El 2017 comenzó con mucha incertidumbre, sin saber exactamente que aquello que teníamos en mente para él, se iba a hacer posible o no, y termina de un modo muy especial, habiendo realizado un maravilloso viaje por Vietnam, con unos compañeros inmejorables. Hoy os quiero contar todo lo que ha dado de sí este año que termina.
El final de 2016 y el comienzo del 2017.
Terminamos el año 2016 recién llegados de un viaje, inolvidable y de ensueño, de esos que es muy difícil volver a repetir, por Kenia y Tanzania, y con todavía ese buen sabor de boca, despedimos el año en el centro de la diana, y nos fuimos a Madrid, y desde la Puerta del Sol os deseamos un feliz año 2017 que no sabíamos por donde nos iba a salir.
Empezamos el año en Madrid, y lo empezamos con un montón de proyectos viajeros. Terminamos ese año con una ruta planificada por EEUU de 21 días. Tan planificada que lo teníamos todo: vuelos bloqueados, hoteles reservados para los 21 días de viaje, incluso reservas en los parques Nacionales. Esta era una ruta que llevaba y llevo, muchísimo tiempo estudiando. Eran 21 días planificados con mucho detalle, estudiando cada paso y cada día, y era un viaje soñado que, al terminar el 2016 y comenzar el 2017, ya intuimos que no íbamos a poder hacer.
Así, durante el primer mes del 2017, y tras nuestro paso por FITUR, abandonamos el proyecto, y cancelamos todas las reservas. Este, el año 2017 sería un nuevo año, en el que este viaje no se podría realizar. Hoy espero que algún día, lo más cercano posible, retomemos la ruta, el proyecto y que se pueda hacer realidad.
Enero y Febrero. Los meses del cambio.
En Enero regresamos a Madrid para acudir a Fitur. Era mi primer año en este evento, y puedo aseguraros que me vi inmersa en un mar de nuevos destinos por descubrir. Me enamoré de algunos países que no sabía que podían tener tanto potencial y que espero y deseo poder visitar muy pronto ¿quizá en el 2018?
En Febrero llegó el desastre. El día 8 perdí el control del coche en la autopista, a las 8 de la mañana en un día lectivo, en hora punta, al ir a adelantar a una furgoneta (eso lo se hoy, en aquel momento, y con shock, no sabía nada, ni lo que había pasado, ni siquiera como me encontraba). Ese día volví a nacer, porque pese a lo que pudo ser, no fue nada. Mi coche se fue contra el guardarail de la parte izquierda de la calzada y cuando quise intentar controlar el coche, perdí el control, y acabé, colisionando frontalmente contra el guardarail de la parte derecha de la calzada, mientras un camión de grandes dimensiones, que paró a escasos metros, consiguió cruzarse, lo suficiente para protegerme del resto de los coches que circulaban a esa hora. Mi coche acabó parando en mitad de los dos carriles de la autopista protegido por un camión, cuyo chófer vino a mi rescate. A esta persona anónima, que no se quien es, le estaré eternamente agradecida.
Más de 5 kilómetros de retención provoqué en los escasos 20 minutos que mi coche estuvo en la calzada. Todo sucedió muy rápido y al cabo de un rato, me encontraba en una gasolinera esperando a que Rubén viniese a por mi, mientras la grúa se llevaba mi coche el desguace. Ya no serviría para nada más.
Aquel día, y los siguientes, me planteé muchas cosas, muchos cambios en mi vida y puedo decirlos que he cumplido bastantes pocos de los que he dicho, pero uno si, y es disfrutar mucho más de lo que tengo. Hoy mis viajes han cambiado, pero eso os lo cuento más adelante.
Aquel 8 de febrero, mientras me empeñaba en decir que estaba bien, lo cierto es que lo peor vino después. Dolores muy fuertes en el lumbago, casi no me podía mover y así estuve 1 mes, de baja, yendo a rehabilitación cada día, y esperando poder recuperarme lo antes posible. Acudir al fisio cada día durante casi 3 meses ayudó, pero a día de hoy, 11 meses después, sigo teniendo dolores, no cada día, pero sí cuando me excedo en algunas cosas, o cuando no tengo cuidado con cómo me siento o dónde lo hago.
Marzo, un mes horrible y una decisión.
Tras aquel mes de baja, en el que, claro… algo tenía que hacer y en algo tenía que pensar, me hicieron pensar en los viajes de este año, esperando que aquello que me había pasado, no fuese a más y pudiese hacer algún viaje que mereciese la pena. ¿y qué hice? Pues planificar viajes.
En Marzo, cuando me quedaban unos días para incorporarme de nuevo al trabajo, y ya sabiendo que lo iba a llevar mal, decidí que era hora de hacer el primer viaje, que necesitaba descanso pero sobre todo necesitaba sol, alejarme del frío y húmedo invierno de Asturias y así, durante mi mes de baja, planifiqué los dos viajes largos del año: Road Trip por Yucatán en 15 días, y el viaje a Vietnam a final de año, en 23 días.
Durante ese mes reserve los dos vuelos, el de México y el de Vietnam, y reservé todos los hoteles, aunque los de Vietnam cambiaron con el paso de los meses y al final no hubo ni uno solo que coincidiese.
Empecé a trabajar y esa semana fue una de las más duras que pasé durante este año. No conseguía estar sentada más de media hora, no conseguía trabajar, no podía moverme, no podía conducir, … lo pasé, francamente, muy mal. Así que sabía que ese viaje que cuando finalicé la baja, aún no había emitido los billetes, tenía que hacerse sí o sí. Y fue cuando comuniqué en mi empresa que me iba de vacaciones. No podía continuar así.
Abril, un viaje a Yucatan.
Y el 8 de Abril, 2 meses después de aquel fatídico accidente y aún con muchas secuelas, nos fuimos a México. El vuelo se hizo muy duro, lo podéis leer aquí: De Asturias a Cancún con Iberia. Y así emprendimos nuestro Road Trip por Yucatán.
Pero el viaje fue inmejorable. Cambiamos la forma de hacerlos, ya no importaba ver muchas cosas, importaba ver cosas y disfrutar de la gastronomía y de la gente. No fue un viaje que hubiésemos planificado en exceso, no llevaba muchos datos ni muchas cosas que hacer, solo una ruta que seguir y unos hoteles reservados, el resto se iría viendo. Así fue uno de los mejores viajes que hemos hecho, por la tranquilidad, por no mirar ni una sola vez para el reloj, por disfrutar de las cosas sin pensar que debíamos continuar para ver la siguiente. Ya nada importaba, solo disfrutar de cada sitio y no pensar en el siguiente. Así este año los viajes que realizamos fueron así, sin mucha planificación, sin la exigencia de tener que ver o hacer algo en concreto. Nos limitamos a ir a un sitio y disfrutar de él. Y creo que eso se ha notado, sobre todo en nuestras fotos de Instragram.
Fue un viaje para repetir y nos volvimos enamorados del pais, de su gente y de su gastronomía, con lo que no descartamos volver en un plazo corto.
Junio, Galicia y Asturias.
Mayo fue un mes de transición, y de retomar las sesiones de fisioterapia y en Junio nos dedicamos a explorar Galicia y Asturias. Nos fuimos a pasar un fin de semana a Burela (Galicia) con nuestros compañeros de viaje infatigables (TIno y Paula) y allí descubrimos sitios con muchísimo encanto. Los acantilados de Loiba y el conocido como el mejor banco del mundo (por sus vistas, se entiende), pasaron a formar parte de la lista de sitios visitados de nuestra comunidad vecina.
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Y este mismo mes, celebramos mi cumpleaños en un sitio al que siempre es un placer volver: Lastres.
Julio en Madrid.
En Julio regresamos a Madrid. Aprovechamos una escapada que iban a hacer Tino y Paula y nos fuimos con ellos. Vivimos un fin de semana enteramente gastronómico en la capital, que no os contamos en el blog pero si lo hicimos en el programa de radio «La Radio es Mía» en el que un año más, y ya van 3, colaboramos durante el verano en la sección de viajes.
Agosto, Mérida y Huesca.
Agosto fue un mes movido, porque visitamos dos zonas de España muy distantes y en dos fines de semana consecutivos. Muchos kilómetros hechos con mucho gusto.
El primer fin de semana del mes nos fuimos al pueblo de la madre de Rubén. Llevamos dos años visitando Badajoz y esta vez decidimos escaparnos un día a Mérida y realmente la visita mereció mucho la pena. Nos hubiese gustado acudir a alguna de las obras de teatro que se celebran pero nos fue imposible quedarnos hasta tan tarde. Quizá para la próxima.
Una semana después, durante el puente de Agosto, emprendimos ruta hacia Huesca. Este fue un viaje también muy poco planificado y que salió por casualidad. Me empeñe en que Rubén celebrase su cumpleaños en un sitio bonito y solo busqué hoteles, hasta que encontré uno, con mucho encanto, en Huesca. Muchos kilómetros hasta allí pero realmente mereció mucho la pena. Nos alojamos en El Hotel Boutique Maribel, en Alquezar, que nos encontramos en plenas fiestas. Fue una escapada ideal, y que os recomiendo totalmente. Visitar pueblos como Ainsa, o pasar por los Mallos de Riglos, o visitar la estación de Canfranc fueron algunos de los sitios que nos robaron el corazón, pero si algo nos trajimos de allí, fue conocer en persona a una gran viajera y desde hace mucho tiempo una amiga virtual a la que por fin le pudimos poner cara, Mónica de Notas en Mi libreta viajera.
Septiembre y Octubre, empezando algo nuevo.
En Septiembre y Octubre no hicimos ningún tipo de escapada, teníamos que ahorrar. Se nos ocurrió la brillante idea de reservar un viaje a Japón para el año 2018. Puesto que iremos en Hanami, es decir, durante la floración del cerezo, era primordial empezar a reservar cuanto antes, ya que no solo los precios se ponen por las nubes, sino que, nuestra experiencia con la agencia de los últimos años nos dice que el alojamiento en Japón, y sobre todo en Kioto, durante estas fechas se agota. Si, si, como leéis, se reserva todo y llega un momento en el que no hay nada que puedas reservar. Así que mejor hacerlo con tiempo. Nos pasamos estos dos meses elaborando una posible ruta y reservando alojamiento y como se prevé que el viaje no va a ser barato, mejor intentar ahorrar para no tener que pensar en el dinero una vez nos pongamos en marcha. Así que ya veis… ¡primer viaje del año 2018, reservado y casi listo! Nos falta emitir los billetes, que será en estos días.
Noviembre y Diciembre, el gran viaje.
Y el viajazo del año llegó a finales de Noviembre. El día 24 salíamos en dirección a Madrid donde pasaríamos nuestra primera noche. Esta vez nos volvían a acompañar Tino y Paula. Pasamos 24 días, días de vuelo incluidos, en una país que me sorprendió muchísimo, quizá porque mis expectativas no eran muy altas, quizás porque hay muy malos comentarios en determinados blogs hacia el comportamiento de los vietnamitas… no se porqué pero la verdad es que vinimos encantados y enamorados de un país que nos recibió con los brazos abiertos y que nos ofreció mucho más de lo que nosotros esperábamos. Un país que nos enseñó muchas cosas y donde conocimos a personas como Cha, una muchachita de etnia Black Hmong, con la que pasamos un día inolvidable.
Y por otro lado nuestra visita a los templos de Angkor, que si sabíamos que nos iba a gustar, lo que nos encontramos allí fue algo inimaginable. Pasamos tres días de visitas que no se pueden describir en una sola frase, pero que os empezaré a contar muy pronto. En Camboya además, comimos muy bien, y nos encontramos con un pueblo encantador. Si en Vietnam notamos que de mano, y no de forma general, la gente podía ser un poco más fría, en Camboya todo lo contrario. La gente es tan sumamente amable y dispuesta a ayudarte que la verdad es que decidimos que volveríamos para visitar este país con más profundidad.
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Y así, llegó el final del año. Un año que nos ha llenado de satisfacciones. Nuestra pequeña empresa sigue creciendo y haciendo felices a muchas personas que se animan a dejar en nuestras manos sus viajes, o simplemente que deciden perder el miedo a decir «hemos reservado nuestros hoteles y vuelos con una agencia», porque cada vez parece más que esta frase es tabú, y que si eres un buen viajero esta frase debe estar excluida de tu vocabulario, cuando realmente no se entiende muy bien el porqué. Pues como agencia hemos tenido la suerte de ayudar a grandes viajeros a reservar sus viajes, a encontrarles mejores precios para viajar y a que disfruten sabiendo que tras esas reservas existe una empresa que cotiza en España y que tiene su seguro a disposición de cualquier cosa que pase.
Y como cada año hago un repaso de las redes sociales, este no va a ser menos.
En Facebook terminábamos el año 2016 con más de 10.100 seguidores y este año hemos conseguido alguno más, llegando a los casi 14.100, 4000 personas más que se han animado a seguir nuestras aventuras por esta red social. No hemos notado mayor subida que el año anterior, pero teniendo en cuenta que cada vez Facebook, quita visibilidad a nuestras páginas, consideramos que no está mal del todo y nos sentimos muy agradecidos por esas 4000 personas que se han decidido a dar «like» en nuestra página y a las 10.000 que ya había y han decidido seguir con nosotros. Muchas gracias a todos. Seguiremos trabajando para llevaros información, para seguir contándoos nuestros viajes y para seguir aportando nuestro granito de arena a este mundo viajero.
En cuanto a Instagram, la red social que más me gusta con diferencia, terminamos el año pasado con 7300 seguidores y acabamos este con 13500, así que poco a poco vamos creciendo.
Solo quisiera desearos un año pleno, lleno de viajes, de aventuras y si no puede ser, pues no pasa nada, porque lo mejor siempre está por llegar. Así que os deseo lo mejor para este año 2018 y que todos vuestros deseos se cumplan, que disfrutéis de vuestro tiempo que es lo mejor que tenemos y lo único que no podemos recuperar.
¡Feliz año 2018!
Viaja con nosotros
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Callejeando por el Mundo es un blog de viajes propiedad de Viajes Callejeando por el Mundo, agencia con licencia AV-240-AS.
3 Comentarios
María, empezasteis el año con mal pie por culpa del accidente, pero lo habéis acabado de la mejor forma posible en Vietnam y Camboya. El futuro viaje a Japón os va a encantar.
Un abrazo y recuerdos a Rubén.
Está claro que el año no empezó bien, pero si tenemos en cuenta todos los viajes que habéis hecho no está nada mal. Tanto México como Vietnam llevan tiempo en mi lista, así que me muero de envidia 😀
Que tengáis un buen año. Un besote para los dos
Jolín, pues no tenía ni idea del percance que habías sufrido. Pero pese a ello no habéis parado este año.
Os deseo lo mejor para el 2018.
Un saludote 😉