Porqué Hong Kong es mucho más que la Isla de Hong Kong, hoy nos proponíamos visitar alguna de sus grandes maravillas: el Gran Buda de Lantau, los 10000 Budas de Sha Ting, el coqueto Nan Lian Garden y acabar el día paseando por Kowloon.
Nos levantamos a las 7 de la mañana. A las 8 habíamos quedado con el departamento de Marketing del hotel que se querían disculpar por el error en la reserva, así que, como queríamos salir temprano, y aprovechar para desayunar antes de la visita, nos levantamos, nos duchamos y salimos a desayunar en un Sturbacks cercano. Un muffin, un croasant y dos cafés con leche fueron nuestro desayuno (106 HKD, unos 12 euros),
Como llegar hasta Nong Ping.
El Gran Buda de Lantau.
Cuando te acercas al Gran Buda este también te deja impresionado. Ya en la lejanía, su imponente mole, se hace notar. Resaltando por encima de cualquier otra construcción, el Gran Buda permanece impasible, sentado sobre su flor de Loto en lo alto de una montaña. Con su mirada fija en el horizonte, mientras «sus mujeres» le colman de regalos y ofrendas.
Wisdom Path
Monasterio de Po Lin
En el interior del templo, además del incienso, encontramos tres budas que representan el pasado, el presente y el futuro.
Una vez terminado el paseo por el interior del monasterio, compramos una botella de agua en un Seven Eleven de Ngong Ping Village y bajamos en el teleférico. Aun nos quedaba un buen trayecto hasta nuestra siguiente visita: Los 10.000 budas de Sha Ting.
Nos llevó unos 50 minutos llegar desde la parada de metro de Tung Chung hasta la parada Sha Ting. Una vez en superficie llegar la los 10.000 budas fue muy fácil, ya que aunque no está indicado, solo tuvimos que dirigirnos hacia la salida B y una vez fuera, hay un centro comercial enfrente. Justo por detrás está la entrada hacia el Monasterio.
Monasterio de los 10.000 budas de Sha Ting.
El monasterio de los 10.000 budas de Sha Ting se situa en lo alto de una colina llamada Po Fook. Para subir hasta allí tenemos que sufrir los 400 escalones que separan la entrada del monasterio propiamente dicho. La subida no se hace dura, ya que además la haces vigilado por una sucesión de estatuas de Buda de color dorado, cada uno distinto al anterior. Si no hay 10.000 budas podemos asegurar que el número debe de acercarse bastante.
El lugar llama muchísimo la atención y es, a mi parecer, un lugar distinto y único que no debes perderte en tu visita a Hong Kong. En la cima, más y más budas distintos por todas partes, y dentro de uno de los recintos, cientos de budas pequeñitos decoran las paredes. Un lugar de lo más interesante.
Se construyó en el año 1950 y tardaron 8 años en terminarlo, cosa que no es de extrañar si tuvieron que diseñar los miles de budas que hay en su interior.
Otra cosa a destacar son las vistas que tenemos desde la colina. El contraste entre los cientos de budas, el color verde que los rodea y los edificios de Hong Kong al fondo. Si algo llama mucho la atención de esta ciudad son precisamente, los contrastes.
Nuestra siguiente parada era algo que no me quería perder de Hong Kong: El Nam Lian Garden, del que había visto única y exclusivamente una foto y ya me había maravillado.
Antes de meternos de nuevo al metro compramos algo para no tener que parar a comer, ya que eso nos iba a quitar tiempo y precisamente, tiempo, no teníamos. Entramos en un Seven Eleven y nos aprovisionamos, sin saber, que en el Nam Lian Garden no se puede comer.
Actualizacion: 28/08/2017
Uno de nuestros lectores nos envia un comentario sobre esta vista y nosotros queremos compartirla con todo aquel que llegue a aqui para que lo tenga en cuenta: Eduardo Zurita nos dice: «en aras de enriquecer el contenido y hacer una advertencia les comento que fuimos al monasterio de los míl budas y estaba cerrado (cierran a las cinco pm y llegamos cinco y diez) aún así subimos la escalinata y valió la pena; sin embargo al bajar casi nos muerde una serpiente que topamos, fue una desagradable experiencia y al advertir a una pareja que estaba un poco abajo nos dijeron que hay serpientes en ese lugar y que son muy venenosas. Era una serpiente como de un metro color verde.» Muchisimas gracias Eduardo. |
Tardamos 20 minutos y un trasbordo en llegar a Diamon Hill, la parada de metro más cercana al parque.
Nam Lian Garden
Entrar en estos jardines fue como acceder a un oasis de paz y tranquilidad dentro de Hong Kong. Estos jardines, diseñados para seguir un trayecto circular sin que nada se te pase por alto, son perfectos para desconectar del mundo exterior. Un sin fin de árboles, plantas, jardines, rocas… dispuestas perfectamente siguiendo las reglas del feng shui, donde nada parece fuera de lugar y donde llegas a encontrarte en sintonía con el entorno.
El estanque, los peces de colores, los pabellones, el puente rojo… todo parece encajar.
A la salida del parque se encuentra Chi Lin Nunnery, un complejo con un estanque de loto, jardines y una estructura de madera donde no se ha utilizado ni un solo clavo para su construcción.
Tras esta visita volvimos a coger el metro, parándonos un rato en las escaleras de un centro comercial, a comer lo que llevábamos en el bolso y que no habíamos podido hacer dentro del parque. Estuvimos un rato allí sentados viendo como actúan y se comportan los chicos en Hong Kong, nada nuevo y destacable, pegados al móvil y sin dirigirse prácticamente la palabra.
Nos impresionó también observar lo mismo en el metro:
En nuestro regreso a la zona de Kowloon, nos bajamos en la parada Jordan, con intención de ir caminando por Nathan Road hasta la Avenida de las Estrellas. Hoy creo que nos equivocamos y que nos teníamos que haber bajado dos paradas antes, en Mong Kok, ya que esa zona me gustó mucho más que la que nos toco ver hasta llegar a Tsim Sha Tsui.
El paseo por Nathan Road no nos llamó especialmente la atención. Sí que vimos las típicas luces de neón en chino, pero nada comparable a lo que vimos en nuestro último día en Hong Kong, en la zona de Mong Kok.
La Avenida de las Estrellas.
Llegamos a la Avenida de las Estrellas, un lugar decorado al más puro estilo Hollywood donde no solo te encuentras con las huellas y estrellas de artistas chinos de renombre, si no que algunos de ellos también los puedes ver en forma de estatua, como el caso del más fotografiado y conocido Bruce Lee o la estrella de Jackie Chan.
Tras este paseo nos sentamos en un banco de la avenida donde además encontramos una wifi abierta. Habíamos quedado en cenar esta noche con Fanny, una amiga virtual de Rubén, que hoy conseguirían, después de muchos años manteniendo contacto por internet, verse las caras.
En un principio quería que cenásemos la noche anterior con ella y unos amigos en un local típico hongkonés, pero preferimos no hacerlo por dos razones. Acabábamos de aterrizar en Hong Kong y no creímos oportuno dedicar la misma noche a salir por la ciudad, ya que supusimos que acabaríamos el día muertos, así que preferimos esperar al día siguiente. Por otro lado probar comida típica de Hong Kong el primer día y además en un sitio local tampoco nos pareció lo más oportuno, así que preferimos quedar en el día de hoy.
Conseguimos conexión y le enviamos nuestra ubicación, así que no había pérdida. Debíamos esperar en ese mismo punto, así que allí permanecimos durante un largo rato. Sentados en aquel banco, con el sky line de Hong Kong como telón de fondo, con una brisa cortante que casi nos deja tiesos de frío y con el ir y venir de la gente, fueron pasando los minutos. Al fin, Fanny llegó con su hijo. Tras los primeros besos y grandes abrazos, por fin nos comunica que cenaremos en un local muy cercano, donde además podemos ver el festival de luces que todos los días, a las 8 de la noche, se proyecta en los edificios de Hong Kong. A nosotros esto no nos llamaba nada la atención, por eso le habíamos dicho que no nos importaba perderlo. Aún así, ella insistió en llevarnos al Spasso. El Spasso es un local italiano. Actualmente lo dirige, como no, un italiano con mucho mundo. Italiano de nacimiento, ha pasado largos años en Argentina, después en Barcelona y actualmente dirige este local en Hong Kong.
He de decir, que aunque nos trajo la carta, preferimos que nos aconsejase y sorprendiese y así, cenamos, con buen vino, como debe ser.
Cenamos mucho y bien, y el precio no lo sabemos, pero sabemos que fue caro, carillo, pero lo pagó todo Fanny, a la que le tenemos que agradecer semejante manjar. El restaurante lo recomendamos totalmente, aunque ya digo que económico no es.
Tras agradecerle, y casi enfadarnos con ella, por no dejarnos pagar, seguimos nuestra ruta del día de hoy. Terminaríamos nuestra visita en el Mercado del Temple. Nos despedimos del hijo de Fanny, al que vino a recoger su Babysitter, y nos fuimos directos al metro.
El mercado nocturno del Temple.
El mercado del Temple se encuentra situado en la calle del mismo nombre. Aunque empieza a estar abierto desde las 4 de la tarde, es durante la noche, cuando tiene más auge. Es un sitio totalmente recomendable para ir a pasar las últimas horas del día comprando, no solo en el mercado, si no también en las tiendas adyacentes, que permanecen abiertas mientras lo esté el mercado.
Allí encontrareis ropa, souvenirs, maletas, bolsas… en fin, un poco de todo. Lo que notamos fue que no son tan dados al regateo y que los precios, para el turista, no son precisamente económicos, así que salimos del mercado sin comprar nada.
Eran ya más de las doce de la noche así que nos despedimos de Fanny con un «hasta pronto» ya que la volveríamos a ver en nuestro último día en la ciudad y nos fuimos rápidamente al metro, ya que al día siguiente tocaba madrugar y tocaba un día de traslados hasta nuestro destino final, el paraiso en Filipinas.
Gastos del día:
Desayuno: 6 euros
Total gastos día por persona: 34.32 euros |
Si queréis leer el diario completo del viaje: Hong Kong y Filipinas en 23 días.
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2 Comentarios
Hola! Gracias por sus recomendaciones y comentarios ; en aras de enriquecer el contenido y hacer una advertencia les comento que fuimos al monasterio de los míl budas y estaba cerrado (cierran a las cinco pm y llegamos cinco y diez) aún así subimos la escalinata y valió la pena; sin embargo al bajar casi nos muerde una serpiente que topamos, fue una desagradable experiencia y al advertir a una pareja que estaba un poco abajo nos dijeron que hay serpientes en ese lugar y que son muy venenosas. Era una serpiente como de un metro color verde.
Al revisar otros blogs vimos también foto y vídeo de que han avistado macacos o simios también en la escalinata al templo.
Compartimos esto con el propósito de que quien lo visite tenga cuidado en su recorrido. Saludos!
Muchisimas gracias por tu aportacion, Eduardo, si no te importa lo incluire dentro del post para que el resto de los lectores puedan tener en cuenta tu recomendacion. Esta es la mejor forma de enriquecer la informacion de los blogs. Muchisimas gracias.