La Ruta Nakasendo era una de las 5 antiguas rutas que conectaban Tokio con el actual Kioto pasando por el Valle de Kiso. Hoy en día, el principal atractivo de esta ruta, está entre los pueblos de Magome y Tsumago, una ruta que se puede hacer en unas 2 o 3 horas (siempre dependiendo del ritmo que se lleve) y que es una bonita excursión para hacer desde Tokio en un día.
Nosotros decidimos hacer esta ruta en nuestro camino hacia los Alpes Japoneses. El día anterior lo habíamos pasado en Miyajima y por la tarde hicimos el largo trayecto en ferry, tren y bus hasta llegar al pueblo de Magome donde pasamos la noche.
Magome es un pueblo tranquilo o al menos eso fue lo que vivimos nosotros durante el mes de abril, en pleno Hanami en Japón. No se si es que todo el mundo estaba por la zona de Kioto pero el caso es que nosotros no encontramos a prácticamente nadie por la zona. Estuvimos solos la mayor parte del tiempo.
El pueblo está muy bien conservado, no tiene cables eléctricos y parece anclado en otro tiempo.
Desayunamos temprano. Queríamos dejar las mochilas en la oficina de turismo a las 9:00 de la mañana (horario de apertura) y así salir lo antes posible hacia Tsumago. En la oficina de turismo de Magome, entre las 9 y las 11 de la mañana, se puede dejar el equipaje y te lo devuelven, a partir de las 13:00 en la oficina de turismo de Tsumago. Una idea fantástica para no tener que cargar con las maletas y preocuparte únicamente de caminar y disfrutar de las vistas, del paisaje y de la ruta en sí.
Antes de dejar las maletas en la oficina de turismo ya habíamos dado unos buenos paseos por Magome así que era hora de partir.
Salimos tras dejar las maletas en la oficina de turismo y despedirnos del hostal en el que habíamos pasado la noche, el Magome Chaya.
El camino lo hicimos lento, despacio, sin preocuparnos por el tiempo ya que sabíamos que el tiempo lo teníamos de sobra.
La ruta Nakasendo: Saliendo de Magome.
Un buen paseo por Magome bien merece la pena. Pasear sin prisas por la única calle cuesta arriba, con casas bien conservadas, con el ambiente que debía de tener en la época Edo es un auténtico lujo. He de decir, que a mi, personalmente, este tipo de turismo, el turismo rural me encanta. Es por ello que decidimos, pese a solo tener 21 días de viaje, meter la zona de Katsuura, con la visita a Kumano Nachi Taisha, Kumano y Kumano Hayatama y Kumano Hongu, y tambien esta zona, la de la ruta Nakasendo, prescindiendo de otras visitas o quitando tiempo de estancia en Tokio.
El primer punto de parada ya en ruta, fue na la parte de arriba, saliendo del pueblo ya, de Magome. Aquí hay un mirador, desde donde encontramos una preciosas vistas del Valle y del pueblo.
Aquí estuvimos un rato. Completamente solos, lo cual era todo un lujo. La tranquilidad del lugar, el silencio, las montañas… todo, absolutamente todo era una una maravilla.
Nos sentamos en uno de los bancos y allí estuvimos, contemplando el precioso paisaje del valle de Kiso.
Continuamos el camino pues aún nos quedaban algo menos de 3 kilómetros de subida.
La ruta Nakasendo se recomienda hacer en el sentido de Magome a Tsumago, ya que hay menos tramo de cuesta que si lo hacemos al revés, y en periodos de altas temperaturas y de sol intenso puede hacerse mucho más tortuoso.
La ruta Nakasendo desde Magome a Tsumago tiene algo menos de 8 kilómetros, de los cuales algo menos de 3 son de subida. Así que aún nos quedaba un trecho para seguir subiendo. Era temprano y el sol todavía no pegaba fuerte, así que el trayecto se hizo llevadero.
La ruta transcurre por el Valle de Kiso. En ocasiones la ruta va paralela al río. En otras ocasiones se separa de él. Algunas veces cruzamos la carretera. Pero por regla general la ruta es un camino empedrado que discurre entre naturaleza virgen.
Magome-toge. El punto más alto de la ruta Nakasendo.
Y llegamos a Magome-Toge. Algo menos de 3 kilómetros de ascenso y llegamos a la parte en la que empieza el descenso. Aquí encontramos un pueblo. Más bien una sucesión de casas que discurre a lo largo del sendero de piedra.
A partir de aquí la ruta va siempre en descenso. Y llegamos a una casa de té (Tateba-chaya). A mi no me gusta el té, pero aún así paramos un rato a darles conversación a un par de señores que estaban dentro. Las típicas preguntas de de donde venimos, que tal por el país, a donde vamos, si nos está gustando… y continuamos el camino.
Cascadas Odaki y Medaki.
Una de nuestras últimas paradas fueron las cascadas Odaki y Medaki, donde aprovechamos para descansar un rato, sentados, contemplando las vistas de ambas cascadas.
Antes de terminar la ruta pasamos por el pueblo Otsumago, el último pueblo antes de llegar a Tsumago. Es otro pueblo muy tradicional, aunque mucho más pequeño que Tsumago o Magome. Conserva muchas casas tradicionales y tiene algún Minshuku, las casas rurales de la zona.
Aquí, en mi afán por sentarme en todos los rincones, me senté o más bien me apoyé, en un molino, y como consecuencia me embadurné en grasa. Me costó trabajo limpiarme, pero no quedé mal del todo.
Tsumago, una maravilla del periodo Edo.
Y llegamos a Tsumago. Y llegar a Tsumago fue uno de los momentos de este viaje. Me encontré, de repente, paseando por un desértico pueblo del periodo Edo. En ese momento fue como si nos trasladásemos al pasado y fue un momento maravilloso.
Caminamos por Tsumago sin rumbo. Es de lo mejor que se puede hacer en un sitio como este. No sabíamos donde íbamos a comer hoy y visto que había muchos puestos de comida, decidimos picar algo en alguno de ellos.
En el primer lugar que decidimos parar fue un puesto de un señor muy mayor que estaba haciendo una especie de bollos rellenos. Si no me equivoco se llaman Oyakis y los hay rellenos de un montón de cosas.
Tras haber pedido uno para cada uno le preguntamos si podíamos sentarnos. Inmediatamente sacó una mesa chiquitita y unos bancos, y nos sentamos en el interior del local. A todo esto nos puso nuestro vaso de agua y unas servilletas. Realmente me daba vergüenza en ese momento. Porque los bollos valían poco más de un euro y nos estaba poniendo todo esto a parte. Así que decidimos pedir otros dos. Ciertamente estaban muy buenos.
Tras este parón continuamos el camino. Paramos en otro puesto donde pedimos un mitarashi, que es una especie de arroz prensado con una salsa por encima entre dulce y salada. Un sabor raro. No es que no nos gustase pero no nos encantó.
Para rematar la comida, nada mejor que un par de helados que comimos sentados a la sombra de una de las casas tradicionales de Tsumago.
Dimos por concluida la visita a las 13:00 de la tarde. Hora en la que fuimos a recoger nuestro equipaje y nos dirigimos hasta la estación de autobuses. Debíamos coger un bus hasta Nagiso. Desde Tsumago hasta Nagiso hay solo 3 kilómetros y es todo bajada. En un momento habíamos planteado la posibilidad de bajar caminando. No lo hicimos y menos mal, porque el camino, por lo que vimos, tampoco tiene tanto encanto.
Cogimos un bus que en poco menos de 15 minutos nos dejó delante de la estación de tren de Nagiso
Un paseo por Nagiso.
El único problema de esto es que no hay muchos trenes que pasen por Nagiso en dirección a Kanazawa (nuestro destino final de hoy). Así que nos tocó esperar. Dejamos las mochilas en las taquillas de la estación del tren y nos fuimos a dar un paseo por el pueblo.
Nagiso no tiene encanto, al menos no tanto como el que tienen Magome y Tsumago. No se ha mantenido tan inalterado en el tiempo y ha evolucionado. Pero lo que si encontramos fue algún que otro detalle que nos gustó.
Lo primero es que estaba en Hanami, así que los cerezos en flor estaban resplandecientes. Contrastaba el color blanco y rosado, con las escarpadas montañas que bordean el Valle de Kiso. Por otro lado, en un parque a las afueras de Nagiso encontramos una locomotora antigua, que nos hizo gracia encontrar allí.
De Nagiso a Kanazawa.
Era hora de poner rumbo a nuestro destino de hoy, Kanazawa. Donde empezaría el recorrido por los Alpes japoneses.
Eran las 4 de la tarde y aún nos quedaban más de 3 horas y media para llegar a Kanazawa y un trasbordo en Nagano.
Al bajarnos del tren en Kanazawa decidimos coger algo de comer en la estación del tren y así evitar tener que salir, aprovechar para descansar y madrugar al día siguiente. Cogimos unos Onigiris. Desde que había empezado el viaje los habíamos visto en muchos sitios. Yo nunca los había probado, ni sabía que eran exactamente, pero no me había atrevido a probarlos. No se porqué creía que no era más que un triángulo de arroz. Y cómo me equivocaba. Estaban de muerte. Así que este día fue el día en que descubrí los Onigiris, que ya nos acompañaron como tentenpie en muchas de nuestras rutas.
El hotel escogido para la noche de hoy, y para la siguiente, fue el Mystays Premier Kanazawa, del que no podemos hablar más que bien. Teníamos un completo lote de productos en la habitación, pero además, en la entrada a los ascensores, podías coger de todo lo que te puedas imaginar que necesites para tu cuidado diario. Todo un lujo. Además, el hotel, ubicado muy cerca de la estación del tren, nos permitió ir caminando a todos los sitios y no tener que madrugar más de lo requerido para coger el bus a Sirakawago.
Podéis leer la reseña completa de este hotel y de todos los que utilizamos en japón en: Mis hoteles en Japón.
Después de acomodarnos en la habitación y tras una buena ducha y una buena cena nos fuimos a descansar. Los días de madrugones y de largas caminatas por Japón empezaban a pesar.
Gastos del día:
- Envío de maleta de Magome a Tsumago: 500 yenes (3.98 euros).
- Oyakis en el primer puesto en Tsumago: 280 yenes (2.23 euros).
- Picoteo en el segundo puesto: 375 yenes (2.98 euros).
- Bus a Nagiso: 300 yenes (2.39 euros).
- Bebidas: 225 yenes (1.79 euros).
- Onigiris para cenar en el hotel: 570 yenes (4.54 euros).
- Compras para el desayuno: 301 yenes (2.39 euros).
Total gastos del día por persona: 20.30 euros.
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Si quieres leer el diario completo de viaje: Viaje a Japón en 21 días
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8 Comentarios
Gracias chicos por este post!! ya tenía ganas de hacer estas ruta pero ahora tengo unas ganas incontrolables!
Me encantó como lo mostraron.
Muchos saludos!
Muchas gracias a ti por el comentarío, Camila. Espero que lo disfrutes tanto como nosotros.
Saludos.
María
Hola! Muchas gracias por toda la informacion y detalles de tu viaje, nos has ayudado mucho a resolver nuestras dudas para llegar de Magome a Tsumago.
Agradezco tu generosidad de detalles e imágenes!
Estaremos visitando Japon por 60 días con mi esposo desde el 12/3/19,
Besos y gracias de nuevo!
Hola Iris,
Me alegra que te sea últil. Deseo que tengáis un viaje fantástico.
Besos.
María
Hola María!
muchas gracias por el pots, muy interesante!
Tengo una duda, dices que fuisteis de Tsumago a recoger el equipaje en la oficina de turismo de Magome verdad? Pero luego dices que fuisteis de Tsumago a la estación de bus de Nagiso…no me queda muy claro.
Muchas gracias por tu ayuda!
Neus
Hola Neus,
Te cuento. Dejamos las maletas en la oficina de Turismo de Magome a las 8 de la mañana. Nos fuimos caminando a Tsumago y recogimos allí, en su oficina de turismo, las mochilas a las 13:00. Después tuvimos que ir en bus a la estación de trenes de Nagiso para coger el tren a Kanazawa. No se si así te queda más claro. En Tsumago no hay estación de tren, la estación de tren está en Nagiso, por lo que hay que bajar en bus (está a unos 3 kilómetros), podéis hacerlo caminando pero a mi se me hizo largo el trayecto.
Saludos.
Entiendo así que la misma oficina de turismo lleva las maletas de un lugar a otro (de Magome a Tsumago), verdad?
Saludos
Hola Neus,
Exactamente. Lo dejas en una oficina de turismo y lo recoges en la otra. 😉
Disfrutad del viaje.