Dos días en Arusha
Arusha, situada en el norte de Tanzania, a los pies del Monte Meru, se ha hecho turísticamente conocida dada su cercanía a la mayoría de los parques Nacionales más importantes del país.
Al noroeste, la cumbre más alta de África, el Kilimanjaro nos da la bienvenida nada más bajarnos del avión, si con suerte, conseguimos verlo despejado. A unos 100 kilómetros hacia el noroeste encontramos los bosques de Baobabs del P. N. Tarangire. Al lado de este, los leones trepadores del Lago Manyara. Si continuamos la carretera hacia Karatu, a unos 50 km, la entrada al arca de Noé, al cráter del Ngonongoro, que da comienzo a las extensas llanuras del Serengeti.
Y no hace falta recorrer kilómetros porque no nos olvidemos que Arusha, tiene su propio parque nacional. En las faldas del Monte Meru, encontramos un entorno tranquilo en el que refugiarnos, a escasos minutos en coche, del ajetreo de la ciudad.
Arusha es una ciudad caótica, donde todo parece desordenado, pero dentro de su descontrol total, todo parece controlado, funcionando y fluyendo. Es una ciudad donde la gente vive en la calle, donde parece que nadie se queda en casa, y donde hagas lo que hagas, vayas a donde vayas, te encontrarás millones de personas que vienen y van.
Breve historia de Arusha
Al igual que Nairobi, son ciudades jóvenes, pero no lo parecen. Aunque la historia de Arusha es mucho anterior a los escritos que tenemos sobre ella, se considera que en Arusha se puso la primera piedra a finales del s. XIX, cuando el capitán alemán Kurt Johannes construía aquí un pequeño fuerte (hoy reconstruido en el Museo Boma de Historia Natural) a los pies del Monte Meru.
La colonización alemana en la zona de Arusha, había comenzado unos 4 años antes cuando el capitán Kurt Johannes hizo el primer intento de establecer relaciones con los jefes locales. Pero estos respondieron atacando y matando a dos misioneros. Johannes se retiró a Moshi donde convenció a los Chagga, una tribu cercana al Kilimanjaro, y juntos atacaron Arusha consiguiendo así, someterlos a control alemán.
Aunque la historia de Tanzania se remonta al nacimiento de la humanidad, la ciudad de Arusha no tiene ni 125 años. Primero se convirtió en un centro comercial, como punto estratégico y punto medio entre el camino que iba desde la ciudad de El Cairo hasta Ciudad del Cabo. En 1948 se le declaró Autoridad Municipal pero no fue hasta el año 2012 cuando realmente adquiere el estatus de ciudad.
Hoy en día se le conoce como «la capital turística» de Tanzania. Y pese a que la capital del país es Dodoma, Arusha es, sin lugar a dudas, el principal puerto de entrada turístico del país, y la ciudad desde donde se inician la mayoría de los safaris.
Primer día en Arusha
Aunque estuvimos dos días en Arusha, todo puede resumirse a uno. Habíamos llegado esa mañana en un vuelo procedente de Doha, y tras hacer todos los trámites, que son muchos, pusimos rumbo a nuestro hotel Tulia Lodge.
Como os contaba en el artículo anterior, teníamos que haber llegado un día 3 de Septiembre, sin embargo, por logística o más bien por precio de los vuelos, decidimos adelantarlo. Nos compensaba mucho hacerlo. Así que tres de nosotros: Rubén, Carmen y yo, llegábamos el día 2. Mientras que el resto del grupo lo haría el día 3.
Y pese a que pasamos dos días en Arusha, nuestro primer día hicimos prácticamente lo mismo que al día siguiente, en el que ya estábamos todo el grupo junto. Básicamente nuestro primer día lo dedicamos a tomar contacto con la ciudad y poder enseñársela al día siguiente al resto de nuestra cuadrilla.
Tras hacer el check in en el hotel, y dado que era tarde ya, hicimos nuestra primera comida en el restaurante de nuestro hotel. Unas pizzas que nos sentaron de maravilla. Nos cambiamos de ropa, porque pensamos que en Arusha haría calor, pero todo lo contrario. Y salimos dispuestos a dar nuestro primer paseo por la ciudad. Tomamos contacto con ella y regresamos al hotel cuando ya casi no había luz.
Estábamos realmente reventados. Habían sido muchas horas de viaje, muchas emociones vividas, y muchas horas sin dormir. Además los kilómetros caminados por la ciudad se hacían notar. Teníamos la cena incluida en el hotel, pero teníamos más sueño que hambre, así que con una cena ligera nos fuimos a descansar.
Segundo día en Arusha
No necesitábamos madrugar, ya que nuestros compañeros de grupo llegarían más o menos a la misma hora que habíamos llegado nosotros al hotel el día anterior. Sobre las 11 de la mañana. Nos lo tomamos con tranquilidad, nos relajamos en los sillones de la recepción y allí esperamos noticias.
La primera vino de parte de Ana, que nos decía que ya se había encontrado en Doha con Luis y Rosa, el resto del equipo, y que ya habían aterrizado. Empezaban los trámites de inmigración.
No supimos más hasta que aparecieron, pasadas las 11 de la mañana acompañados de nuestro guía Said. Escasos minutos antes, el dueño de la agencia local con la que realizábamos el safari, había llegado para darnos la bienvenida al país.
Encontrarnos por primera vez con los que serían nuestros compañeros durante los siguientes 14 días de viaje, fue muy emotivo. Todos llegábamos con PCR negativo y con un test de antígenos reciente, así que ahora, nos convertíamos en una unidad familiar, en lo que se conoce como «grupo burbuja». Es por ello que pudimos darnos muchos abrazos, y es algo que, al menos yo, había echado mucho en falta estos dos últimos años.
Reencontrarnos con ellos fue nuestro primer momento intenso. Ana es seguidora de mi cuenta de Instagram desde hace mucho y Rosa de la cuenta de @mas.querizos, que sin saber muy bien cómo, se quiso embarcar con nosotros. A Luis no le conocía de nada, no habíamos cruzado casi palabras en este tiempo así que no tenía ni la más mínima idea de lo que me iba a encontrar. Y lo que nos encontramos fue un grupo inmejorable, pero eso lo íbamos a descubrir con el paso de los días.
Buscando una tarjeta de datos
Lo que nosotros tenemos muy en cuenta a la hora de viajar es que tenemos que estar conectados las 24 horas del día. Hay que tener en cuenta que nosotros estamos viajando pero trabajando y que llevamos nuestra empresa a cuestas. Así que tenemos que tener conexión a internet.
Mientras el resto del grupo hacía uso de sus habitaciones; Carmen se tenía que cambiar de habitación para pasar de una sencilla a una doble (compartiría habitación con Ana), nosotros y nuestro guía Said, nos fuimos en busca de una tarjeta de conexión a internet. Lo hicimos con Vodafone.
Habíamos cambiado dinero en nuestro paseo por Arusha el día anterior, bueno, más bien habíamos sacado chelines de un cajero. Cogimos una tarjeta para 30 días con 30 gigas (aunque creo que efectivos eran 23), por 30.000 chelines, que no llegamos a consumir.
Nuestra intención era, como habíamos hecho en otras ocasiones, que con mi móvil haríamos «router wifi» y compartir la conexión con el resto del grupo. Tuvimos tan poco tiempo libre en este viaje que ni hizo falta. Todo nuestro tiempo lo dedicamos a disfrutar del viaje, del entorno y de nuestra gente que no tuvimos tiempo ni de redes sociales.
Mapa de Tanzania
Como siempre os dejo el mapa que he elaborado para nuestro viaje, con la ubicación de todos los puntos de interés, entre ellos, todo lo que podéis ver y hacer en un paseo por Arusha. De esta forma es mucho más fácil seguir el viaje.
De paseo hacia el centro de Arusha
Una vez de vuelta en el hotel, nos despedimos de Said hasta el día siguiente; del dueño de nuestra agencia local en Tanzania hasta nuestro regreso del tour; y nos dirigimos, paseando, hacia el centro de Arusha.
En es en este momento cuando percibes que estás en una locura de ciudad. Hay puestos de comida, de cachivaches, de telas, de cosas de segunda mano… y hasta uno donde pesan a la gente con una báscula de baño. En Arusha todo se vende y con todo se puede comercializar, hasta con las botellas de plástico vacías.
El camino que nos lleva desde nuestro hotel hasta el centro de la ciudad, es cuando menos curioso. Primero atravesamos la zona donde está nuestro hotel, sin asfaltar, con polvareda por todos los lados, con puestos a ambos lados, con gente, motos, coches… todo el mundo circula por el mismo lugar.
Cruzamos la carretera, y entramos en lo que ya sería el centro de Arusha. Ahí la cosa va cambiando. Primero pasamos por una zona más tranquila, pero conforme vamos bajando hacia el centro, cada vez más puestos, más gente, hasta que se todo se convierte en un gran mercadillo donde cuesta hasta caminar.
Los puestos están tan pegados, que incluso te tienes que meter en plena carretera si quieres avanzar. Calle llena de coches, gente, puestos, carros, y hasta algún que otro tuc tuc, de estos que son tan clásicos del continente asiático.
Carmen, por ejemplo, nunca había estado en una ciudad así, tan caótica, sin encontrarle el sentido a la organización ni a… bueno, a nada. Le pregunté en varias ocasiones si le impactaba, y claro, impactar impacta, pero miedo decía que no le daba. A nosotros, he de decir, que tampoco.
Es una ciudad que dentro de su caos, parece más organizada de lo que nosotros vemos, y además, segura. No sentimos esa inseguridad que se respira en ciudades como Nairobi. Y eso que he de decir, que ni en nuestro primer día en la ciudad, ni en este segundo, coincidimos por la calle con ningún occidental.
Según nos vamos acercando al centro (considerando el centro la mítica plaza de la torre del reloj), notamos que cada vez nuestra presencia era más evidente. Se nos acercaban para intentar vendernos cualquier cosa. Un gorro de safari, un chaleco, un safari, ¿por qué no?, hasta un mapa de Tanzania o una foto del presidente del país. Todo vale.
Plaza de la Torre del Reloj.
Cuando empecé a preparar el viaje, hablé largas horas con mi contacto en Arusha, y todo lo que comentábamos de la ciudad, en cuanto a restaurantes o cosas que ver, se reducía a «tantos» minutos caminando desde la Torre del Reloj. Parecía que todo se reducía, en esta ciudad a esta Torre, centro de todo, y punto de encuentro. Así que cuando pregunté por un buen restaurante para comer nuestro primer día, no me extrañó que la respuesta fuese: «El George´s Tavern, a 5 minutos de la Torre del Reloj».
No me extraña tampoco que entre todas las cosas que leí sobre la Torre del Reloj de Arusha, una fuese que era lo más fotografiado de la ciudad. Realmente, la ciudad poco atractivo fotográfico tiene, sobre todo en cuanto a edificios se refiere, así que no es de extrañar, que este singular reloj obtenga esta reseña. Nosotros no dejamos pasar la oportunidad de hacerlo, todas y cuantas veces pasamos por este punto.
La Torre del Reloj de Arusha, marca el centro de la ciudad, pero además se dice que es el punto intermedio entre Ciudad del Cabo y El Cairo ¿será verdad?
Comiendo en George´s Tavern
Tenía claro que en el día de hoy, entre las recomendaciones que me habían hecho para comer en la ciudad, lo íbamos a hacer en el George´s Tavern. Toda mi búsqueda de información de este sitio antes de decidirme por él, había pasado por ver unas cuentas fotos del local. Me había parecido ideal una comida al aire libre, en un entorno verde, pero en pleno centro de la ciudad. Un lugar único donde podríamos empezar a conocer a los que serían nuestros compañeros de viaje.
Y como no… empezamos con unas cervezas locales y con un nombre muy apropiado «Safari». Comenzaba nuestro safari brindando con unas buenas «Safari Beers»
Nuestra primera comida en la ciudad transcurrió entre muchas risas. Era el preámbulo de lo que iba a venir, un viaje lleno de buen rollo, buenas vibraciones, y sobre todo muchas risas. Cada uno pidió lo que le apeteció y vivimos una comida que a día de hoy considero que fue uno de los mejores comienzos de viaje.
Coste de la comida para 6: 156.000 chelines tanzanos (unos 60 euros)
Mercado de piedras y minerales
Muy cerca del restaurante vimos la entrada a un lugar que no llevaba marcado en mi mapa de viaje. Nos llamó la atención y entramos. Era el mercado de piedras y minerales de Arusha.
A los pies del Kilimanjaro, techo de África, existe un yacimiento de un mineral único en el mundo y que solo se obtiene aquí. Se trata de la Tanzanita. A la tanzanita se la conoce como «diamante índigo» dada su rareza, su exclusividad y su poca cantidad, lo que hace que alcance un alto precio en el mercado.
¿Sabías qué…. ?
- A la Tanzanita le dio su nombre actual la exclusiva firma de joyería americana Tiffany & Co. Cuando esta firma se fijó en este extraño mineral, decidió que su nombre original zoisita azul, no era muy comercial, y que podía confundirse con «suicidio» en inglés. Así que optó por cambiarle el nombre.
- A la Tanzanita más grande engarzada en una joya, se le denomina «Reina del Kilimanjaro» y pertenece a la colección privada de Michael Scott, el primer director ejecutivo de Apple.
- La Tanzanita fue descubierta hace unos 50 años, por un Masai tras un incendio en las faldas del Kilimanjaro. La alta temperatura alcanzada dieron lugar a la transformación de unas piedras de color pardo en el color azul intenso de la tanzanita. El hallazgo corrió como la pólvora entre los buscadores de tesoros, ya que había una leyenda que hablaba del llamado «Tesoro del Kilimanjaro» y esto podía ser un indicio de su presencia.
- El 24 de junio de 2020, un minero tanzano cuyo nombre es Saniniu Laizer descubrió las dos piedras de tanzanita más grandes encontradas hasta ahora, de 9,27 kg y 5,1 kg. Por ellas recibió más de 3.5 millones de dólares. No fue la única que encontró, ya que un mes después, obtuvo la tercera, de 6.3 kilos.
Pero no solo encontramos tanzanitas sin tallar en este singular mercado, también pudimos ver otros minerales y el lugar bien mereció un pequeño paseo. Además, Luis, se llevó a casa una pequeño bloque de Turmalina, un precioso mineral entre verde y negro de gran belleza. La Turmalina significaba algo muy importante para él, con este mineral guardaba una gran relación, y encontrarla allí fue una señal de que este viaje iba a ser EL VIAJE de nuestras vidas. Todo nos dirigía aquel día hacia lo mismo, así que no podía hacer otra cosa que comprarse una.
El mercado Masai de Arusha
No es el único mercado por el que pasamos en Arusha, ya que también estuvimos en el Mercado Central (aunque lo hicimos a nuestro regreso del safari, y os lo contaré en el último post), pero por este pasamos varios varias veces.
El Mercado Masai de Arusha, se encuentra en una zona un poquito más alejada del centro, lo que lo hace estar en una zona un poco más tranquila y sin tanto bullicio. Pero el bullicio se encuentra nada más atravesar la puerta de entrada del mercado. Allí podemos encontrar todo y de todo lo que un turista como nosotros pueda querer llevarse a su casa de recuerdo.
Se trata de una zona cerrada y además techada, lo que lo hace ideal para pasar una buena mañana o una buena tarde de compras, sin preocuparte por el martilleo del sol o por la lluvia que pueda aparecer.
5 calles con nombres muy conocidos, lo que hace que no se te olvide, que si algo no compras y vuelves a por ello, saber en qué calle estaba el puesto. Serengeti, Tarangire, Ngorongoro… dificil de olvidar, sobre todo para turistas como nosotros.
Allí pasamos largas horas, no comprando, ya que lo queríamos dejar para nuestra vuelta a Arusha al final del safari, pero si para hacernos una idea de lo que había, fichar algún que otro puesto, y tantear precios. Tendríamos mucho tiempo en nuestro último día en la ciudad para comprar todo lo que quisiéramos comprar. Eso si, el mercado es de lo más llamativo.
Masais vendiendo de todo: pinturas, cuencos de distintos materiales, pulseras, más pulseras, más collares, bolsos, bolsas, pareos para la playa, mantas masai… ¡No puedes salir de aquí sin comprar nada, o al menos, sin fichar algo!
Eso si, prepárate para el acoso constante, para que todos te quieran vender algo, por poco o pequeño que sea, y para que todos quieran que entres en su tienda. Cientos y cientos de pequeños puestos. Imposible visitarlos todos así que acabas un poco saturado.
Cruzando el río en Arusha
Tocaba volver a meternos en el bullicio de la ciudad después de salir del agobiante mercado, así que por alguna razón tomamos la decisión de dar un rodeo para llegar a la calle principal de Arusha, la Sokoine Road.
Este rodeo nos llevó hasta el río de Arusha. Sin un lugar exacto por el que poder cruzarlo. Pese a la insistencia de unos niños locales de que les siguiésemos y cruzásemos por donde ellos, algo nos hizo dar marcha atrás, y buscar un camino alternativo. No era plan de empezar el viaje con algún accidente, y además por no dar unos cuantos pasos más y buscar un puente.
No obstante, el haber llegado hasta aquí me hizo recordar una historia que había leído sobre la ciudad de Arusha.
El fuerte de Arusha – Museo de Historia Natural
Cuando el capitán Kurt Johannes empezó a levantar el pequeño fuerte a los pies del Kilimanjaro, allá por el año 1899, los primeros pobladores de Arusha y los Masai se vieron obligados a participar en su construcción. Todavía a día de hoy es fácil encontrar a quien te cuente en la ciudad la historia de la humillación que sufrieron. Y es que los nuevos alemanes asentados en la ciudad, cogieron la costumbre de viajar a lomos de los Arusha y de los Masai, incitándoles a latigazos.
La historia de uno de estos Masais quedó registrada en uno de sus escritos. Y ahí cuenta cómo empezó a crecer entre ellos una serie de odio y resentimiento hacia estos nuevos pobladores. Así cuenta que, cuando cruzaba este río sobre el que nosotros estábamos, decidió lanzar su «carga» al agua. Los masai enseguida supieron que esto iba a traer consecuencias para ellos. Muchos de ellos huyeron, y al cabo de unos días, un jefe Masai fue a su encuentro incitándoles a volver al trabajo. Iba como mediador para intentar que recapacitasen con la propuesta de que si volvían al trabajo su pena sería perdonada. Un grupo de unos 400 hombres masai regresaron a Arusha, y mientras subían por Boma Road, fueron abatidos a tiros.
El fuerte, actual Museo de Historia natural de Arusha, se encuentra situado al final de Boma Road, y terminó de construirse un año después, en 1900. A partir de este año se convirtió en cuartel, años después en las oficinas del gobierno regional y en 1934 en su uso actual como museo.
Tras buscar el puente que cruza el río entramos de lleno en la parte hindú de la ciudad y poco después llegamos de nuevo a terreno conocido, la calle principal de Arusha
También aprovechamos para cambiar algo de dinero quien quiso cambiar, para sacar dinero quien quiso sacar, y ya con chelines en la mano poder tomarnos un tranquilo café
Tomando un café en Shock in Town Cafe
En esta cafetería ya habíamos estado el día anterior y quisimos repetir. No es que sea barato sobre todo pensando en el país en el que estamos. Nos gustó el sitio, nos gustaron mucho los cafés, batidos, milkshakes…. y repetimos experiencia.
Ahora si, era el momento de poner rumbo a nuestro hotel. Aún nos quedaba la caminata de vuelta, algo más de dos kilómetros. No queríamos que se nos hiciese de noche y allí oscurece a las 6 de la tarde.
La cena la hicimos en el hotel, ya que íbamos en Media Pensión. Y ya nos despedimos para irnos a dormir. Tocaba madrugar al día siguiente para empezar la aventura que nos llevaría a recorrer los mejores parques nacionales de Tanzania. Nos íbamos a Tarangire.
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2 Comentarios
Me gustaria saber el precio del safari x el norte de Tanzania que anunciais aqui, ya que del 4 al 19 viajamos a arusha, y tenemos que contryar todo
Buenas tardes Carlos. El precio de este safari está puesto en el primer artículo del diario, pero por un lado fue hecho en el año del covid y por tanto los precios eran otros y por otro lado, fue un viaje en grupo y a medida para nuestro grupo que no tienen nada que ver con un safari en privado. Si quieres que te pasemos presupuesto, tal y como indica en la web debes pasar un correo con todos los datos a info@viajescallejeandoporelmundo.com
Saludos y feliz día.