Hoi An, la esencia de Vietnam

Hoi An, situada en el centro del país, es uno de los sitios de visita obligada en cualquier viaje por Vietnam. Por su situación estratégica, entre el norte y el sur, por su «cercanía» con vuelos directos y cada poco desde Hanoi (a menudo más baratos que hacer el trayecto en 12 horas de autobús), por la tranquilidad de sus calles y por la cercanía a las playas, y por la facilidad para enlazar vuelos desde la cercana Da Nang con otros puntos del país e incluso con otros países, hace que nadie pueda escapar a visitar esta ciudad aunque el viaje al país sea de pocos días.

Cuando organizamos el viaje tenía claro que en Hoi An pasaríamos varios días. No tenía muy claros cuantos, pero sabía que quería utilizar Hoi An como un lugar de paz y de relax. Es por ello que escogimos un hotel que tuviese lo que íbamos buscando en la ciudad, esa paz y esa tranquilidad, que tuviese una buena piscina y una calidad alta. Y lo recomendaríamos 1000 veces, por que Hoi An Emotion Villa tenía todo lo que buscábamos en la ciudad. Además de dejarnos bicicletas para movernos, tanto hacia el centro (el hotel está a 2 kilómetros del centro de la ciudad) como para ir hasta las cercanas playas, algo que tenía pensado hacer si no fuese porque el tiempo no nos acompañó. (Podéis leer más sobre los hoteles en Vietnam, con reseñas incluidas, en Mis hoteles de Vietnam y Camboya)

El día anterior habíamos hecho el trayecto desde Hue a Hoi An por el paso de las nubes y lo que era un trayecto en el que íbamos a invertir todo el día, dado que las condiciones meteorológicas no acompañaban, decidimos ir hacia Hoi An antes de lo previsto, lo que nos permitió ya dar un primer largo paseo por las calles de la ciudad  y nos permitió tener un día completo en Hoi An para disfrutar, para pasear sin plannings, para parar en cada bar que nos gustase y parece mentira, porque pensándolo ahora meses después, que habiendo pasado solo dos días y medio en Hoi An, nos fuimos de allí conociendo a alguno de los propietarios de algún que otro bar,que se despidieron de nosotros como si nos conociesen de hacía años. Así, de esta manera, disfrutamos de todas y cada una de las horas que pasamos en Hoi An.

Algunos datos de Hoi An.

Dicen de Hoi An que es una de las ciudades más bonitas de Vietnam, y es por ello, por su casco antiguo, por lo que fue declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad. También es la ciudad más turística del país, así que quizá pueda decepcionar en parte por la multitud de personas que pasean por sus históricas calles, no obstante, el quedarte a dormir unas noches en esta ciudad hace que puedas pasear, a primera hora de la mañana, sin prácticamente turistas por la calle.

Lo mejor que se puede hacer en Hoi An es pasear por su casco histórico, conocido como The Ancient Town y os puedo asegurar que no hay nada mejor que esto. Pasear, observar, sentarte y contemplar, entrar en las tiendas, hacer compras, mirar los edificios y sorprenderte al ver las secuelas del paso del tiempo que hay en ellos.
Hoi An fue un importante puerto comercial en Asia, lo que dio lugar al establecimiento de comunidades chinas y japonesas que se ha visto reflejado en la arquitectura de la zona histórica de de la ciudad. El que se conserve en tan buen estado se debe a que durante la guerra, la mayor parte las batallas tuvieron lugar en la vecina ciudad de Hue, y permitieron que Hoi An se conserve en tan buen estado.

El centro histórico está cerrado al tráfico, solo pueden acceder bicicletas y a partir de las 3 de la tarde es enteramente peatonal, lo que lo hace ideal para pasear. Y volvemos a lo mismo, lo mejor que se puede hacer en la ciudad es pasear.
Los principales atractivos turísticos de Hue son: el Puente Cubierto Japonés, Las Casas – Museos Phung Hung, Tan Ky, Quan Thang, el Museo de la Cerámica, Sala de Asamblea de Phuc Kien y la Sala de Asambleas Cantonesa o Templo Quan Dong.
Para visitar el puente japonés hay una entrada conjunta: 120.000 VND (unos 5$, Los tickets se cogen al entrar al puente) y con ella tienes derecho a visitar 5 lugares del casco antiguo.

Una mañana de paseos por el centro de Hoi An.

El día amaneció lloviendo. No es que lloviese intensamente pero las calles estaban totalmente mojadas y de vez en cuanto caian 4 gotas. Esto no nos impidió pasear por la ciudad ni disfrutarla, porque el no tener nada exactamente que hacer, ni ningún sitio al que ir, más que caminar y pasear y disfrutar, hizo que no nos importase para nada que el tiempo no fuese el mejor.

Teníamos el desayuno incluido en el hotel, como en todos los hoteles de Vietnam, así que después de reunirnos con Tino y Paula en el desayuno, salimos a recorrer la ciudad, una ciudad que a esas horas estaba desierta de turistas, que no así de locales.

Primero pasamos y paseamos por el mercado. Es algo que me encanta hacer en los destinos que visitamos. Un paseo por el mercado a primera hora de la mañana, viendo que venden y que compran los lugareños, es algo imprescindible en ciudades como estas. Aquí podrás ver productos que quizá ni sepas que son, pero se disfruta mucho de los locales, que viendo una cara no común, se ponen a dialogar, a intentar venderte algo que ni siquiera necesitas y donde surgen situaciones, que desde luego, hacen que te rías un buen rato (y ellos también).

Desde nuestro hotel en Hoi An, el Hoi An Emotion Villa, hasta el centro de la ciudad, pasábamos por este mercado y cada vez que pasamos nos dejó imágenes para el recuerdo y sobre todo momentos únicos.

Al lado del mercado comienza el centro de Hoi An, la parte más antigua, que básicamente está formada por 3 calles, pintadas de amarillo y en la que se perciben el paso del tiempo.

En una de esas calles hay una tienda de fotografía, más bien una tienda de fotos. Nos acercamos a mirar y su dueña nos invitó a pasar. Allí nos contó historias muy interesantes, una de ellas muy reciente. Hacía poco menos de un mes, Hoi An había sufrido unas grandes inundaciones, que nos dejaron pendientes del estado de sus calles durante semanas, intentando que la lluvia cesase antes de llegar. La señora de la tienda nos mostró las secuelas de estas inundaciones, ya que en las paredes todavía se notaba la señal de a donde había llegado el nivel del agua (por encima de nuestras cabezas) y no nos lo podíamos creer. En su caso, las fotografías y el resto de las cosas de la tienda tuvieron que trasladarlo al piso de arriba, pero la situación no les vino del todo mal, ya que habían podido sacar fotos realmente alucinantes.

A estas horas de la mañana, además, se paseaba con muchísima tranquilidad por Hoi An, algo que contrastaba profundamente con la situación que habíamos vivido el día anterior. Aprovechamos para parar a tomar un café, contemplando el ir y venir de la gente, donde a esa hora la ciudad empezaba a despertar.

Empezaban a verse los primeros turistas y aprovechamos para dar un paseo por las tres calles principales de Hoi An, sacando fotos, muchas fotos, porque si hay algo que destaca de la ciudad es por lo fotogénica que es, tanto en lo que es la ciudad antigua, como en la parte que mira al río Thu Bon y sin olvidarnos de la otra parte del río, a donde llegamos tras cruzar un bonito puente.

Hoi An, la ciudad de las compras.

No hay que olvidarse de que Hoi An es una ciudad perfecta para hacer tus compras. En Hoi An se produce la mayoría de los vestidos y ropa que puedes ver en las tiendas, así que si tu intención es hacerte un traje en Vietnam, este es tu sitio. Nosotros aprovechamos para comprar y entre las cosas que nos compramos está un vestido típico vietnamita, que me encantó nada más que puse un pie en el pais, y una mochila.

Es muy interesante pasar por las tiendas, entrar en cada una de ellas, dialogar con los tenderos y esperar a ver que te cuentan de sus productos, la mayoría de ellos solo de exposición porque si te quieres comprar, por ejemplo unos zapatos, te los harán a la medida de tu pie y no tendrás que llevarte los que tienen de exposición.

Después de varios paseos decidimos volver al hotel, y no sabemos porqué decidimos comer en las cercanías, justo en frente, en un restaurante del que no teníamos referencias.

Por la tarde, ya después de la comilona, nos relajamos en la piscina del hotel, que pese a no hacer buen tiempo, agradecimos después de una mañana de paseos, incluso hubo quien se atrevió a darse un baño. El tiempo no acompañaba y no es que hiciese frío pero tampoco apetecía mucho ponerse en bañador. En la piscina solo estábamos nosotros y así, aprovechamos la hora feliz para pedirnos unos cócteles, que disfrutamos en aquel ambiente de tranquilidad.

Una tarde entre el bullicio.

Por la tarde salimos de nuevo a pasear por la ciudad, con intención de dar un paseo en barco al atardecer por el río Thu Bon. Me puse mis grandes galas, es decir, el vestido típico de Vietnam que me había comprado y, creo que no fue una gran idea.

A esta hora de la tarde Hoi An bullía, había cientos y cientos de personas paseando por las calles, y el ver a una occidental pasear vestida con el traje típico de gala, en un color tan llamativo hizo que les llamase mucho la atención y que me llegase a sentir agobiada con tanto acoso fotográfico. En fin… no lo volveré a hacer más.

Cuando hacia las 3 de la tarde cierran las calles al paso de bicicletas se siente un gran alivio, la verdad, porque unas calles tan llenas de gente y donde tienes que abrir bien los ojos para que las biciciletas no te acaben arrollando, llega a ser un auténtico agobio.

Nuestra tarde siguió transcurriendo igual que la mañana, llena de paseos, de visita a tiendas y de escoger un sitio donde cenar.

Finalmente, cenamos en un pequeño local al lado del río y resultó que todo estaba muy bueno.

Así, terminó nuestro día en Hoi An, entre paseos nocturnos y poco más, o más bien, poco menos, porque la verdad es que pese a no  hacer gran cosa turísticamente hablando, el día dio para mucho, sobre todo para los paseos con tranquilidad que es lo que más se agradece en viajes así, en los que vas cambiando de un sitio a otro y de vez en cuando parar viene más que bien. Además, por la noche, es cuando Hoi An reluce aún más, con todos esos farolillos alumbrando las calles, con ese ambiente de cafés, coctelerías, restaurantes con encanto… una ciudad que invita a tomártelo de forma tranquila.

Nos fuimos a acostar, no muy temprano la verdad, y eso que teníamos que madrugar, porque queríamos dar un paseo por la ciudad antes de irnos My Son. Habíamos contratado en un local cercano a nuestro hotel a un taxi que nos llevase al día siguiente a My Son y esperase a que terminásemos la visita. Quedamos con él a las 10 de la mañana así que teníamos tiempo para dar un paseo por Hoi An antes de salir, y así evitar las aglomeraciones de gente que se producen por las tardes.

Gastos del día por persona:

• Café en Mia Coffee: 28750 vnd. (1.07 euros)
• Snacks: 6000 vnd (0.22 euros)
• Comida al lado del hotel: 70.250 vnd (2.63 euros)
• Cocteles en el hotel: 49500 vnd (1.85 euros)
• Cafés y cocteles en Passion fuite: 42500 vnd (1.59 euros)
• Cena en la zona de Riverside: 42500 vnd (1.59 euros)

Gastos total por día y persona: 8.95 euros. 

Si quieres leer el diario completo de viaje: 24 días en Vietnam y los templos de Angkor.