Kanazawa en un día

A Kanazawa llegamos procedentes de Tsumago, o más bien de Nagiso, el mismo día que hicimos la ruta Nakasendo. Pasamos la noche en un hotel cercano a la estación del tren, el Mystays Premier Kanazawa, un hotel con una habitación enorme y con muchos, muchos detalles que nos hicieron considerarlo como uno de los hoteles con mayor relación calidad-precio de todos los que tuvimos en Japón.

Teníamos un día entero para disfrutar de Kanazawa y nuestro planning para el día de hoy venía marcado por unos puntos en el mapa, pero sobre todo, por callejear sin mucho rumbo y disfrutar de un Hanami perfecto, ya que Kanazawa se encontraba en uno de los días de máxima floración del cerezo.

Salimos del hotel temprano, pero no madrugamos en exceso. Considerábamos que no nos hacía falta y que de madrugones ya íbamos bien servidos.

Habíamos desayunado en el hotel, algo ya habitual, pero al pasar por la estación de tren, que debíamos cruzar en nuestro camino hacia el centro de Kanazawa, vimos una panadería-bollería donde decidimos que para el día siguiente, iba a ser nuestro lugar de desayuno.

Información útil para moverse por Kanazawa.

Nosotros no teníamos activa ya la JR Pass. La habíamos utilizado justo hasta el día anterior, ya que solo hicimos uso de la JR Pass de 7 días. Tras hacer cálculos, para nuestro viaje de 21 días por Japón, no nos salía rentable coger la JR Pass de 14 días.

• Para aquellos que disponen de una JR Pass activa: existe una linea de autobuses turísticos incluidos dentro de la JR Pass. Si salimos de la estación por la puerta Tsuzumi (salida este) y giramos a la izquierda en la rotonda, veremos el número 4. Ahí paran los autobuses turísticos. Este autobús, por ejemplo, te lleva a Kenrouken en unos 12 minutos.
• Para aquellos que no disponen de JR Pass activa: se puede adquirir un pase de un día para los autobuses turísticos. Cuesta 500 yenes por persona. Un  solo viaje cuesta 200 yenes, así que calculad si os puede salir rentable adquirirlo.

Estas son las dos rutas del Kanazawa Loop Bus:

Nosotros no nos decantamos ni por una opción ni por la otra. Ya sabéis que somos de caminar, así que optamos por hacer todas las visitas a pie, ya que la ciudad no es tan grande como para coger bus. Por otro lado nosotros disponíamos de un día entero para visitar Kanazawa. En caso de disponer de menos tiempo quizá sí merezca la pena adquirir el pase.

La estación de tren de Kanazawa.

La primera parada obligada del día de hoy era la estación del tren. Aunque ya habíamos llegado por esta vía el día anterior, al ser de noche no nos habíamos podido ni hacer una idea. Queríamos ubicar la parada del bus a Sirakawago, que haríamos al día siguiente. Además, la estación del tren  es también uno de los puntos de interés turístico de la ciudad, sobre todo por la puerta Tsuzumi la cúpula Motenashi. Esta es una de las imágenes más conocidas de Kanazawa.

Omicho Market de Kanazawa.

La primera parada del día como tal fue en el mercado Omicho. Donde pudimos ver el día a día de la gente, admirando lo que compran y lo que comen y haciendo nosotros lo propio. Aquí compramos algunas cosas, como por ejemplo, salsa de soja artesana.

Por este mercado estuvimos un largo rato, ya que si bien no es muy grande, nos parábamos en cada puesto, viendo la variedad de productos de que disponen.

Oyama Shrine.

En nuestro deambular por Kanazawa, pasamos por el santuario Oyama. Entramos a echar un vistazo. Aquí empezamos a notar ya los efectos del Hanami, aunque no sería hasta llegar a los márgenes del río Sai, cuando realmente nos diésemos cuenta del esplendor de los cerezos.

Antiguo barrio Samurai de Nagamachi.

Por esta zona lo mejor es callejear sin rumbo fijo. En este callejeo te encontrarás con muchas casas muy bien conservadas de la época Samurai en algunas de las cuales se puede entrar.

En esta zona tambien invertimos bastante tiempo. No había prácticamente nadie por las calles y pasear así era maravilloso. Hicimos fotos en cada rincón e incluso nos salimos de la zona más turística de Nagamachi, aunque no era ni parecía tan interesante, eso sí, la zona es muy residencial y no parece que aquí vivan pobres.

Restaurante Gram.

Era hora de hacer una parada en el camino. Como muy cerca de la zona de Nagamachi está la zona comercial Korimbo, nos acercamos hasta uno de los centros comerciales donde comimos estas tortitas, que de la misma forma que tienen una pinta estupenda estaban deliciosas.Aquí vimos algo que nos llamó la atención y que no sería la única vez que lo íbamos a presenciar. Sobre todo en Tokio. En muchos de estos sitios donde tienen un postre especial, como este, hacen postres limitados. En este caso, si no recuerdo mal, eran 20 tortitas entre las 10 y las 11 y otras 20 entre las 12 y la una de la tarde. Nosotros comimos las dos últimas del primer tramo horario.

Tras este paréntesis en el camino, nos dirigimos a uno de los barrios de geishas de Kanazawa.

El barrio Nichi Chaya.

Básicamente se trata de una calle de no mucho más de 100 metros de largo, pero muy antiguo, bien conservado y donde es un auténtico placer pasear. No había gente, no sabemos si es por que no vienen muchos turistas o porqué razón. Nos estaba llamando mucho la atención que no encontrábamos mucho turismo por la ciudad y aunque en un principio pensamos que la realidad era que no había gente en Kanazawa, al llegar a la parte más turística de la ciudad nos dimos cuenta de que esto no era así. Simplemente hay mucha gente que no se acerca a esta zona, ni al barrio de los Samurais ni al de Nichi Chaya, el barrio más antiguo de geishas de Kanazawa.

En este barrio se encuentra la sala de ensayos de geishas de Kanazawa, por lo que dicen que es fácil oirlas ensayar. Nosotros no tuvimos suerte.

Myouryuji (Ninja Temple)

Nos acercamos hasta el templo Ninja, donde estuvimos un rato sentados, ya que los días de viaje empezaban a notarse. Y allí sentados delante del templo decidimos cuales serían nuestros siguientes pasos. Nos quedamos con ganas de entrar pero o no lo entendimos bien o nos equivocamos. Pero creo que las plazas son limitadas y guiadas por lo que teníamos que esperar si queríamos acceder al templo y la verdad es que no nos apetecía. Yo de esto no había leído nada, así que no se si es esto realmente lo que nos querían decir, o era otra cosa totalmente distinta, pero fue lo que entendimos en ese momento y decidimos no esperar.

Paseo por la rivera del río Sai en Hanami.

Nos dimos cuenta que íbamos muy bien de tiempo, aunque sabíamos que visitar el castillo y la zona de los jardines de Kenrouken nos iba a llevar mucho tiempo. Pero decidimos bajar hasta la parte rivera del río de Kanazawa, porque los cerezos en flor estaban en su máximo esplendor y nos venían llamando desde hacía un tiempo. Dimos un largo paseo por los márgenes del río, disfrutando del día de sol que estábamos teniendo  (aunque algo más frío de lo que habían sido los días anteriores). Esta zona me pareció una maravilla. Si yo viviese en Kanazawa, fijo que pasaba largas horas aquí. El contraste entre la rivera del río, el río en sí, los cerezos en flor y las montañas nevadas del fondo hacían una estampa difícil de olvidar.

Nos sentamos a contemplar como viven los japoneses el Hanami. Nos encontramos con muchas familias haciendo pic nic, con muchos niños correteando bajo los árboles en flor, pero sobre todo vimos muchas parejas de enamorados, acurrucados bajo la sombra de un cerezo, disfrutando de esa mañana de sol.

De camino al castillo de Kanazawa.

De camino al castillo de Kanazawa y al parque de Kenrouken, pasamos por un local que tenía muy buena pinta y en el que su especialidad era el Curry Japonés. Como todavía no lo habíamos probado, decidimos hacer un alto en el camino, y parar a comer aquí. Lo hicimos en Kanazawa Nanahoshi Curry, donde probamos uno de los menús de curry.

El castillo de Kanazawa y el jardín Kenrokuen.

He de decir que lo que más me gustó y lo que más me impresionó de toda esta zona es como estaban los jardines llenos de cerezos, con cerezos a los que no les cogía ni una flor más. Creo que de todas las zonas por las que pasamos en Japón que estaban en pleno Hanami, fue aquí donde más me impresionó y sobre todo la zona donde más lo disfrutamos.

Si durante toda nuestra visita a Kanazawa pensamos que la zona no era turística porque no encontrábamos a prácticamente nadie, cuando llegamos a la zona del castillo de Kanazawa y de los jardines, esta idea se nos vino abajo. Había muchísima gente por la zona, muchísimo turismo sobre todo interno, y en algunos momentos hasta costaba caminar.

La entrada a todo el recinto, tanto del castillo como de los jardines es gratuita. Únicamente se cobra por entrar algunas zonas, como las torres de observación (310 yenes). Nosotros subimos a una de ellas. Que mucho interés no es que tengan, pero te haces una idea de cómo es el castillo (tienen una gran maqueta), de como se ha construido (tienen otra maqueta del armazón del complejo del castillo) y está todo muy nuevo, tan nuevo y restaurado que no parece real.

Lo mejor: pasear por los jardines, y contemplar la zona del castillo desde varios puntos. Sobre todo en Hanami, el parque está impresionante.

Dimos unas cuantas vueltas por todo el complejo, tanto del castillo como de los jardines y continuamos el camino hasta la última visita del día.

El distrito de geishas Higashi Chaya.

Si hay un lugar donde no me esperaba para nada encontrar una geisha era en Kanazawa. Es cierto que el barrio es un barrio de geishas pero me parecía prácticamente imposible tropezarnos con una, por lo que tampoco lo íbamos buscando. Nos dedicamos a pasear sin rumbo por el antiguo barrio, admirando las casas, las construcciones antiguas y mientras hablaba con mi madre por teléfono, de repente, Rubén me toca en el brazo y me señala. Ni que decir tiene que le colgué el teléfono a mi madre, y observé. Levanté la cámara con cuidad y disparé. Este fue uno de esos momentos especiales que tuvo este viaje, donde ahora al escribir este texto aún se me pone la piel de gallina. Increíble, y describirlo así, se queda corto.

En este último paseo por el barrio se nos fue haciendo de noche. Regresamos caminando al hotel, y por el camino compramos snacks y comida para hacer un pic nic. El cielo empezaba a ponerse negro y amenazaba lluvia. Así que no sabíamos que tal sería nuestro día en Shirakawago. Lo cierto es que pensábamos que estábamos teniendo muy buena suerte con el tiempo y no nos podíamos quejar, aunque ahora se pusiese a llover.

Nos preparamos para salir a cenar. Esta vez teníamos muchas ganas de comer sushi. Así que volvimos a hacer uso de nuestra aplicación preferida para buscar restaurantes (Foursquare) y dimos con un restaurante con muy buenas críticas. Nos costó encontrarlo y es que está situado en el último piso de un centro comercial situado frente a la estación de trenes. Y nos pareció que las críticas tenían que ser ciertas porque la cola que había era impresionante.

Cenamos. Y cenamos muy bien. Y comimos sushi hasta que ya no pudimos más. Y he de decir que estaba todo muy muy bueno. Fue la primera vez que utilizamos una pantalla para hacer nuestro pedido de sushi, y esto es un gran invento, porque como no sabes como se llaman las cosas y menos como se pronuncian, pues al ir pidiendo desde la tablet, no hay ningun problema. Pides y al rato alguien te lo trae.

Así terminamos el día en Kanazawa y nos preparamos para un nuevo día, el que vendría al día siguiente en el que a las 8:20 de la mañana cogeríamos un bus en dirección a Shirakawago.

Gastos del día:

• Segundo desayuno mega-tortitas en Gram: 950 yenes (7.56 euros)
• Curry japonés: 972 yenes (7.73 euros)
• Entrada al castillo de Kanazawa: 310 yenes (2.47 euros).
• Compras para pic nic: 501 yenes (3.99 euros).
• Cena: 1562 yenes (12.43 euros).

Gasto total por persona: 34.18 euros. 

Si quieres leer el diario completo de viaje: Viaje a Japón en 21 días