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Día 17
Diario Perú en 18 días
Nos despertamos a las 3 de la mañana. No sabíamos si debíamos prepararnos o no para la excursión a la Collpa de los Loros. Me asomé a la puerta. No se veía nada, pero el agua seguía cayendo, ahora mismo no era muy intensa pero no tenía pinta de ir a parar. ¿Qué hacíamos? ¿Nos levantábamos a esta intempestiva hora o volvía a la cama?
 
Se levanta Rubén, intenta mirar y volver a mirar. No sabemos qué hacer.
 
A las 3:30 aparece nuestro guía y nos comunica que habían pesado en hacer la excursión porque hacía una hora que parecía que había parado pero que visto lo visto debíamos anular la salida. Yo no veía nada pero estaba oyendo como el agua caía sobre la choza y desde luego parecía que el mundo se venía abajo. Volvimos a la cama y seguimos durmiendo hasta las 7 que fuimos a desayunar.
 
lloviendo en puerto maldonado peru
Después de esto emprendemos el regreso hacia Puerto Maldonado donde nos despedimos de Rosa y Familia y de Fernando y Juan Diego. Era hora de regresar a casa. Bueno, Rosa no, que tenía la gran suerte de seguir ruta hacia Brasil mientras nosotros nos preparábamos para pasar nuestro último día en Lima.
 
Día en la que no hicimos gran cosa, la verdad. Teníamos intención de ir a ver el Circuito mágico del agua en el parque de la Reserva, que no es otra cosa que una serie de fuentes con luz y música de estilo peruano muy vistoso. Pero no lo hicimos. Preferimos dejar las maletas en el hotel. En este caso el escogido fue el Miraflores Suits Centro un hotel que para el precio que tiene está de maravilla. De hecho el precio es similar al de la primera noche que pasamos en Lima y desde luego la calidad es muchísimo mejor. Lo único que está un poco alejado del centro de Miraflores, o es que me lo pareció a mí ya que las fuerzas estaban bajo mínimo.

Podéis leer referencias y ver precios del hotel Miraflores Suits Centro, aquí:http://goo.gl/MYrWHd )
 
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Nos fuimos en dirección al restaurante de Gastón, uno de los mejores restaurantes de  Lima, con intención de despedirnos como reyes cenando aquí, pero nos daban mesa para las 11 y nos parecía muy tarde. Así que cambiamos la opción sobre la marcha y si no podíamos ir a Astrid y Gaston iríamos a otro del mismo propietario, La Panchita.
 
Donde sí nos dieron mesa para cenar.
 
Dimos un largo paseo por los alrededores de la plaza de Miraflores, hicimos las últimas compras y degustamos una suculenta comida de calidad en La Panchita. Aquí probé por primera, y última vez, el Cuy. Llevaba todo el viaje pensando, “me como un conejillo de indias  o no me lo como” y fue aquí donde me planteé “si no lo como aquí no lo haré en ningún otro sitio”, así que me comí el conejillo, eso si, les pedí que por favor me lo sirvieran sin cabeza. No sé si fue por esto, por la aprensión que me entró pensando en lo que me estaba comiendo, que acabé la cena con revoltura de estómago, pero eso si lo disfruté muchísimo aunque también creo que tenía que haberlo comido en un restaurante donde no estuviera mal visto comerlo con las manos. Porque esos huesecillos tan pequeños y con la poca carne que tiene, la verdad que con el cuchillo y el tenedor me dio que comer.
La cena no fue barata precisamente,pero la calidad y el sitio lo merecen.
cena la panchita lima peru
cenando en la panchita cuy lima peru
Cenamos: 2 zumos de maracuyá, riquísimos a más no poder, dos chicha morada, que nada tenía que ver con la que tomamos en Nazca, tenía mucho más sabor y estaba mucho más rica, un trio de tamales para compartir, un agachadito para Rubén y mi cuy. Total: 183 s/. que visto así parece una barbaridad pero que al hacer la conversión a euros son unos 55 euros.
 
Regresamos a pie al hotel, preparamos y ajustamos las maletas y nos fuimos a dormir, que a las 7 de la mañana pasaría el taxi a recogernos.
Todavía quedaba una aventura más que pasar en Perú, pero eso sería al día siguiente.
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10 Comentarios

    • Pues MC, no lo he puesto porque no se exactamente como describirlo. No sabe a nada que haya probado nunca. Es un sabor extraño, pero teniendo en cuenta que al final comes poquito a poco el gusto … es bueno, aunque ya te digo, que si se llega a comer en las cantidades de un conejo normal posiblemente llegara a cansar. Es un sabor más fuerte, pero a mi, ni fu ni fa, más la revoltura que me dejó, supongo que por estar pensando que me estaba comiendo a este animalillo tan mono.

      Saludos.

    • La verdad que da un poco de yuyu, si, pero me dije, o ahora o nunca, y como llevaba todo el viaje pensandomelo al final me decidí, no me arrepiento la verdad, pero creo que si que lo comí con pena por eso no me sentó del todo bien.

    • Hola Noelia, pues no, no me lo han pedido. Según Sanidad Exterior es poco probable que te la pidan si accedes a la selva desde el mismo Perú, o si ven que tu pasaporte es Español, pero cuando si que te lo pueden pedir es si accedes desde otro país sudamericano.

  1. como puedes opinar del circuito de aguas si no has ido? Te dire que es bonito y divertido y si tienen música y hologramas de baile que son hechas por el agua. Eso se aprecia en la noche y la entrada es bien barata.
    En concerniente a tu aventura de las motos deberias estar agradecida, tanto por la ayuda de que otros te cargaron el muerto ósea tu maleta sin ruedas y que la policia te escolto. Cosa que yo te hubiera dejado ir a pie y subir a Ruben que al parecer es una persona que vive el momento. Y para terminar ese tipo de experiencias son lindas de contar a los amigos.

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