Viajar a Kenia significa pasar, en algún momento por su capital, Nairobi. Allí es donde se encuentra el aeropuerto internacional Jomo Kenyatta, así que quieras o no pasarás por Nairobi en alguna ocasión, otra cosa es que decidas parar o no darle una oportunidad.
La mayoría de tours y safaris por Kenia no dejan tiempo para pasar un día en Nairobi sin embargo nosotros pasamos 4 veces por la capital: cuando llegamos, aunque solo vimos el aeropuerto; cuando cambiamos de la zona de playa en Diani Beach a los Safaris donde no nos quedó otra que hacer noche y aprovecharlo para dar un paseo por el centro; en el cambio del parque de Masai Mara al parque Amboseli, aunque solo paramos para comer; y el último día, antes de emprender el rumbo a casa, que aunque pudimos evitarlo quisimos dedicarle un día entero a la capital y así descubrir sus muchos encantos.
Hoy nos tocaba un día de transito. Habíamos pasado cinco días en la costa de Kenia: 2 días en The Sands at Chale Island y 3 días en The Sands at Nomad y tocaba volar hasta Nairobi y aprovechar un poco del día para visitar el centro de la ciudad, donde había elaborado un mapa con las cosas que ver y hacer en el centro de Nairobi. Estas eran nuestras ideas iniciales, pero al final todo quedó en un paseo ligero y una visita a uno de los lugares que más ilusión me hacía conocer de la ciudad y que aunque parezca mentira se trata de un hotel: The Norfolk.
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Realizamos viajes a distintos destinos con la intención de traer información fresca, y en algunos casos contactos, con lo que poder trabajar en un futuro (guías, agencias locales…) evitando de esta manera los intermediarios
De Diani Beach al Sarova Panafric de Nairobi.
Salimos muy temprano del hotel. Tras el desayuno, y terminar de hacer la maleta, ya estaban los maleteros esperando en la puerta de la habitación para bajarnos las mochilas hasta recepción (bueno, hasta el punto donde llegan los coches a buscar a los clientes). Mientras ellos cuidaban de nuestro equipaje nosotros hicimos el check out, pagamos las comidas que habíamos hecho en el restaurante, y ¡sorpresa!, nos traían unas cosas (de valor) que habíamos olvidado en el fondo de la caja de seguridad. Es la segunda vez que me pasa una cosa así. La vez anterior fue en un hotel en Cuba, donde me olvide, también en la caja fuerte, un reloj de bastante valor y antes de abandonar el recinto, la chica de la limpieza consiguió localizarnos para hacer la devolución.
Llegamos muy temprano al aeropuerto, con lo que nos dio tiempo a hacer muchas reflexiones y a pensar mucho en lo que habían sido estos primeros días en Kenia.
Un poco de historia de Nairobi
Hoy haríamos un viaje de vuelta a Nairobi que a mi me hubiese gustado vivir de otra manera.
Desde que comencé a preparar este viaje, si bien no busque mucha información al respecto, si que leí bastante sobre su historia, y sobre lo que se dice y se cuenta en muchos de los libros que se han escrito hasta la fecha sobre África.
Es notable ver como hace unos años cada ingles, portugués, español, belga… que viajaba a África, sentía la necesidad de escribir sobre este continente, por lo que hay mucha y muy buena literatura. La historia de la costa de Kenia, y centremos la en Mombasa, es bastante amplia, donde se habla de muchas historias sobre desembarcos, sobre guerras, sobre piratas, sobre indios, portugueses, ingleses… una historia variopinta que sin lugar a dudas tiene que ver sobre ser uno de los principales puertos de entrada a África.
En contra de esta amplia historia de Mombasa, tenemos la reciente historia de Nairobi, una ciudad de no mucho mas de 100 años y que nace con la llegada del ferrocarril. A mi, personalmente, esta historia, la historia de Kenia y del África oriental en general, me ha gustado desde siempre y es por ello que quise hacer este viaje de vuelta a Nairobi en este tren que se fundo a principios de los años 1900 y que tenia como objetivo llegar desde la costa, desde el puerto de entrada en Kenia, hasta el lago Victoria y lo que hoy conocemos como Uganda.
Desde mediados del Siglo XIX, muchos fueron los exploradores que llegaron a Africa: Richard Burton, John Speke y James Grant, quienes rivalizaron entre ellos y discutieron sobre las llamadas Fuentes del Nilo, es decir, la búsqueda del nacimiento del gran río, que se ubicaron en el Lago Victoria, en Uganda; y Joseph Thomsom. Con las contribuciones de estos grandes exploradores se consiguió cartografiar gran parte de lo que hoy conocemos como Kenia.
La gran contribución de Joseph Thomsom fue haber realizado el trayecto desde Mombasa a Uganda por la linea mas corta, es decir, atravesando la tierra de los peligrosos Masai durante la década de los 80 de ese siglo XIX.. Esta ruta, la ruta corta, fue la que posteriormente se utilizo para trazar la linea del ferrocarril. A finales del siglo, la linea de ferrocarril avanzo y a lo largo del trazado fueron surgiendo aldeas. Una de estas aldeas se denomino Nairobi, que posteriormente fue capital de la colonia y tras la independencia, la capital de la República de Kenia.
Hablar de la historia de Nairobi, pasa por hablar de la historia de este ferrocarril, motivo por el cual yo quería seguir su trazado. No fue posible, pero se que algún día lo haré.
Nuestra llegada a Nairobi.
El vuelo salio con retraso lo que hizo que llegásemos mucho mas tarde de lo que pensábamos a Nairobi, mas de lo que teníamos previsto por lo que nuestros planes para este día cambiaron sustancialmente. Durante nuestro trayecto en vuelo no paraba de pensar en todo lo que sucedió en esos terrenos hace unos 100 años y en como ha cambiado todo. Como ha descendido la población de leones, de elefantes y de fauna en general incluso a llegar hasta casi el exterminio de los animales. Sin embargo, una ley promulgada en la década de los 70 prohibió la caza en Kenia lo que dio un respiro a la población animal. Sin embargo esto dio lugar a otro tipo de lucha: la lucha contra los furtivos.
Nos bajamos del avión y nos dirigimos a la zona donde en teoría nos tendría que estar esperando Samuel, y efectivamente allí estaba. Nos subimos a la furgoneta y y de ahí hasta el hotel, donde nos recibieron con un zumo de frutas y una toalla fresca. A esta hora del día se agradecía, y mucho.
Tras una charla con Samuel sobre nuestras impresiones sobre la costa, nos entrego un documento con todo el planning que íbamos a seguir durante el safari, y nos dio las indicaciones para nuestros siguientes días. Lo importante: al día siguiente, a las 8 de la mañana, nos encontraríamos con nuestro guía en la puerta y empezaría la aventura.
Nos despedirnos de Samuel y subimos a la habitación. Nos cambiamos de ropa y rápidamente salimos a ver lo que Nairobi nos podía ofrecer. Lo primero que necesitábamos era comer.
Cerca de las 4 de la tarde y todavía no habíamos comido nada. Si que decidimos que dado la hora que era y que a las 6 de la tarde mas o menos (momento en que empezaba a oscurecer) debíamos estar en el hotel (no es recomendable pulular por Nairobi, una de las ciudades mas peligrosas de África, cuando ya ha anochecido) dejar el paseo por el centro de Nairobi y centrarlo en algo que si que me hacia mucha ilusión: conocer el histórico hotel Norfolk.
Salimos a la calle, sin cámara de fotos, con todas las precauciones del mundo, ya que habíamos leído de todo y sin embargo no fue para tanto. Nos encontramos con gente amable, con gente dispuesta a ayudar pero también con gente muy pobre, que te llegaba a acosar un poco (sobre todo los niños) para que les dieses algo. Esto ultimo no fue lo normal, lo normal fue, a esas horas, que todo estuviese muy tranquilo. Eso si, desapercibidos no pasamos.
También es cierto que a quien se le ocurre (solo a mi), que quería pasar desapercibida y eso ya de por si era imposible, ir vestida de blanco. Una blanca, rubia, de ojos azules, paseando, vestida de blanco, por el centro de Nairobi, desde luego, era evidente que estábamos ahí. ¿y nos miraban? pues si, pero era evidente que nos iban a mirar, como también lo hacen en algunos países de Asia.
En nuestro camino hacia el centro de Nairobi nos sorprendieron los coloridos y vistosos «matatus», los autobuses públicos que en función de a quien vayan dirigidos van decorados de una forma u otra. Por ejemplo, nos explicaron que los de la gente joven suelen ir con música tecno o discotequera, el volumen muy alto y con luces como si estuviésemos en un pub, y abarrotada de gente, sin que todos tengan sitios donde sentarse. Sin embargo, los destinados a gente mayor, suelen tener decoraciones mas tranquilas como así la música que llevan dentro. La verdad es que nos resulto curioso.
Nos costó encontrar un sitio donde comer. Íbamos mirando hacia todos los lados y nada, ni un solo restaurante o puesto callejero donde comer algo. Nos moríamos de hambre, así que a estas horas cualquier cosa nos podría servir. Vimos un local, la verdad que bastante moderno, con bollería en el escaparate. Me daba igual, si tenía que comer un donuts o un croissant a esta hora, pues me lo comía, pero necesitaba comer algo.
Entramos y para nuestra sorpresa, el restaurante no era una cafetería, mas bien tenia un poco de todo, así que pudimos comer unas hamburguesas que si bien nos resultaron muy caras (precio igual al de España), nos supieron de maravilla. En ese momento empezamos a pensar en como podía ser posible que se barajasen esos precios en Nairobi, cuando habíamos leído que el salario de un profesor, por poner un ejemplo, que sería un sueldo bueno, no superaba los 400 euros mensuales.
Poco después nos enteramos que en Nairobi, donde se regatea todo, también se regatea la comida, y que en los menús de los restaurantes, las cartas y los precios públicos son destinados a los turistas mientras que para ellos tienen otro precio. No me pareció bien, pero bueno, hay que asumirlo.
Con el estomago lleno empezamos el paseo hasta The Norfolk hotel, pensando que estaba mucho mas lejos. En menos de 15 minutos divisábamos el entorno de este emblemático hotel.
Hotel Norfolk de Nairobi.
¿Porqué era para mi tan importante visitar este hotel?
Este hotel, tiene un pedacito de la historia de Nairobi, y por tanto de la historia de Kenia. Cuando el ferrocarril llegó a la zona de Nairobi y se fundó esa aldea, empezaron a llegar los primeros colonos europeos. Muchos en busca de tierras para cultivar, otros en busca de aventuras y safaris de caza… todos venían intentando buscar una mejor vida y donde primero se alojaban era en el Hotel Norfolk, el primer hotel que surgió en Nairobi en los primeros años del S.XX.
Hablar del Hotel Norfolk no solo es hablar de la historia de Nairobi sino de la historia de una gran mujer y una gran escritora, Karen Blixen, que se convertiría en los meses de preparación de este viaje en una búsqueda continua de información sobre su vida. Su historia me parecía fantástica y no podía irme de Kenia sin visitar alguno de los sitios que ella había pisado.
El hotel Norfolk fue el lugar donde pasó sus primeros días en Nairobi, Karen Blixen, escritora de la famosa novela que relata su vida, «Memorias de África», y lugar donde contrajo matrimonio con el Baron Bror Fredrik von Blixen-Finecke.
Así que aquí estábamos contemplando un pedacito de historia de Nairobi y un pedazo de la historia de Karen Blixen. Este hotel sufrió muchas remodelaciones a lo largo del último siglo, sin embargo aun conserva ese ambiente colonial de la época británica en Kenia.
No os podéis imaginar la ilusión que me hizo pasear por el hotel, visitar cada rincón y reconocer algunos de los sitios que salen en la película «Memorias de África» (película que solo conseguí terminar de ver cuando la historia de esta mujer me llamó la atención. Reconozco que antes de esto me había parecido un autentico tostón)
Después este paseo por el hotel nos fuimos al nuestro, al Sarova Panafric, y terminamos el dia resolviendo algunas cosas de trabajo que teníamos pendiente y puesto que habiamos comido tan tarde nos fuimos a dormir sin cenar.
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Si quieres leer el diario completo: 19 días en Kenia y Tanzania.
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