Visitaríamos el Parque Nacional Kubah dentro del cual se encuentra el centro de vida silvestre de Matang, en el que veríamos la cara más cruda y amarga de la situación que vive el Orangután de Borneo.
Breves datos sobre el Parque Nacional Kubah y Matang.
El Parque Nacional Kubah se encuentra situado a unos 27 kilómetros de Kuching y se le conoce por ser el que recoge el mayor número de especies distintas de palmeras así como 63 especies de ranas y una amplia variedad de Orquideas, pero lo que nos llevó a nosotros a visitar este parque Nacional no fueron las ranas (que para verlas hay que quedarse a dormir), ni el palmeral ni las orquideas, lo que hizo que nosotros visitásemos este parque fue el centro de vida silvestre de Matang, donde podríamos ver la cara más triste de los Orangutanes, de forma literal. Aquí, en el centro de Matang, se encuentran aquellos orangutanes que se están en el primer estadio de recuperación, es decir, aquellos que han sido rescatados recientemente y que por el momento no son aptos para volver a la selva y vivir en libertad. Algunos no lo llegarán a hacer nunca. La cara de tristeza de estos Orangutanes es algo que no se te quitará de la cabeza y el pensar qué como puede haber gente que les haga tanto daño. Hoy viviríamos el día más duro de nuestro viaje por Borneo, y quizá uno de los momentos más duros que hayamos vivido en un viaje.
Como llegar a Matang y al Parque Nacional Kubah.
Para llegar al Parque Nacional Kubah tendremos que coger un bus que parte de la misma estación que para llegar a Semenggoh, la Chin Lian Long Bus Station, donde en este caso tendremos que tomar el bus K21. Ojo, porque el último bus de vuelta es a las 15:30.
El centro de vida silvestre de Matang se encuentra dentro del parque, pero para llegar no te quedará otra que caminar. Ni bus, ni coches. Eso sí, la vuelta la puedes hacer contratando un taxi hasta la entrada del parque (la ida tambien pero entonces la visita al parque perderá todo su encanto).
Que hacer en el parque Nacional Kubah.
Existen varios trails para hacer dentro del parque. En la recepción, el guarda que te atenderá, te informará de todo lo que puedes hacer en función del tiempo de que dispongas, con tiempos estimados. Además, tambien te informará de que si vas a visitar el centro de vida silvestre de Matang y no encuentras transporte de vuelta, le puedes llamar a él y te irá a buscar.
Nos dimos cuenta, con este simple comentario, que este parque no es nada visitado, si no, el guarda del parque no podría ofrecer a todo el mundo ir a buscarles al centro de Matang.
El trail que te recomendará hacer es de la Waterfall, y ese fue el que nosotros decidimos hacer. Primero las Waterfalls, linea azul, dar la vuelta y continuar con el trail de la linea naranja hasta el Centro de Matang.
Si además decides hacer noche en el parque, podrás ir a ver las cientos de ranas que solo son visibles por la noche.
¿Qué es el centro de vida silvestre de Matang?
Cuando empezamos a preparar este viaje nos preguntábamos cómo podía ser posible que existiendo este centro de recuperación del Orangután, tan cerca de Kuching, nadie lo visitase, y no existiese prácticamente ninguna información en castellano sobre él y sin embargo, todo el mundo acude a ver el centro de recuperación de Semenggoh. Una vez que visitamos el centro de Matang nos dimos cuenta de el porqué.
Está claro que en este centro se ve la cara más amarga de la situación del Orangután en Borneo, aquí podemos sentir la tristeza del orangután, percibir lo que sienten y en el estado tan lamentable en el que se encuentran. Aquí, en Matang, encontramos los orangutanes que han sido rescatados recientemente de la deforestación de la selva, de aquellos que los han mantenido en cautiverio como un trofeo durante años y que ahora les va a costar volver a poder sobrevivir por su cuenta en la selva.
La situación que vive Borneo en la actualidad es lamentable y muy triste y es algo que no se ve en las noticias. Cuando empiezas a buscar información sobre esta región te das cuenta de que la situación actual tanto de la selva como de los animales que viven en ella es tan precaria que llegará a desaparecer. Es una de las selvas más vírgenes del planeta y sin embargo le queda poco tiempo de vida. La creciente demanda del aceite de palma hace que cada vez más hectáreas de selva sea arrasada por el fuego para producir palma a gran escala. Esto hace que los Orangutanes y otros cientos de especies estén en vías de desaparición.
Aquí, en Matang, nos podemos acercar un poco más a esta cara tan amarga del Borneo Malayo.
Nuestra visita al Parque Nacional Kubah y Matang.
Volvíamos a tener que madrugar ya que queríamos coger el bus de las 8 de la mañana, el primero de los que van en dirección a la Politeknica (el K21) y tener tiempo suficiente para disfrutar un poco del parque y visitar el centro de Matang.
Para desayunar, y aunque teníamos el desayuno incluido en el hotel preferimos hacerlo de camino al Parque Nacional Kubah, compramos unos bollos, una lata de café y una de Milo (Chocolate con leche) para comer en el camino.
Al cabo de 45 minutos llegamos a la entrada del Parque Nacional Kubah. Allí, el amable guarda del parque, nos da unas indicaciones de las rutas que podemos hacer para visitar el parque, además de vendernos agua para el camino, e informarnos de que por si no encontrábamos taxi de vuelta nos da su número de teléfono para que le llamásemos e ir a por nosotros. Estaba claro que este parque no lo visita prácticamente nadie, si no sería inviable que el guarda pudiese hacer esto. En el día de hoy, en el Parque Nacional Kubah, solo estábamos nosotros dos y una pareja de americanos, con los que no nos cruzamos en ningún momento. Aquí si te podías encontrar a solas con la selva.
Trail a las Waterfalls (linea azul).
Este fue el primer trail que hicimos en el parque. Siguiendo las recomendaciones del guarda, en prácticamente una hora estábamos en las Waterfalls. El trayecto está perfectamente indicado, tanto, que tienes una señal cada 50 metros, por lo que puedes saber en cada momento cuanto te falta para llegar. El trayecto es prácticamente cuesta abajo, lo cual quiere decir, que a la la vuelta, ya que es un camino de ida y vuelta, el trayecto se hará todo cuesta arriba. Menos mal que el primer tramo, el de las escaleras empinadas, si se continua hasta el centro de Matang se evita, porque subir estas escaleras con la humedad y el calor que hace aquí debe ser matador.
Aquí prácticamente no se ven animales pero la selva es preciosa, muy tupida y se nota que no hay aglomeración de gente, porque se ve todo en estado muy natural. La ruta es muy bonita, se va pasando por selva muy virgen y con árboles de grandes dimensiones hasta llegar a la cascada.
En la cascada estábamos solos, claro, no había nadie más en el parque salvo los dos americanos que habían decidido ir directamente al centro de Matang. Así que Rubén no se lo pensó ni dos veces, se quitó toda la ropa, TODA, y se metió al agua.
Tras esta breve parada, en la que yo perdí el polarizador de la cámara, emprendimos el regreso con intención de coger la bifurcación que enlazaba con la linea naranja hacia Matang.
Un susto en la selva.
En el camino pasó algo que nos hizo pensar qué estábamos en la selva, que hay que extremar precauciones y que aquí, donde no hay nadie en muchos kilómetros a la redonda, cualquier cosa puede ser un gran problema. Iniciamos el camino de vuelta y en un momento dado oigo como Rubén se pone a toser, me doy la vuelta, lo veo pálido, con arcadas, no puede hablar. Consigo entender que se ha tragado algo. No me lo puedo creer. ¿y si se ha tragado un mosquito y le pica en la garganta? ¿y si lo que se ha tragado es una araña? ¿y si tiene algún tipo de reacción? ¿y si se le hincha la garganta? ¿y si…? Así fui entrando en mi momento «pánico». Él decía que estaba bien pero no hacía más que intentar vomitar y yo seguía muy asustada. No sabía que hacer. Sacamos las barritas energéticas, esas que en este viaje nos salvaron la vida en varias ocasiones. Le dije que comiese un poco y bebiese algo, a ver si eso que tenía en la garganta se iba pasando. El momento fue muy duro y no terminó aquí. Cuando consiguió dejar de que le diesen arcadas, decidimos seguir el camino y salir cuanto antes de allí, Él no iba bien y eso que se empeñaba en hacerme creer que la situación estaba controlada. Yo sabía entonces que no era así y lo sé ahora porque él lo dice. Pasó un momento muy malo y yo también lo pasé mal. Todo el trayecto de vuelta solo me daba por pensar como iba a hacer para sacarle de allí si le pasara algo, cómo iba a dar la voz de alarma, como podía avisar al guarda de lo que nos había pasado y donde nos encontrábamos… fui todo el camino con este pensamiento.
Rayu trail hasta el Centro Matang
La vuelta se hizo, en estas condiciones muy dura. Dejamos atrás el Waterfall trail y enlazamos, con una poderosa subida por el Main Trail, hasta el Rayu Trail que nos llevaría a Matang.
El sendero por la selva es precioso, la verdad, y lo disfrutamos en la medida de lo posible. Una ruta muy buena y que hubiésemos disfrutado mucho más si no fuese por la mala pata que habíamos tenido con el mosquito, la araña o lo que fuese.
Es cierto, que desde el momento en que a Rubén le pasó eso yo iba mucho más tensa con el tema de bichos y arañas. No quería que nada me tocase y el que por estas rutas no pase gente habitualmente hacía que cada dos por tres te encontrases con una tela de araña que cruzaba de lado a lado el sendero. Aquí si que lo pasé mal. Iba con mi brazo por delante intentando que ninguna tela, o más bien ninguna araña, me diese directamente en la cara.
Tardamos un buen rato en llegar a Matang. Teníamos que ir parando. Rubén parecía estar bien. Más bien quería aparentar que estaba bien pero yo sabía que no iba al 100%.
El Centro de Vida Silvestre de Matang.
Cuando llegamos al Centro de Vida Silvestre de Matang, los americanos con los que habíamos llegado a Kubah nos estaban esperando para compartir un taxi de vuelta a la recepción del parque. Esperarían por nosotros y ya habían contratado el servicio así que todo perfecto.
Empezamos la visita al Centro. Aquí, no solo se encuentran Orangutanes, sino cientos de especies que han sido rescatadas y que necesitan una buena aclimatación para volver a vivir en la selva. He de decir que a mi, esta parte del parque, donde ves cientos de especies, me pareció más un zoo que un centro de recuperación o rehabilitación de especies. No se, solo puede ser que sean impresiones mías. Lo que sí me impresionó mucho fue la zona de los orangutanes. Verlos en tal estado hizo que se me pusiese un nudo en el estómago que me paralizó totalmente.
Me quedé delante de Peter un buen rato. Mirándole, llamándole, intentando darle alguna muestra de cariño y afecto, intentando que reaccionase. Pero no lo hizo. Su cara de tristeza me hizo enmudecer por momentos. Ni me miró, solo miraba al infinito. Su vista pérdida, su cara descompuesta, en estos momentos todo se te revuelve por dentro y no haces más que pensar en que persona cruel puede tratar así a estos animales que tanta ternura despiertan.
Hubo más visitas a más orangutanes, pero como Peter no me llamó la atención ninguno. Allí, frente a él, dejé un trozo de mi alma.
Mientras tanto Rubén no podía ni acercarse. A cada momento se sentaba en un banco, estaba bajo, no tenía fuerzas y decidimos regresar. Cuando se vio en el centro de Matang, su cuerpo se relajó hasta tal punto que perdió las fuerzas. Solo necesitaba descansar.
Regresamos a la recepción del Parque en un taxi contratado por los americanos. Avisamos al guarda de que ya estábamos de vuelta y nos dijo donde debíamos ponernos para coger el bus de vuelta a Kuching. Todavía quedaba más de una hora pero al cabo de unos 10 minutos pasó una furgoneta, que también hacen las veces de bus, y regresamos a Kuching.
De vuelta en Kuching.
Comimos en un Burger King del centro comercial Plaza Merdeka. Se ve que a Rubén con el bajón solo le apetecía comer comida basura.
En el paseo de vuelta hasta el hotel, pasamos por una tienda a comprar galletas, bollos y snacks para las rutas y para desayunar, ya que habíamos decidido no volver a hacerlo en el hotel. Además nos teníamos que ir preparando para los 2 días que pasaríamos en Mulu.
Un paseo en barco por Kuching.
Una «turistada». Eso es lo que hicimos ese día. Pero nos apetecía mucho navegar por el río, ver el atardecer desde el barco y ver una perspectiva distinta de la ciudad. La verdad es que el paseo está bien, pero vamos que para mi es prescindible totalmente. Solo por ir en una barca típica de Borneo, navegando por el río y ver la ciudad desde otro punto de vista, puede merecer la pena, pero bueno, tampoco hay mucho que ver ni mucha perspectiva que tomar.
Cena en el Feast and Furious.
Investigando por internet descubrimos un restaurante que tenía muy buenas críticas, era reciente y aún así parecía subir como la espuma. Eso sí, no era barato. Decidimos ir a probarlo. Se llama: Feast and Furious.
No solo nos encantó por su diseño, por su decoración dedicada al mundo de las motos y de la fórmula uno, sino que tambien encontramos una gran sorpresa en su interior: el Arrowns de De La Rosa. Estábamos alucinados la verdad. Además de, imaginamos que serían réplicas y no originales, cascos de Rossi. La verdad es que el sitio nos encantó y lo recomendamos totalmente. Pagamos 91RM, por dos platos, dos raciones de pan de ajo, una cerveza Guiness y dos zumos de piña. No es barato pero mereció la pena.
Gastos del día:
Desayuno: 4.15RM (0.93 euros)
Bus de ida a Kubah: 4RM (0.9 euros)
Entrada al PN Kubah: 20RM (4.49 euros)
Agua: 2RM (0.45 euros)
Taxi desde Matang a Kubah: 5RM (1.12 euros)
Van de vuelta: 4RM (0.9 euros)
Comida en el Burguer King: 14.9RM (3.35 euros)
Snack para rutas y desayuno: 4RM (0.9 euros)
Paseo en barco: 23RM (5.17 euros)
Cena: 45.5RM (10.22 euros)
Total gastos del día: 28.43 euros
Si quieres leer el diario completo del viaje: 14 días en Borneo.
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6 Comentarios
muy buenas!
genial vuestro viaje y genial como lo contáis!
este verano nos vamos para allá con dos peques (4 y 7 años), pensamos ir a semenggoh y a matang, pero ahora después de leer el post de matang, me han entrado dudas. Solo disponemos de un día y pensábamos ir a los dos centros, lo hacíamos para asegurarnos que los peques vean los orangutanes, por si en semenggoh no aparecen, pero si lo de matang puede ser una «mala experiencia», pensábamos que en matang habría más orangutanes pequeños o incluso queríamos ver si se puede adoptar alguno para ayudar. ¿que opinas? muchas, muchas gracias!
Hola Ester, a tus hijos les va a encantar, ya verás, pero … si realmente quieres llevarlos a ver orangutanes en su hábitat, en el más natural posible, invierte todo tu tiempo en Semenngoh, porque les verás, seguro. Nosotros teníamos claro que les íbamos a ver sí, o sí. Todo nuestro viaje giraba en ver Orangutanes y los íbamos a ver. Para ello fuimos a Semenngoh el primer día de nuestra estancia en Kuching, si los veíamos,bien y si no les veíamos el resto de los planes quedarían de lado, volveríamos a Semenngoh hasta que viéramos orangutanes. Así lo hicimos y pese a verles por la mañana, bueno, ver a solo uno, no nos quisimos perder la oportunidad de volver a verles por la tarde. Si el tiempo acompaña, podéis pasar el día en el Parque de Semenngoh, hay rutas para hacer y pasar el día (pero llevad comida porque allí no hay nada donde comprar). Yo no llevaría a tus niños a Matang a no ser que les inquieras enseñar lo que no se debe hacer con los animales, es decir, que a los animales no se les maltrata hasta dejarles en un estado tan lamentable que tengan que existir centros como este para poder recuperarlos y volver a meterles en el cuerpo las ganas de vivir. De verdad que a mi el sitio, Peter, me entristeció mucho.
Un saludo.
Madre mía, qué tristeza la foto de la mamá con la cría. Y bueno, lo de Rubén…menos mal que se quedó en el susto.
Si, guapa, pero menudo susto, encima yo que el inglés lo domino más bien poco, imagínate como iba a hacer para hacerme entender por teléfono. Lo pasamos mal, la verdad, ambos.
Qué pena que la deforestación y la mano del hombre haga estas cosas 🙁
La verdad que la mano del hombre trae mucha destrucción, deberíamos ir aprendiendo algo…