Hoy tocaba día de trayectos, aeropuertos y transporte hasta Praga y tocaba madrugar para acabar llegando al hotel sobre las 7 de la tarde. Casi nada.
Nos levantamos a las 4:30 de la mañana y lo primero de todo era llegar hasta Bilbao, lugar desde donde salía el vuelo dirección Frankfurt. Para eso cogemos el coche y nos vamos directos a Bilbao, a la zona de Deusto, con intención de buscar un aparcamiento en zona blanca donde dejar el coche durante los 14 días que estaríamos fuera. Y así hicimos. Después de esto, cogemos el metro y un autobús y por fin llegamos al aeropuerto. Una vez allí facturamos y después de hacer todos los trámites nos fuimos a descansar un rato.
A la una más o menos salimos directos hacia Frankfurt y en el avión ya nos dieron una «merienda» (un perrito y bebida).
Llegamos a Frankfurt y tras una buena caminata para buscar la puerta de embarque del siguiente vuelo, por fin embarcamos dirección Praga. Ni un retraso y todo correcto. Volvimos a «merendar», esta vez un bollo dulce y una bebida y sin casi darnos cuenta llegamos al aeropuerto de Praga de noche cerrada.
Una vez recogidas las maletas nos dirigimos a un puesto de color rojo donde podemos comprar los tickets para el bus y el metro (tanto para nosotros como para las maletas) por 96 coronas checas (32 por nosotros, y 16 por maleta). Se pueden sacar tanto aquí como en cabinas y en el propio autobús (solo que en el autobús no se puede pagar con tarjeta y aquí si).
Saliendo por la puerta y a mano derecha se encuentra la parada del autobús. Allí esperamos hasta que llegó el nuestro, el número 100 que nos lleva hasta el final de linea, parada Zlicin, donde enlazamos con el metro (para lo que sigue sirviendo el billete comprado en el aeropuerto, el de 30 minutos) y a la salida del metro, en la parada Namesti Republiki, me para el de seguridad para pedirme el billete. Hay que decir que en Praga, tanto para entrar en el bus, como en el metro, como en los tranvías no hay control, vamos que entras sin más, pero te pueden pedir el billete en cualquier momento. Y eso es lo que me pasó a mi, que me pararon. Te enseñan la placa, les enseñas los billetes y listo. A la calle.
Ahora tocaba ubicarse, y tras unas vueltas por la plaza por fín conseguimos saber hacia donde estaba el hotel. Y llegamos al Magestic Plaza en el que solo dejamos las maletas y salimos dispuestos a dar una primera vuelta por la ciudad.
Enseguida empezamos a reconocer cosas. Muy cerca del hotel estaba La Torre de la Pólvora, una de las torres más bonitas de Praga y de la que hablaré más adelante.
En nuestro paseo nocturno enseguida llegamos a la plaza Wenceslao y fue donde nos dimos cuenta de que Praga no es tan grande como pensábamos y que íbamos a utilizar muy poco el trasporte público (y ciertamente no lo utilizamos nada).
Dimos un paseo por el mercadillo de la plaza, en el que además había un Belén hecho de madera.
Después de este paseo nos dirigimos hacia la plaza de la ciudad Vieja, donde se encuentra la famosa Torre del Reloj y donde me quedé un largo rato asombrada. La imagen era preciosa, y si unimos a que ya de por si la plaza debe ser muy bonita, con el mercadillo, las luces y el ambiente navideño, hacía que todavía fuera aún más especial.
De todos los mercadillos navideños que hemos visitado en Europa (Tallin, Riga, Vilnius, Budapest, Bratislava, Viena, Salzburgo) desde luego este es el más bonito de todos.
El haber madrugado tanto empezaba a hacer mella en el cuerpo y me dolía bastante la cabeza, así que decidimos cenar el algún sitio cercano al hotel e irnos a dormir, que el día siguiente sería largo e intenso.
Cenamos en Kotleta Restaurant, en la misma calle del hotel. La cena consistió en Sopa de ajo, sopa de verduras, pato con cebolla caramelizada y goulash (un plato típico pero originario de Hungría hecho con carne y muy especiado, con cebolla, pimiento y pimentón). Yo no probé el goulash ya que sabía de mano que no me iba a gustar y a Rubén tampoco le dio más. Así que la cena, excepto por la sopa que estaba muy bueno, lo demás pasable. Esto, más un cóctel y una cerveza fueron 663 coronas que con la propina ascendió todo a unos 29 euros.
A las 21:45 estábamos ya en el hotel, había que descansar que empezaban los madrugones. El despertador sonaría a las 7 de la mañana.
Diario completo de viaje: Praga, Viena, Budapest, Bratislava y Salzburgo.
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12 Comentarios
ya empieza la peli de diciembre… que sigaaa que siga!!!:D mil besos carii..Sé que con toda la vorágine de este mes..es muy difícil conseguir algo de tiempo! así que te animo a que nos sigas contando todo! Mil besotes!!
Difícil no, casi imposible. La verdad es que estoy deseando que llegue el tiempo de la tranquilidad y dejar el estrés y la falta de tiempo atrás. Espero que eso llegue pronto y así pueda ocuparme como se merecen todos mis quehaceres.
Un besito.
uoooooooooooooo ya tenía ganas de leer este viaje jeje.
Praga parece preciosa O.O no había visto fotos nunca, la verdad…Esa torre me ha encantado!! estaré a tenta a ver que nos cuentas de ella ^_^
Pues si no has visto fotos ya verás como te gusta el diario, creo que solo con que veas las fotos ya te va a encantar. La ciudad merece mucho la pena, a mi me ha encantado. Así que espero que aquí sigas.
Un besito, Verónica.
Que bonito es Praga, y en navidad tiene que ser… un sueño no?
un besico
Efectivamente, Mónica, Praga me ha encantado, no pude disfrutarla como se merece pero me ha parecido mágica, y con esa decoración navideña, más aún.
Mira que le tengo ganas a un viaje así, quedo pendiente de tus siguientes relatos porque me van a encantar 🙂
El viaje ha sido una maravilla, desde luego lo repetiría mañana mismo, más que nada a ver si lo disfruto un poquito más que el haberme puesto mala hizo que en determinados momentos quisiera morirme, jeje.
Gracias por leerme.
Qué bonita es Praga !!
Felicidades por el post y las fotos.
Saludos
Gracias Victor, las fotos podrían ser mejores pero tuve un pequeño problema con el trípode así que las que saqué con trípode están regular y las demás son sacadas a pulso. En fin, es lo que hay. Pero los Reyes Magos se han portado bien y me han traido una nueva rótula, a ver que tal con la nueva.
Gracias por el comentario.
Me encanta llegar a una ciudad, sea la hora que sea, y salir a dar una vuelta para tener un primer contacto…
Desde luego que Praga no es "tan grande"… Nosotros no cogimos transporte público en ningún momento, y eso que con el frío que tuvimos, si que apetecía… pero nos gustó verlo todo a pie de calle.
Un abrazo!
A mi tambien, Victor, llegas a una ciudad y sin planning ni nada, sales a tomar contacto es algo que siempre me ha encantado. El primer día es el que más sorprende, el que más se disfruta y el más emocionante porque por fin has llegado.