegra que te sea de utilidad y espero que disfrutes mucho de tu segundo viaje a Londres. Londres siempre se merece repetir.Yo estoy deseando hacerlo.

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