Empezamos el día después de haber dormido muy poquitas horas y dispuestos a coger el día con fuerzas. Para eso, lo primero, un buen desayuno.
Lo primero que teníamos que hacer hoy era ir a las Batu Caves. Las Batu Caves son unas cuevas situadas a unos 14 km al norte de Kuala Lumpur. Es el templo hindú más grande fuera de la India. Para llegar allí hay varias opciones. Nosotros escogimos ir en metro. Para ir en metro primero cogimos el monorail hasta la KL Central, desde donde salen los trenes cada media hora más o menos.
Durante la espera en el andén Rubén ya experimentó lo que más le gusta: Hacer amigos, y es que este chico no se calla. Así que nada, entabló conversación con un americano que le contó sus andanzas por la costa oeste de los Estados Unidos, algo que le trae de cabeza. Con él fuimos hasta las Batu Caves, y a la entrada ya nos despedimos de él.
Las Batu Caves, son impresionantes. Es algo que no te puedes perder si vas a Kuala Lumpur. Eso si, con sus 271 escalones, la humedad que había y el calor impresionante… aquello era una locura. No se respiraba. Que calor!!! Menos mal que el tiempo daba nublado y tormentas porque si llega a dar bueno… jaja, no dieron ni una. Un sol espléndido y un calor sofocante fue lo que nos encontramos allí, que junto con la humedad tan alta hacía el ambiente irrespirable.
Pues con mucha paciencia emprendimos el ascenso. Que bonitas son las Batu Caves.
Aquí os dejo una muestra:
Estábamos tan emocionados mirándolo todo que no nos dimos cuenta de la hora que era. Muy muy tarde, así que decidimos regresar a Kuala Lumpur que todavía nos quedaba mucho por ver.
Cogimos de nuevo el tren y regresamos hasta KL Central, aunque teníamos que habernos bajado en la parada anterior, pero bueno, de nuevo al monorail y nos vamos hasta Kuala Lumpur Railway Station. Este es uno de los edificios más singulares desde mi punto de vista de Kuala Lumpur. Solo hace falta verlo para comprenderlo.
A continuación nos vamos hacia Masgid Negara: es la Mezquita Nacional, una edificación moderna, construida en 1965, que brilla tanto como cualquier rascacielo de Kuala Lumpur. La cúpula principal está moldeada con la forma de una estrella de 18 puntas, que representan los 13 estados en los que se divide Malasia y los cinco Pilares del Islam. La sala central de oraciones tiene capacidad para 10.000 fieles, aunque la entrada a esta zona está prohibida a los turistas. La única pega, es que al menos nosotros no encontramos ningún punto desde que se apreciara en todo su esplendor.
Antes de continuar quiero hacer una apreciación y es que Kuala Lumpur está mal indicado. Mal indicadas las salidas y en general faltan indicaciones. Esto hizo que hicieramos más kilómetros de la cuenta. Además de la falta de indicación, la organización de Kuala Lumpur como ciudad es mala. Da la impresión de ser un pueblo al que en algún momento decidieron empezar a construir rascacielos y no contaron con hacerlo de forma organizada con lo que las calles no son rectas y no hay buena comunicación entre unas y otras. Esto unido al calor que hace provoca que llegue un punto en que estás hasta las narices de caminar y buscar por donde acceder a las calles.
Digo esto porque el siguiente punto de nuestro planning era acceder a Tugu Negara. El monumento nacional, que es una escultura de bronce diseñada por un americano, elaborada en Italia y colocada en Kuala Lumpur en el año 66. Es una de las esculturas independientes más grandes del mundo. Pero dada la mala señalización y organización como comentaba antes, no llegamos a verla. Después de caminar y caminar, cuando por fin supimos por donde se accedía ya rondaban las dos de la tarde, el camino era cuesta arriba y llevábamos caminando un buen rato. Decisión importante, ¿subimos? Pues no, no merecía la pena y quedaba mucho todavía por recorrer y a las siete de la tarde ya teníamos que estar en la torre Menara, así que desistimos. En este punto es donde te das cuenta de lo joven que es esta ciudad. Pasas de rascacielos a estar en medio de un bosque (que no un parque, sino plena selva, sin limpiar, lleno de vegetación, vamos, la selva sin más). Emprendemos el camino hacia abajo después de descansar un poquito sentados en un banquito al lado del parque de los pájaros. A estas alturas ya chorreabamos agua, medio deshidratados y en medio de la nada decidimos continuar.
Bajamos hasta darnos de bruces con la plaza de la independencia. Aquí entramos en una tienda a comprar. Había que hidratarse: dos aguas y dos cafés fríos de Nescafé todo por 1,20€ más o menos.
A continuación pasamos hacia Masjid Jamek: La mezquita del Viernes. Se encuentra en la confluencia de los ríos Klang y Gombak y es el lugar en el que desembarcaron los primeros europeos.
Ahora tocaba un poco de compras y de aquí nos vamos al Central Market, pero aguantamos poquito porque el hambre apretaba, así que … tras pasar por el Sri Maha Mariamman Temple Dhevasthanam, nos vamos al barrio chino y de ahí al Mc Donalds, lo que necesitábamos para hacer una comida rápida y volver pronto al Mercado. Nos sorprendió mucho el sabor de la hamburguesa de pollo, con sabor a curry, claro, en estilo malayo total.
Sri Maha Mariamman Temple Dhevasthanam
Por las cuatro comidas, por las que no pudimos pedir menús por escoger bebida sin gas, pagamos menos de 12 euros, incluidos los helados del postre.
Volvemos entonces al mercado… comprar, comprar y comprar detallinos y a tomar un café, que necesitábamos algo que nos levantara el ánimo.
Aprovechamos tambien para hacer esto:
La experiencia es muy recomendable, pero eso si, me reí todo lo que quise y más y me costó mucho acostumbrarme a los mordisquitos de los peces, pero después de la caminata esto nos sentó de maravilla.
Después de este pequeño paréntesis emprendemos el camino hacia la Torre Menara, desde donde queríamos ver el atardecer. Para acceder a la torre atravesamos un bosque o parque, esté ya más civilizado pero ya advertían que había especies peligrosas y venenosas. Pero nada, para arriba. Llegamos a la Torre, sacamos las entradas y para adentro. La torre Menara es una de las torres de telecomunicaciones más altas del mundo, y ofrece unas fantásticas vistas de Kuala Lumpur de 360º. Desde esta torre quizá sea desde donde mejor se aprecian las Torres Petronas.
Esperamos aquí a que anocheciera, y una vez de noche completa, en la que las fotos no salen nada bien porque hay mucha iluminación dentro y refleja en los cristales, nos decidimos a bajar.
Al bajar decidimos pasar por algún centro comercial así que cogimos el monoraíl y nos dirigimos hacia Times Square. Como no teníamos mucho tiempo no nos paramos en él, que desde luego tiene que ser digno de ver. 20 plantas de tiendas y con un parque de atracciones dentro. Nada, nada, nos vamos. En busca del centro comercial de productos de informática, electrónica y demás. No me pude resistir y me compré un objetivo para la cámara. Pasamos mucho tiempo por aquí, más que nada porque como ya he contado la organización como ciudad de KL es un poco escasa y para cruzar la calle nos vimos negros. Entre que los pasos de cebra no los tiene en cuenta nadie, que cuando hay semáforos para pasar el peatón duran un suspiro y tienes que echar a correr y que en muchos sitios no hay por donde cruzar y te toca patear… pues es un poco desesperante.
De ahí nos vamos la zona de Bukit Bintang, con todos los puestos de comida por la calle. Ya estábamos muy cansados y era muy tarde así que nos vamos al hotel. Una ducha muy muy necesaria, reservamos el taxi para el día siguiente y de nuevo a la calle.
A buscar un sitio donde cenar, porque a estas alturas era ya muy tarde y no sabíamos si íbamos a encontrar algo para cenar. Y lo encontramos! Cerca de las Petronas. Pero para cuando acabamos de cenar ya no estaban iluminadas, así que nos vamos a despedirnos de KL con unas cervezas y a dormir, que mañana toca madrugar!.
Nos quedaron muchas, muchísimas cosas por ver en Kuala Lumpur, y es cierto que un día se queda corto para todo lo que puede ofrecer esta ciudad, pero lo único que pretendíamos era ver las Petronas y eso lo conseguimos, así que el resto quedará para un futuro viaje.
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1 Comentario
..las batu caves son algo que merece ser visto sin duda alguna..una de las cosas que me llevo de recuerdo dentro.. son muy muy muy bonitas..impresionantes..la humedad era increíble…a la entrada parecía que llovía..de la condensación..Recuerdo que habia mucho monos por la escaleras..en algunos sitios de las BATU estaba prohibido darles de comer..pero en el resto les daban comida para que no molestaran..hehhe otra cosa que me gusto fue el contraste de los barrios chino e hundú con esos edificios antiguos y los rascacielos..La cuidad está muy pensada como dice Maria para usar transporte publico.de otra forma es bastante caotica..De todas formas es una para da mas que recomendable. Nosotros solo rascamos un poquito..!