Recorriendo la parte norte del Icefield Parkway
Comenzaba lo que nosotros consideramos como la tercera parte del viaje. En esta parte nos toca visitar dos de los grandes Parques Nacionales de Canadá, Jasper y Banff. En el día que comenzaba hoy, recorreríamos la mitad de la que se conoce como una de las carreteras escénicas más bonitas de Canadá, y del mundo: la Icefield Parkway.
La Icefield Parkway es una carretera escénica que une los dos parques nacionales, Banff y Jasper, y durante este recorrido las paradas que puedes hacer se cuentan por cientos, porque no pararás de ver montañas, glaciares, lagos… un placer para todos los sentidos.
Nos despertábamos en un hotel situado estratégicamente en el medio de esta carretera, y aunque el día anterior la habíamos recorrido en parte, no nos habíamos parado ni una sola vez. Y eso que nos costó no hacerlo, pero ese tramo, el tramo Sur de la carretera, tocaría visitarlo otro día. Hoy, recorreríamos lo que vamos a llamar como el tramo Norte de la Icefield Parkway desde The Crossing, punto en el que pasamos la noche, y Jasper.
Y por si fuera poco, tocaba hacer una actividad que habíamos reservado hacía mucho tiempo y que nos llevaría a pisar un glaciar, el Glaciar Athabasca.
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Todo lo que se publica en este blog se ofrece de forma totalmente altruista, y basado en nuestra experiencia personal.
Confeccionamos viajes para «nuestros viajeros» de la misma manera que lo hacemos para nosotros, totalmente personalizados para cada caso y en algunos casos con una guía de viaje, similar a lo que veis aquí pero totalmente personalizada para cada viajero y actualizada.
Si necesitáis que os ayudemos con la planificación del viaje, no tenéis más que poneros en contacto con nosotros a través del correo info@viajescallejeandoporelmundo.com o través del formulario de contacto de la web. Os responderemos lo antes posible. ¡Feliz viaje!
Mis mapas de viaje.
Como siempre, elaboro un mapa de viaje en el que pongo todos aquellos puntos que me parecen interesantes y que me ayudan, tanto en la planificación del viaje como, una vez en destino, con la visita a puntos de interés que me llaman la atención. Colocamos también restaurantes y tiendas, que nos viene bien a la hora de seleccionar qué vamos a comer o cenar ese día.
Os lo dejo aquí y recordad que está configurado a capas, por lo que podéis eliminar capas, como la de restaurantes o rutas, y así os quedará un mapa más limpio.
Todos los puntos que teníamos previsto visitar en este primer día de recorrido por la Icefield Parkway, están marcados en Azul Marino.
Además, tenéis una guía completa con todos los datos que utilicé para la preparación de este viaje en: Mi guía de Canadá
Donde alojarse en Icefield Parkway
Durante la preparación de este viaje decidí pasar una noche en el medio del camino. Sabía que teníamos muchas horas de luz, y pese a que en Yoho National Park teníamos muchas cosas para hacer y ver, el que tuviésemos horas de sobra hacía que en lugar de dormir en esta zona de las Montañas Rocosas, lo pudiésemos hacer más cerca de Jasper y aprovechar mucho más el día siguiente.
Esto lo decidimos así porque tendríamos que volver a pasar, sí o sí, por la Icefield Parkway al regresar a Banff, así que mejor adelantar parte del camino el día anterior, para así poder vivir esta carretera de forma mucho más pausada y calmada en días siguientes.
Aunque reservar un hotel en esta carretera es complicado, porque no hay muchos y porque el precio no es barato, decidimos hacerlo y como reservamos los alojamientos con mucho tiempo ni fue complicado encontrar habitación ni nos salió excesivamente caro.
El hotel es maravilloso en sí. No solo por las habitaciones, que son espaciosas , las nuestras con dos camas cada una, sino por la situación en el que está. Llegar hasta aquí, bajarte del coche y contemplar de cerca todas las montañas rocosas que te rodean, no tiene desperdicio. Como tampoco lo tiene el levantarte por la mañana con estas vistas que te rodean por completo. No hay nada que pueda pagar esto.
En la zona donde se ubica este hotel, es la única zona de toda la carretera Icefield Parkway donde encontraréis una gasolinera, una tienda de souvenirs y un restaurante donde comer algo. Bueno, esto último también lo podéis encontrar en el centro de información del Columbia Icefield Glacier Adventure o más bien un Starbucks1 donde tomar un café y algo de desayunar.
Nos despertamos en The Crossing.
Nos despertamos en The Crossing, un lugar increíble donde los haya. Fue uno de esos lugares donde te da igual lo que hayas pagado, porque consideras, que cada euro fue bien invertido. Y no porque el hotel fuese de lujo, porque no lo es, pero lo que es de lujo es el entorno en el que está situado, en medio de tanta montaña y con tan increíble paisaje.
Si unimos a esto que todo el mundo dice que es un punto ideal para ver osos, ya que suelen frecuentar esta zona, era un lugar ideal para pasar la noche. Pero os lo adelanto, aquí, nosotros, tampoco vimos ninguno.
Me levanté en aquel entorno tan maravilloso y lo primero que hice fue salir a la terraza de la habitación. El día había amanecido con un sol radiante, pero se notaba el fresco del amanecer aún.
Como los hoteles, tanto de EEUU como de Canadá, están tan bien organizados y suelen tener de todo, desayunamos en la habitación con algunas de las cosas que habíamos llevado y comprado en días previos.
Hoy teníamos una actividad muy especial, que habíamos reservado para las 10:45 de la mañana. Así que aunque no podíamos despistarnos, porque teníamos que llegar al lugar de encuentro al menos media hora antes, teníamos tiempo de sobra para tomarnos parte de la mañana con mucha tranquilidad.
Nada más desayunar, volví a salir a la terraza. La temperatura a esta hora de la mañana era fresquita y ya la notábamos en falta, así que allí, se estaba de lujo, respirando el aire fresco y puro de las montañas, de las Rocosas Canadienses.
En esta ocasión la habitación de Tino y Paula estaba justo al lado contrario de la nuestra, así que tuvimos que esperar un rato a que ellos cargasen sus cosas en el coche para hacer nosotros lo propio. Y así fue, como nos pusimos en marcha.
Como este punto es el único de toda la Icefield Parkway en la que hay una gasolinera decidimos ponerle algo al coche y asegurarnos de llegar sin problemas a Jasper, punto final de nuestro día de hoy y hasta donde no vuelve a haber otro punto de repostaje.
La primera imagen del Icefield Parway del día: un oso.
Es cierto que no habíamos visto un oso en The Crossing, al igual que no lo habíamos visto en el camino de bajada de nuestro alojamiento en Golden, dos sitios donde se suelen ver siempre, pero no podemos lamentarnos. Poco después de dejar atrás The Crossing, iba mirando el mapa de puntos en los que quería parar. De repente, levanto la cabeza, y veo un punto negro, a lo lejos, en el borde de la carretera.
Me puse de los nervios, no sabía ni como comunicarlo. Solamente pude señalar con el dedo y decir: «¡Oso!¡Oso!» y efectivamente. Aunque no se puede parar en la Icefield Parkway salvo en los sitios que específicamente los tienen designados para ello, Rubén, que conducía en ese momento, fue aminorando la marcha, de igual forma que lo hicieron los coches que llevábamos detrás, y fuimos, muy muy despacio pasando, dejando el oso justo a nuestra derecha, y pasando muy muy cerca de él.
Fue otro de esos momentos inolvidables del viaje. Llevábamos dos días en esta zona y ya habíamos visto 2 osos. Estaba siendo esta experiencia, increíble.
Weeping Wall viewpoint
Tras unos 15 kilómetros después de salir de The Crossing se encuentra este mirador hacía The Weeping Wall, un muro de roca totalmente vertical por el que se pueden ver varias cascadas cayendo. Las imágenes aquí eran alucinantes, y más, con la luz de la mañana. También es cierto que fue el primer punto en el que hicimos una parada de toda esta carretera y ya veníamos bastante impresionados con la belleza que la rodea. Y es que nada que os pueda decir o escribir puede llegar a trasmitir lo que se vive y se contempla tan solo desde el coche, porque la carretera es magnífica.
Eso si, para mi, las mejores vistas siempre estaban hacia el río.
Condujimos varios kilómetros más. La larga carretera sin apenas casi curvas se topa, de golpe, con una increíble subida y dos curvas de casi 180 grados.
The Big Bend
Al final de la subida encontramos otro increíble mirador: The Big Bend. Este es un mirador sobre el Valle de las Cascadas. Lamentablemente nosotros lo encontramos con mucho sol de frente, y por tanto era imposible sacar una foto decente. Pero el lugar es otra de esas maravillas que te encuentras en esta carretera y donde es imprescindible una parada.
Tampoco queríamos entretenernos mucho. A las 10:15. como muy tarde, teníamos que estar en el Jasper National Park Icefield Information Centre , y aún quería hacer una cosa más.
Parker Ridge Trail
Aunque me hubiese encantado poder hacer este trail de unos 5 o 6 kilómetros ida y vuelta, no teníamos tiempo para hacerlo. Se trata de un sendero de dificultad media en el que tranquilamente puedes invertir unas 3 horas y que te lleva hasta las proximidades del glaciar Saskatchewan, desde donde las vistas dicen ser espectaculares. Pero como no siempre lo podemos hacer todo y siempre debemos de establecer prioridades, en este caso dejamos atrás el parking y continuamos hacia nuestra siguiente parada del día.
Wilcox Trail, el mirador sobre el glaciar Athabasca
Aunque en realidad el Trail completo son unas 10 kilómetros y para ello necesitas entre 3 y 4 horas, nosotros no teníamos intención de recorrerlo entero. Nuestra principal intención cuando aparcamos el coche en el comienzo de ruta, muy cerca del Wilcox Creek Campground, era recorrer, tan solo, dos dos primeros kilómetros, hasta llegar a las sillas rojas, tan típicas de los parques nacionales de Canadá, desde donde ya podríamos tener unas espectaculares vistas del glaciar Athabasca y de todo el entorno que lo rodea.
Dejamos el coche aparcado en el aparcamiento habilitado para ello, donde además de la señalización de comienzo de ruta, encontramos algunos paneles informativos sobre la ruta.
Nos habíamos descargados los mapas de google maps antes de salir de The Crossing, ya que a lo largo de toda la carretera Icefield Parkway no hay cobertura. De esta manera, sabíamos, más o menos, hasta donde teníamos que llegar y además, sabíamos que estábamos, desde el comienzo de la ruta, a unos 4 minutos en coche del comienzo de la actividad de Columbia Icefield Glacier Adventure.
Toda la ruta se hace en ligero ascenso. Al principio lo hacemos por el medio de un bosque, por donde íbamos pendientes de que no apareciese, o de que apareciese pero tenerlo localizado, un oso. Nos daba miedo encontrarnos de repente con uno y que tanto él como nosotros, nos asustásemos, cosa que es peor que puede pasar. Así que íbamos haciendo un poco de ruido y llevábamos nuestras campanillas tintineando.
No tardamos mucho en salir del bosque y a campo abierto ya podíamos observar lo maravilloso de todo el entorno, con las grandes montañas de las rocosas canadienses a mano izquierda, y donde se iban bien, de tanto en tanto, algún glaciar. Llegamos a lo que parecía el final de la cuesta y desde ahí ya se empezaba a divisar, aunque aún un poco oculto por una montaña, el Glaciar Athabasca. Sabíamos que estábamos cerca ya de las sillas rojas. Y así, fue.
Unos 2 kilómetros, más o menos, fue lo que nos llevó llegar hasta ellas. Desde allí, teníamos unas increíbles vistas, no solo del Glaciar Athabasca, sino de todo su entorno. También, desde allí, se divisaba el Jasper National Park Icefield Information Centre, que sería nuestro siguiente punto de parada.
Después de pasar un rato contemplando las vistas en soledad, sentados en las sillas, decidimos regresar. Nos quedaba una hora para tener que estar en el Jasper National Park Icefield Information Centre, así que empezamos la bajada hasta el Parking.
Jasper National Park Icefield Information Centre
No tardamos nada en hacer todo el recorrido y en nada, ya estábamos en el abarrotado parking del Columbia Icefield Glacier Adventure en el Jasper National Park Icefield Information Centre, un centro de información desde donde salen algunas de las excursiones y actividades que se desarrollan en el entorno del Glaciar Athabasca.
Paquetes de actividades para Banff y Jasper.
Si decides hacer alguna actividad dentro de los parques nacionales de Banff y Jasper, que dependen de Parques Nacionales, decide cuales quieres hacer porque sale más económico adquirir algunos de los paquetes que tienen que comprar las entradas de forma individual.
Nosotros teníamos claro que de todo lo que se ofrece en estos parques que requieren de una reserva y pago previo, haríamos el Columbia Icefield Glacier Adventure, pero también queríamos hacer el crucero por el Lago Maligne, en Jasper. En este caso reservamos la actividad «Classic Cruise» de una hora y media de duración, para hacerlo por la tarde, pero de días más tarde (14 de Julio).
Adquirimos la entrada conjunta para las dos actividades y de regalo venía la actividad del Columbia Icefield Skywalk, que solo se puede hacer contratando esta actividad y a la que solo se puede acceder con los buses habilitados para ello y que salen desde del Jasper National Park Icefield Information Centre.
Pagamos por los paquetes de entradas para los 4, 699 dólares, es decir, unos 175 dólares por persona (unos 119 euros)
Cuando unos meses atrás habíamos valorado hacer esta actividad, habíamos visto los paquetes de actividades, pero aún no se podían reservar. Habíamos visto algunas otras que nos interesaban también, pero no cuando se abrió el plazo para poder hacer la reserva, no solo habían cambiado los tipos de paquetes y lo que incluían, sino que también habían subido de precio considerablemente. Aún así, decidimos hacerlo igualmente.
Lo reservamos directamente en la web del parque.
Recordad que hay que pagar una Eco Tasa, por cada persona y actividad, de un dólar.
Al entrar en el Centro de información del Parque, vimos que había un Starbucks. Habíamos llegado con suficiente tiempo como para permitirnos hacer una pequeña parada aquí y tomar un café/chocolate. Además, aprovechamos para comprar una taza, ya que nos pareció preciosa y muy bien de precio para donde estábamos.
El proceso de acceso al Columbia Icefield Glacier Adventure
Mientras nos tomábamos el café sentados en un banco, fuimos observando la gran cantidad de gente que viene hasta aquí para hacer una actividad que de mano, no es nada económica. Porque el venir hasta este centro, solo quiere decir una cosa: «Qué vas a hacer esta actividad o que vas a ir caminando por tu cuenta hasta las cercanías del Glacier». Pero lo que está muy claro, es que vimos más gente aquí que en la mayoría de los lugares por los que habíamos pasado, sin contar el Emerald Lake.
Aprovechamos además para enterarnos de cómo iba el tema de las entradas. Me habían mandado por correo electrónico unos pdf con las entradas. Cada una llevaba un código de barras. Cuando quedasen 15 minutos para la hora marcada para nuestra actividad, teníamos que ponernos a la cola que había frente a la puerta de acceso a la zona posterior del centro, donde estaban aparcados unos autobuses.
Así lo hicimos. Y cuando quedaban unos 15 minutos, en el panel informativo que había en la parte superior de la puerta de acceso, ya marcaba que era el turno para los que empezábamos la actividad a las 10:45.
La audio guía para el Columbia Icefield Glacier Adventure
En la información que te envían sobre esta actividad ya te dicen que la actividad es en Inglés, pero que hay a disposición audioguías en distintos idiomas, incluido el español. Para ello, debes descargarte una aplicación en el móvil y antes de llegar (porque aquí cobertura hay poca) debes haberte descargado la audioguía correspondiente a la actividad que vas a hacer, en este caso la Columbia Icefield Glacier Adventure en el idioma que desees.
Te avisan también de que lo hagas antes de llegar, lo mismo que debes llevar las entradas descargadas o impresas, porque no hay cobertura en la zona. He de decir, que nosotros, con nuestra tarjeta adquirida el primer día, teníamos cobertura móvil aquí. El único punto en el que nos pasó de todo el Icefield Parkway.
El trayecto en bus hasta el Glaciar Athabasca.
Una vez validada nuestra entrada, pasamos por un túnel donde había unos paneles y pantallas informativas sobre el Glaciar y el entorno del Athabasca. Salimos al exterior y nos fueron distribuyendo en grupos. Nosotros estábamos los primeros del nuestro.
A las 10:45 en punto, nos dejan subir al autobús. El autobús se llena y nos partimos hacia el parking del Glaciar Athabasca a donde no tardamos ni 5 minutos en llegar.
Aquí ya estaban aparcados algunos de los Exploradores de Hielo, esos autobuses de grandes ruedas, en el que subiremos hasta el Glaciar y con el que podremos introducirnos en su interior, y claro, poner un pie en él.
Los Exploradores de Hielo de Columbia Icefield Glacier Adventure.
Nos subimos al gran autobús de grandes ruedas, y en un lento caminar, vamos ascendiendo hacia el glaciar, mientras nos van contando historias de este lugar y sobre todo qué es y como se generan los glaciares.
El autobús va haciendo pequeñas paradas, donde te explican qué es lo que estás viendo o pisando.
Una recomendación es que te sientes en la parte derecha del Ice Explorer, ya que tendrás mejores vistas. Aunque tiene el techo panorámico y todo el mundo tendrá acceso a vistas.
La Formación de los Glaciares
Una de las más interesantes explicaciones es cómo se han formado los glaciares.
Este hielo se forma mediante un proceso llamado firnificación, es decir, por compresión de grandes cantidades de nieve. Y ¿a qué se debe esta compresión?. Durante el invierno, caen más de 7 metros de nieve en las rocosas canadienses. Esta cantidad de nieve, es mayor que la que se consigue derretir durante los escasos dos meses de veranos que tienen. Eso hace la caída de las nieves del invierno siguiente genere esa presión sobre la nieve no derretida del año anterior, dando lugar a esa compresión, eliminación del aire de la nieve y formación del hielo.
El hielo de glaciar es tan denso, que solo contiene un 10% de aire (los cubitos de hielo que se hacen en casa, contienen un 50% de aire, para que os hagáis una idea). Un copo de nieve tarda unos 5 años en convertirse en hielo glaciar y lo que tenemos hoy a nuestro alrededor, ha tardado miles de años en formarse.
En este caso, los glaciares que nos rodean, se han formado durante la Glaciación de Wisconsin, hace más de 15.000 años.
Diferencia entre Campo de Hielo y Glaciar.
Un campo de Hielo es un Glaciar a gran escala. Es el que alimenta al glaciar, de la misma forma que un lago alimenta a un río. En el Campo de Hielo de Columbia, situado en una zona muy fría y alpina, se va a cumulando hielo en una meseta, y cuando este está demasiado lleno, desborda, al igual que lo hace un lago, y encontrará un camino de bajada. Se trata de la misma similitud que un río, solo que se mueve mucho más lento que ese, fluyendo hacia un valle.
Algunos datos del Campo de Hielo de Columbia.
- Mide 65 kilómetros cuadrados. 34 veces el tamaño de la ciudad de Banff. Más o menos lo mismo que la ciudad de Vancouver.
- Se extiende a lo largo de los parques Nacionales de Banff y Jasper.
- Su altitud es de unos 3000 metros.
- Alimenta a 6 glaciares: Dome, Saskatchewan, Castleguard, Columbia, Stutfield y el Glaciar Athabasca.
El recorrido hacia el Glaciar Athabasca, a través de la Morrena
En la primera parte del recorrido con el Ice Explorer, lo hacemos a través de lo que parece ser una acumulación de piedras pequeñas. Se trata de la Morrena del Glaciar. Son montones de tierra y rocas pequeñas que se ven cuando un glaciar está en retroceso. Si nos fijamos bien en este montón de piedras podemos hacernos una idea de cómo era el glaciar años atrás, ya que ocupaba toda esta zona por la que hoy estamos caminando.
El Ice Explorer hace una parada. Miramos por la ventanilla y vemos que nos enfrentamos a una increíble cuesta descendente hasta el hielo del Glaciar. Estamos ante una de las carreteras más empinadas de Norteamérica. Tiene un desnivel del 32%, y el Ice Explorer se ha diseñado especialmente para conducir por este terreno tan complicado de manejar.
Pisando el Glaciar Athabasca
No os voy a engañar, yo llegué, en este punto de la explicación, a desconectar de la audioguía, e incluso la apagué. Quería tener todos mis sentidos puestos en lo que tenía al frente, y al lateral, quería tener todos mis sentidos activos y concentrados en lo que en aquel momento estábamos viviendo.
Estábamos ya a punto de pisar el Glaciar Athabasca.
Hicimos la bajada impresionados por el desnivel y la inclinación del camino que estábamos siguiendo. Al rato, empezamos a conducir sobre el hielo de Glaciar. Aquí yo ya estaba concentrada en ello, y me importaba menos lo que me pudiesen contar. Estaba totalmente alucinada. Me impresionaba como estos grandes autobuses podían moverse sobre esta masa de hielo sin apenas provocar huellas. El color del hielo, los distintos tonos de blanco y hasta de azul que desprendía el glaciar eran tan increíbles que nada se puede mostrar si no lo has vivido.
Finalmente llegamos al Glaciar, nos bajamos del Ice Explorer y pusimos un pie sobre el hielo.
Aunque pueda parecer que el frío era intenso, no era tanto. No hacía calor, pero tampoco era como para ir abrigados. Yo llevaba tan solo una sudadera y un cortavientos y fue suficiente. Eso si, los pies bien protegidos con botas y unos buenos calcetines.
Algunos datos sobre el Glaciar Athabasca
- Es el segundo glaciar más grande que nace del Campo de Hielo de Columbia.
- Tiene 5 kilómetros de longuitud y 1 kilómetro de anchura.
- Tiene una profundidad de 275 metros
Estuvimos un largo rato, creo que unos 30 minutos allí, antes de que tuviésemos que regresar al Explorer Ice y poner rumbo al parking de autobuses. La experiencia había sido increible, y volvería a repetirla sin duda ninguna.
Llegamos al parking del Jasper National Park Icefield Information Centre, y allí mismo enlazamos con la siguiente actividad, Columbia Icefield Skywalk que va incluida con la actividad sobre el glaciar Athabasca.
Columbia Icefield Skywalk
El Columbia Icefield Skywalk, es un puente de cristal construido sobre el valle de Sunwapta. Se trata de una pasarela de un kilómetro, por donde vas encontrando paneles informativos pero lo más interesante está al final, cuando llegas a una pasarela de cristal suspendida a mas de 280 metros de altura.
No es algo que por si mismo yo hubiese pagado, pero ya que venía incluido, pues lo hicimos, nos divertimos un rato pero tampoco lo catalogamos como algo que se deba hacer sí o sí. Fue interesante, sin más.
En el camino de vuelta nos impresionamos, aún más, con las vistas que se obtienen desde el propio bus, que nos gustaron mucho más que las del propio puente de cristal.
Regresamos al parking y ya sin dilatar más el tiempo continuamos nuestro viaje por el Icefield Parkway. Aún nos quedaban muchas visitas y paradas que hacer antes de llegar a Jasper, lugar donde pasaríamos las siguientes 4 noches de viaje.
Tangle Creek Falls
Hicimos una breve parada en Tangle Creek Falls, que quedan pegadas justo al lado de la carretera, son muy llamativas y estaban espectaculares, ahora en pleno deshielo. Justo al lado hay un mirador pero los árboles estaban tan altos que no se veía nada, así que seguimos el camino.
Sunwapta Falls
La siguiente parad larga la hicimos en las Sunwapta Falls.
Estas cascadas se generan al caer el río Sunwapta por un estrecho desfiladero de unos 18 metros. El río Sunwapta es alimentado por el Glaciar Athabasca que acabábamos de visitar.
Lo más llamativo de estas cascadas es la isla que se forma en el medio del río antes de caer por el desfiladero.
A partir de este punto, aproximadamente, el río Sunwapta se une al río Athabasca y con este nombre sigue hasta Jasper. Así que a partir de este momento, seguiremos el curso del río Athabasca.
Goats & Glacier Lookout y Picnic
Hicimos una parada en este mirador, que como su nombre indica, no solo se pueden observar las montañas rocosas llenas de glaciares, sino que es habitual también ver cabras. El sol estaba empezando a bajar, teníamos la luz en contra y se veía todo bastante regular. Así que como supusimos que por la mañana la orientación del sol sería distinta, dejaríamos este mirador para el viaje de vuelta. Lo que si pudimos ver fueron las cabras, aunque estaban muy lejos, ya que estaban justo en el río, al menos eso si lo pudimos ver bien.
Aprovechamos la ocasión para utilizar alguna de las mesas de picnic que había aquí e hicimos nuestro picnic de medio día, antes de continuar el camino hacia Jasper.
Estábamos ya muy cerca de la ciudad y sabíamos que íbamos con tiempo de sobra. Ayuda, también, que en esta época del año no se haga de noche hasta pasadas las 9 de la noche.
Cascadas de Athabasca
Era nuestra última visita turística del día. Aparcamos sin problema en el parking habilitado para ello y aunque había gente, habíamos notado un descenso bastante importante respecto al día anterior en Yoho y con respecto a lo que habíamos vivido esta mañana en el Columbia Icefield Glacier Adventure. Notábamos que cuanto más cerca de Jasper nos íbamos, menos gente había.
Las Cascadas Athabasca, como su nombre indica, son la caída de agua del río Athabasca, alimentado por el glaciar, de 23 metros. No es que sea una caída importante, pero lo que más destaca de esta cascada es el enorme volumen de agua, que dependiendo de la temporada, lleva el río. Estábamos en una buena temporada y el estruendo del agua al caer era espectacular.
Hay varios miradores desde donde se pueden contemplar, y en muchos de ellos, por lo menos en la época en la que estábamos nosotros, te llegas a mojar.
No nos quedamos con los miradores principales. Continuamos caminando, bajamos por un túnel por el que en un tiempo pasaba agua y por donde se acceden a unas escaleras de roca nos llevaron a otros miradores y a la rivera del río.
Estábamos justo al lado del río Athabasca con ese color lechoso tan característico. Nos parecía un entorno precioso.
Haciendo la compra en Jasper
Y hacia las 6 de la tarde llegamos a Jasper. Entramos en la ciudad, despacio, intentando divisarlo todo y localizarlo todo. Nuestro alojamiento se encontraba justo al otro lado del pueblo y antes de ir directamente hacia allí, decidimos parar en una de las únicas tiendas de comestibles que hay en el pueblo.
Aprovechando que las siguiente 4 noches las íbamos a pasar en un aparthotel con cocina, compramos varias cosas para desayunar, pero ya en plan: huevos con bacon, yogures, fruta, cereales… Teníamos unos cuantos días por delante para descansar sin tanto movimiento entre hoteles. Haríamos de nuestro siguiente alojamiento, nuestra casa por unos días.
Nuestro alojamiento en Jasper
Cuando decidimos que pasaríamos 4 noche en Jasper, teníamos claro varias cosas: una era que nuestro alojamiento tenía que estar ubicado en la propia ciudad. Hay mucha gente que se aloja en otros pueblos, pero nosotros, aquí, queríamos estar céntricos, con opción para ir a cenar cada día a un restaurante. Además, queríamos tener cocina, para poder desayunar tranquilamente antes de salir, e incluso, si no nos apetecía salir a cenar, hacerlo aquí.
Al reservar con mucho tiempo y sobre todo al ser 4 personas, no nos salió tan caro como podría parecer. Además, pensando en el cómputo general del coste del viaje era perfectamente asumible. Así que reservamos un apartamento, con cocina, dos habitaciones y un baño. El hotel e de estilo motel americano, de dos pisos, donde aparcas el coche casi delante. Además, tiene todos los servicios posibles, ya que si te apetece no salir y cenar, tiene un pequeño restaurante, tiene también spa, y piscina. También tiene una sala para hacer la colada. Todo lo que vimos era un plus para decidirnos por quedarnos aquí.
El apartamento tenía dos plantas. En la planta de abajo estaba la cocina, abierta a un pequeño salón, con una pequeña terraza, una habitación con cama doble y un baño.
En la parte de arriba, en la bajo cubierta, había otra habitación con 3 camas pequeñas, donde nos quedamos Rubén y yo. Estuvimos muy cómodos y estaríamos en general más cómodos si no hiciese la calor que hacía esta temporada en Canadá.
(Recordaros que estábamos sufriendo una importante ola de calor, para lo que en general no están preparados en esta zona. El apartamento tenía calefacción e incluso chimenea, pero no había aire acondicionado, claro. Nos apañamos estos días con unos ventiladores, los que había en el apartamento y uno más que nos dejaron en recepción porque con los que había no era suficiente para mover el aire, sobre todo de la parte de arriba).
Ciertamente, nos encantó la experiencia y volveríamos a repetirla sin duda alguna.
Primer paseo y cena en Jasper
Tras hacer el check in en el hotel y descansar un rato salimos a pasear por Jasper, pero sobre todo y lo primero a cenar. Hoy no habíamos comido mucho así que teníamos hambre.
Para cenar escogimos un restaurante del que teníamos muy buenas referencias. Es un restaurante griego, donde además, tenían aire acondicionado, tanto, que incluso me tuve que poner la sudadera. Se trata del L&W Restaurant, y nos gustó tanto que no dudamos en que repetiríamos aquí. Por la cena pagamos, para los 4, unos 136 dólares, con la propina incluida. Esto son 92 euros, que supone 23 euros por persona. Menos de lo que nos cuesta una cena de este tipo cuando la hacemos en España.
Estábamos muy sorprendidos con cómo estábamos comiendo en este viaje, porque es la primera vez que viajamos a EEUU o Canadá en la que no probamos prácticamente ni una hamburguesa, ni comida rápida, en la que estábamos comiendo muy bien sin dejarnos un riñón en ello.
Tras la cena, dimos un paseo de reconocimiento por Jasper, donde ya vimos que el pueblo nos iba a encantar, y que no nos íbamos a arrepentir para nada, de haber pagado algo más por pasar todas las noches en Jasper en lugar de algún pueblo mucho más lejos de aquí.
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