Recorriendo el Going To the Sun desde East Glacier hasta West Glacier.
Empezaba nuestro último día en Glacier National Park, y este día lo íbamos a invertir en cruzar todo el parque, por la famosa y conocida carretera Going to the Sun, desde East Glacier, donde estábamos alojados, hasta West Glacier, donde pasaríamos nuestra última noche.
Esta última noche, no solo sería la última noche en Glacier, sino la última que pasaríamos en EEUU ya que podríamos rumbo a Canadá, el destino final y motivo de este viaje.
Era nuestro tercer día en Glacier National Park, aunque en realidad el primero fue solo de medio día. En nuestro primer día, llegábamos desde Calgary, en Canadá, para visitar la parte más al norte de Glacier: Many Glacier. El segundo día, lo invertimos en llegar a Logan Pass por el Going To the Sun, y mientras regresábamos a East Glacier, visitar algunos de los miradores de esta parte del parque, así como para hacer algunos de los trails más fáciles pero más impactantes de esta zona: Hidden Lake desde Logan Pass y Virginia y St Mary Falls.
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El despertar en East Glacier
La noche fue más tranquila que la pasada, al menos no escuché pasar tantas veces el tren y eso que parece que pasaron durante toda la noche. Eso era una buena señal. Aún así seguíamos con jet lag. Me desperté un montón de veces durante la noche pero conseguí aguantar en la cama hasta las 5 y media de la mañana, cuando ya decidí levantarme.
Preparamos los desayunos en la habitación, café y algo de bollería que habíamos comprado en el Walmart y aunque hoy no teníamos intención de madrugar tanto, al final, salimos del hotel a las 6 y media de la mañana.
Había sido nuestra última noche en East Glacier, así que seguimos las instrucciones para hacer el check out. Dejar las llaves dentro y cerrar la puerta. Sin más.
Hicimos encaje de bolillos con todo nuestro equipaje en el gran maletero del coche que teníamos alquilado. Esta vez tocaba además meter la nevera que por fin habíamos conseguido comprar la noche antes en la tienda del pueblo.
Finalmente, con todo empaquetado, pusimos rumbo al Going To The Sun, sin prisas, parando en cada mirador que se nos apeteciese hacer.
Mis mapas de viaje.
Como siempre, elaboro un mapa de viaje en el que pongo todos aquellos puntos que me parecen interesantes y que me ayudan, tanto en la planificación del viaje como, una vez en destino, con la visita a puntos de interés que me llaman la atención. Colocamos también restaurantes y tiendas, que nos viene bien a la hora de seleccionar qué vamos a comer o cenar ese día.
Os lo dejo aquí y recordad que está configurado a capas, por lo que podéis eliminar capas, como la de restaurantes o rutas, y así os quedará un mapa más limpio.
Vistas de Two Medicine Lake y Glacier NP.
En la carretera que va de East Glacier a St Mary, hay varios puntos donde las vistas sobre Two Medicine son impresionantes. Habíamos pasado ya por esta carretera unas cuantas veces en los últimos días pero no habíamos parado en ningún momento. Hoy era el día para hacerlo.
A aquellas horas tan tempranas de la mañana la luz era increíble y nos dejaba unas imágenes en la retina difícil de olvidar y difícil de plasmar en ninguna fotografía.
Entrando en Going To the Sun por St. Mary
La siguiente parada fue en St Mary, en la gasolinera. Teníamos que comprar hielo. Creo que es la primera vez que tenemos que comprar hielo en EEUU y es que lo normal es que todos los hoteles/moteles tengan un surtidor de hielo. No era el caso del nuestro. Es posible que el alojamiento de East Glacier, junto con el de West Glacier, sean de los más caros que hemos pagado en parques nacionales de EEUU, y no había hielo gratis, así que tocó pagarlo. Y pagarlo bien. Una bolsa de hielo, 5 dólares. Casi nada.
Ahora sí, accedimos de nuevo al parque Nacional Glacier por Going To The Sun y pusimos rumbo, directamente a Logan PASS, donde llegamos a las 8 y media de la mañana. El primer tramo de esta carretera, desde St Mary hasta Logan Pass lo habíamos hecho ya el día anterior, así que ya no teníamos que parar en ninguno de los miradores de esta zona. Hoy nos tocaba hacer la parte de Going To the Sun que va desde Logan Pass, el punto más alto de la carretera, hasta la salida Oeste, para llegar a dormir a West Glacier.
El cierre de Logan Pass
Encontramos el paso de carretera cerrado. Un Ranger nos indica que no podemos pasar ya que hay una urgencia médica. No sabemos muy bien qué pasa pero por el momento teníamos que parar.
Hacía un día espectacular en Logan Pass, mucho mejor que el tiempo que habíamos dejado abajo y desde luego mucho mejor que lo que nos había hecho el día anterior cuando hicimos la ruta de Hidden Lake. Y eso que nos podemos quejar que pase a que anunciaban lluvias no nos llovió en ningún momento.
Esperábamos ver alguna cabra de orejas curvas, que habíamos visto el día anterior pero no le sacamos ninguna foto. Esta zona suele ser su zona y suele ser habitual que estén por aquí. Esta vez, no estaban.
Aprovechando la parada y que había sitios más que suficientes en el parking de Logan Pass, decidimos tomarnos un segundo desayuno. Es raro que el parking estuviese tan vacío dado que no solo era sábado, sino que además el día invitaba a hacer rutas y esta es una de las más frecuentadas.
Después del café dimos un paseo por la zona hasta que el Ranger anunció que ya se podía pasar. Retomamos la conducción y pusimos rumbo a la parte del Going To The Sun que nos llevaría hasta West Glacier. Una zona que aún no habíamos visitado, con lo que nos llevó mucho tiempo hacerlo, parando en cada mirador que nos llamaba la atención.
Zona Oeste de Going to The Sun
Si la parte del Going To The Sun Road que va desde St Mary hasta Logan Pass es bonita, esta zona lo es aún más. Espectaculares vistas de las montañas sobre una carretera serpenteante e incrustada en la montaña. Incrustada hasta tal punto que muchas de las cascadas rozan la propia carretera.
Es increíble la cantidad de veces que paramos y la cantidad de veces que nos sorprendimos con el paisaje abrumador de Glacier National PArk.
Pasamos por la curva de la herradura, que como su nombre indica es una curva en la que giras 180 grados y no había ni un solo sitio donde aparcar. Si al entrar en Glacier nos había sorprendido que no había casi gente en el acceso, que no hicimos cola y más aún que hubiese tantos sitios libres en el aparcamiento de Logan PAss, ahora empezamos a sospechar que la mayoría de la gente estaba hoy en este tramo del Going To The Sun, porque cada vez veíamos más gente.
Empezamos a sospechar lo que al rato se hizo real: No encontraríamos aparcamiento en el parking para hacer la ruta hacia el Lago Avalanche. Y eso que hay varios, pero ni un solo hueco libre.
Decidimos hacer tiempo, seguir el camino hacia el Lago McDonald y con suerte, a nuestra vuelta tendríamos algún hueco.
Lago McDonald de Glacier National Park
Hicimos varias paradas en el entorno del Lago McDonald. En la primera , solo pudimos entrar en la tienda ya que no encontramos acceso desde aquí al lago. Continuamos por la carretera que bordea el lago hasta que esta se junta con él y pudimos divisarlo por primera vez. Tremendo lago, enmarcado por las grandiosas montañas de Glacier National Park. Sin lugar a dudas las mejores vistas de este lago se obtienen desde la zona de Apgar.
Y aquí fue donde cometimos nuestro error del día. Sin darnos cuenta, maravillados por las imágenes del lago llegamos a Apgar sin pensar que aquí hay un punto de control de acceso, y no había aviso en ningún lado de que estábamos saliendo del control hasta que vimos los conos que nos impedía el regreso a Going to The Sun.
Y es que para acceder a Going To The Sun desde el Oeste se necesita sacar un permiso on line que cuesta 2 dólares. Nosotros no necesitábamos hacerlo porque esta norma no incluye a los que vienen desde el Este. Nuestro caso.
Nos encontramos fuera del punto de acceso y nos quedamos con cara de haber metido la pata y sin saberlo. Bueno, pues como ya no podíamos hacer más, y lo hecho, hecho está, hicimos alguna parada en algunos de los miradores del lago McDonald de Apgar y tomamos decisiones.
La decisión mejor, ya que no íbamos a pasar las casi tres horas que quedaban hasta que el punto de control fuese abierto a todos (las tres de la tarde) decidimos comer en uno de los lugares de picnic de Apgar y después salir del parque, hacer el check in en el hotel en el que pasaríamos la noche, descansar un rato y regresar cuando ya pudiésemos entrar sin el permiso que no teníamos.
Pic nic en el Lago McDonald.
Y así hicimos. Tras comer bajo la sombra de unos árboles en la ribera del lago, salimos del parque, y nos fuimos directos a hacer el check in en el hotel. Desde aquí son 20 minutos, así que ya sabíamos que para regresar tendríamos que hacerlo saliendo 20 minutos antes de las 3.
En el hotel tenían nuestras habitaciones listas. Así que fue todo un alivio porque así podíamos descansar un rato.
Hotel en West Glacier
Estuvimos un largo rato hablando con la chica de recepción que nos explicó un poco todo. El hotel es tipo motel, de estos que aparcas el coche justo delante de tu habitación. Habitación muy amplia, con dos camas grandes y una cocina completa que nos iba a venir genial para poder desayunar con tranquilidad antes de marcharnos al día siguiente.
Y es que aunque el hotel no tiene desayuno incluido, sí tienen café gratis en recepción y algunas cosas con las que puedes desayunar: zumos, cereales de muchos tipos, muffins, leche, una cafetera con café. Pero como nosotros nos íbamos a ir antes de las 8 de la mañana, que es la hora a la que abren, nos dejó llevarnos a la habitación lo que quisiésemos para desayunar al día siguiente. Un gasto menos que teníamos que hacer y que nos vino de lujo.
Entrando de nuevo en Glacier por el punto de control de Apgar
3 menos 20 de la tarde. Salimos de nuevo hacia Glacier Nacional Park cruzando los dedos para que esta vez, en el parking de Avalanche Lake hubiese un sitio para nosotros.
A las 3 en punto atravesábamos el punto de control de Apgar, ya totalmente abierto. Cuando llegamos, media hora después a la zona de aparcamiento de Avalanche Lake, estaba totalmente lleno y no solo eso, muchísimos coches que se veía que estaban a la espera de hueco. El problema principal de esta zona es que no te puedes quedar en un punto esperando a que algún coche salga, debes moverte y eso hace que tenga que ser una total casualidad que puedas llegar a tener sitio.
Eso fue lo que hicimos, estar un rato moviéndonos, sin encontrar ni un solo hueco ni ver que ningún coche saliese.
Estábamos a punto ya de irnos, cuando veo a una familia caminar bastante rápido por la carretera. Nos acercamos a ellos y nos contestan que sí, que se van. Además fueron bastante rápidos en hacerlo. Y como en esta zona no podíamos pararnos, íbamos muy despacio tras ellos. Se subieron todos al coche y dejaron el hueco libre que ocupamos nosotros.
Hay que tener en cuanta que en este parque, a diferencia por ejemplo de lo que vivimos el año pasado en Yellowstone, si no hay aparcamiento no aparques aunque veas que hay un hueco donde puedes poner el coche, porque hemos visto varios con multas.
En Yellowstone por ejemplo se podía aparcar al lado de la carretera mientras el coche no estuviese ocupando nada de la calzada, pero aquí, si no es un aparcamiento habilitado, no se puede aparcar.
También vimos algunos plazas que tan solo son para dejar el coche 15 minutos, por lo que no puedes tampoco aparcar ahí. Y están pensadas para aquellos que tienen que hacer uso de los servicios.
Empezamos la ruta a las 3:50 ya que casualmente, la plaza de aparcamiento que conseguimos estaba justo en el inicio de la ruta.
Ruta al lago Avalanche, en Glacier National Park
He de reconocer que salvo el dato de que es una de las rutas más populares de Glacier, y que se tarda unas dos horas y media en hacerla, no había buscado mucha más información ni mucho menos había visto fotos. Quería que fuese todo una sorpresa. Por ello cuando buscábamos aparcamiento, llegó un momento en el que ya no me importaba si no la hacíamos. Empecé a pensar que tanto esfuerzo y tanto tiempo perdido para al final hacer una ruta que quizá no nos aportase gran cosa. Pero la realidad fue muy distinta.
Empezamos la ruta por la zona de los Cedros. Una zona perfectamente habilitada para carritos y sillas de ruedas. Se hace a través de unas pasarelas de madera. Se trata de una ruta muy accesible, bajo sombra, llana y circular.
Empezamos la ruta por la izquierda y no había pasado nada de tiempo cuando ya vimos el desvío para Avalanche Lake, donde una señal indicaba que nos quedaban 3.5 kilómetros. A partir de aquí la ruta se hace más empinada, pero muy llevadera, y discurre al lado de un río cuyo sonido nos va acompañando. Ruido de cascadas, que vemos a cada poco, y ruido de agua fluir.
Continuamos por la subida hacia el Lago Avalanche y el panorama va poco a poco cambiando, llegando a convertirse en en una ruta entre una abrumadora vegetación que por momentos parecía que nos iba a cerrar el camino.
En este momento voy pensando que la ruta no es de esas rutas en las que vas pasando por lugares fascinantes en el que todo es fotogénico y donde las imágenes son de postal. Aquí no encontrarás sitios en los que piensas, «mira qué fotón», o en los que tienes que pararte sí o sí a sacar mil fotografías. Aquí, la ruta, se disfruta en 3D y con los 5 sentidos.
El sonido del agua fluir, el olor a naturaleza virgen, la variedad de colores de verde, los líquenes milenarios, las flores que empiezan a salir, los árboles gigantes, sentir el fresco de la sombra, y la ausencia del sol que no puede colarse entre tanta vegetación. Esta es una ruta de las que se sienten, se viven y se disfrutan, más allá de lo que podáis ver en cualquier foto o video.
Y ¿Qué pasó cuando la vegetación se abrió y apareció el lago Avalanche? Que soltamos todos un Uauuuuu…. Esto si que era un final de ruta espectacular para una ruta que ya en sí es toda una maravilla.
Un lago de aguas cristalinas, rodeado de una densa vegetación, con las grandes montañas que hacen de telón de fondo, por donde van cayendo cascadas y agua del deshielo que hace poco que se acababa de producir.
Este si es un lugar para pararse, para respirar profundamente, para contemplar el paisaje, para sentarte y solo escuchar, ver y sentir.
Porque sí, éste también es uno de esos lugares en los que sacarás fotos a cada rincón, pero sobre todo a lo que tienes enfrente. Y si quieres, puedes darte un baño, ya que está permitido.
Una hora nos había llevado llegar hasta aquí, y un largo tiempo fue el que estuvimos arriba. Hasta que decidimos que era hora de regresar y poner punto y final a las rutas en Glacier. En este momento, fue en el que nos dimos cuenta de la suerte que habíamos tenido al poder realizar la ruta, que de otra manera no hubiésemos sabido lo que nos estábamos perdiendo por no hacerlo. Fue la más bonita y espectacular de las que hicimos en Glacier NP.
Y efectivamente 2 horas y media fue lo que invertimos en hacer esta ruta, unas dos horas y media muy bien aprovechadas y muy agradecidas.
Como habíamos comido muy temprano, sobre las 12 y media de la mañana y dado que a las 9 de a noche cierran todo, nos fuimos a buscar un sitio donde cenar. Abandonamos el Parque Nacional Glacier, aunque volveríamos unas horas más tarde.
Cenando en un sitio con mucho encanto: Paul Bunyan Bar
Cenamos en el pueblo de Coram, en el Paul Bunyan Bar, regentado por un tipo de lo más peculiar, que se vino a presentar y que nos contó su historia, incluida la historia de algunos de los capítulos de la serie Yellowstone, que ya sabéis que no fue grabada en Wyoming ni en Yellowstone, sino en Montana, muy cercad de donde nos encontramos ahora mismo.
El local es muy auténtico y no se si es que no es frecuente que aparezcan, al menos españoles por allí porque se sorprendió de que les hubiésemos encontrado y nos preguntó como les habíamos conocido.
Tan peculiar es el sitio que la chica que nos atendió inicialmente, que nos puso el agua gratuita y nos trajo las cartas, ni siquiera trabaja allí pero suponemos que por unas cervezas, ya iba un poco pasada de alcohol, hace las veces de camarera.
El local está decorado con hachas y motosierras, todo de madera y al fondo tiene una especia de casino, algo que vimos que era bastante frecuente en muchos locales de la zona. Por allí vimos desfilar, en el tiempo que estuvimos, auténticos vaqueros americanos. Incluso uno de ellos era idéntico al hijo pequeño de la familia Yellowstone.
Cenemos de maravilla y eso que decir esto de una ensalada que fue lo que cené yo, parece un poco ridículo. Era una ensalada Cobb con salsa de mostaza y miel. No era la primera vez que tomaba una de estas ensaladas. El año pasado caté unas cuentas en nuestro paso por Yellowstone, pero es que este tipo de ensaladas llevan de todo y lo que menos, lechuga. Estaba de muerte, con sus aceitunas negras, su bacon crujiente, su pollo, su huevo cocido y su exquisita salsa.
Cenamos dos ensaladas, dos hamburguesas una con patatas y otra con batata, una pinta de cerveza, una cerveza de jengibre y dos limonadas. Todo por 85 dólares a los que añadimos 15 de propina.
Atardecer en el Lago McDonald.
Pero nuestro día no terminaba aquí. Queríamos ver el tardecer en el Lago McDonald, así que pusimos rumbo, una vez más, a Glacier NP donde ya a estas horas el punto de acceso estaba abierto. Llegamos a las 8 y media de la tarde a Apgar, donde nos hicimos con un banco al lado del embarcadero y ahí fuimos observando como caía el sol y se hacía la noche.
No fue el atardecer más impresionante de nuestras vidas. Las nubes que cubrían el cielo hicieron que el atardecer, que parecía que iba a ser de lo más colorido, quedase un poco deslucido. Aún así no nos arrepentimos de haberlo hecho, si no fuese por la cantidad de mosquitos que había y que se nos metían hasta en la boca.
Llegamos a hotel de vuelta pasadas las 22:00 de la noche y me fui directa a dormir. Estaba agotada y el despertador sonaría, de nuevo, a las 6 de la mañana ya que nos tocaba regresar a Canadá, y empezar con las visitas a los parques nacionales de las Rocosas canadienses. Pero eso será otra historia.
Mi video blog de Glacier National Park
Si lo quieres hacer más visual, te dejo el vblog que publiqué de nuestro viaje por esta zona.
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