En el río Kinabatangan todavía queda esa selva de Borneo que se nos viene a la cabeza al pensar en ello, esa selva impenetrable, llena de animales exóticos y en peligro de extinción la mayoría de ellos. Aves, reptiles, incluso si tienes suerte orangutanes salvajes, el poco conocido elefante pigmeo o los raros monos proboscis. Un pequeño paraíso natural que todavía conserva la esencia de Borneo.

El río Kinabatangan, y la reserva que lleva su mismo nombre, se encuentra situado en la provincia de Sabah, al norte de la isla de Borneo y en el Borneo malayo, en el pueblo de Sukau, a unas dos horas de Sandakan y en un entorno único en el mundo.
Al río Kinabatangan llegamos el día anterior, para hacer nuestro primer safari al atardecer y la primera salida nocturna. Lo podeis leer aquí: Sepilok y Kinabatangán River.
Noche de tormento en Kinabatangan.
Tocaba madrugar. A las 5:30 de la mañana toca el «gong» que indica que la primera salida del día está a punto de comenzar. Estábamos en el Nature Lodge Kinabatangán, a donde habíamos llegado el día anterior. (lo podéis leer en Sepilok Orangutan Center y traslado a Kinabatangan).
La noche había sido movida. Recordad que tengo verdadero pánico a los bichos y animales desconocidos para mi, sobre todo a los de pequeño tamaño. En medio de la noche, hacia las 2 de la madrugada, percibo la presencia de un animal pequeño y alado dentro de la habitación. Si estuviera en Asturias pensaría que es una polilla, por su movimiento, por el ruido que hacía. Pero estamos en Borneo y aquí podría ser cualquier cosa.
Me quedo paralizada mientras el bicho alado campa a sus anchas por encima de mi cama. Choca contra mi cabeza en repetidas ocasiones y decido ponerme como un ovillo y meterme bajo la sábana sin dejar ni un solo hueco libre por donde, cualquier cosa, pudiera meterse conmigo. Le pregunto a Rubén. Me ignora totalmente. (ahora recuerdo los motivos que me llevaron a escoger este alojamiento y no otros, y aún así, me veo en esta situación) Creo que él tiene más pánico que yo (o eso pienso) porque ni se inmutó. Cuando llevaba ya un buen rato paralizada, percibo que el bicho alado se ha quedado parado encima de mi cama, así que poco a poco desplazo el ovillo en el que me había convertido hacia los pies de la cama y así paso el resto de la noche, consciente de que en la almohada está este pequeño ser. Intento dormir en esta posición. Se duerme mal pero consigo dormir hasta que a las 5 de la mañana suena el despertador. Yo no me muevo. Rubén enciende la luz. Deshago «mi ovillo» y poco a poco miro. Efectivamente era una polilla. Me levanto sin perturbarla, y cojo una toalla que le pongo encima. Así consigo sacarla fuera de la habitación. ¿No hubiese sido mejor haberlo hecho durante la noche y al menos mi sueño hubiera sido más placentero?.
A las 6 de la mañana nos encontrábamos en el embarcadero. Era el momento de empezar nuestro primer safari al amanecer. El río se encontraba precioso, envuelto en una niebla que le daba un aspecto muy sobrecogedor.
Primer safari en la madrugada de Kinabatangan.
Lo más importante de nuestro primer safari en la madrugada por el río Kinabatangan fue el haber visto caimanes. La verdad que vimos muchos y nos alegramos por haber cumplido otro de los motivos por los que venir aquí. Además de un montón de pájaros de cuyo nombre jamás me acordaré.
El momento con aquella cantidad de caimanes que vivimos fue realmente emocionante. El guía nos iba indicando donde estaban (hay que reconocer que si no tienes un buen guía jamás los hubiésemos visto. Un 10 les damos).







Un paseo por la jungla.
Después del merecido y copioso desayuno, salimos en una excursión guiada (nuestros guías fueron de lo mejor de estos tres días en Kinabatangan) a recorrer un tramo de jungla hasta un mirador en el río.
Nos aconsejaron meter los pantalones por debajo de los calcetines, y a ser posible usar botas de agua. Como estos días no había llovido en exceso el terreno no se encontraba tan anegado y por lo tanto nosotros preferimos prescindir de las botas de agua ya que bastante sol, calor y bochorno hacía como para además ir calzado con estas botas. Esto se debe a que en Kinabatangan hay muchas sanguijuelas, por lo que es posible que regreses de la selva con algún que otro amigo chupándote la sangre.



Además, hay que tener la precaución de usar repelente de mosquitos constantemente. Esta zona, Kinabatangan, es la única zona de Borneo por la que íbamos a pasar que está afectada de Malaria. Nosotros decidimos (esta es una decisión muy particular y propia) no tomar Malarone para la malaria, así que nos quedaba protegernos de los mosquitos. No sabemos si es por este miedo que llevábamos que fue la única zona del sudeste asiático donde no nos picó ni uno solo.
El trayecto por la selva no fue largo, ni se suponía que duro (ya que es llano) pero el calor de casi medio día, y la humedad casi del 100% hicieron el trayecto bastante agotador.
Al final del mismo encontramos un mirador y un embarcadero donde todo el mundo (menos yo) metió los pies en el agua donde se encontraban estos pequeños peces comedores de piel.
Estuvimos un largo rato allí, riéndonos, mojándonos, disfrutando del tiempo libre, de la selva, de nuestros compañeros (americanos, australianos, alemanes…) cuando por fin regresamos al campamento. Era hora de comer.
Tras la comida nos fuimos a acostar un rato, ya que hasta el atardecer no se volvía a hacer ninguna actividad y teníamos tiempo libre para hacer lo que quisiéramos. Como había pasado la noche pendiente de la polilla, preferí ir a dormir un ratito.
Segundo Safari al atardecer en Kinabatangan.
El segundo safari al atardecer por el río Kinabatangan se caracterizó por la elevada presencia de monos narigudos o proboscis. Mira que todo el mundo dice que para verlos hay que ir al parque Nacional Bako, sin embargo, nosotros donde más proboscis vimos fue aquí.
Familias enteras, grupos de decenas de ellos por todos lados. No dejé de sacar fotos en ningún momento.
Y por supuesto, la presencia de los inconfundibles monos de cola larga.








Al regresar del safari al atardecer fuimos directos a cenar. Otro momento de risas y de compartir aventuras viajeras con nuestros compañeros. Esta vez, preferimos no hacer el paseo nocturno ya que el día anterior habíamos visto todo lo que esperábamos ver, un tarsiero.
Nos acostamos pronto ya que había que volver a madrugar. Todavía nos quedaba el último safari al amanecer en el río Kinabatangan.
Recomendamos la estancia en el lodge: Nature Lodge Kinabatangan al 100%.
Gastos del día
Este día no gastamos nada ya que todo lo llevábamos incluido en el tour de 3 días / 2 noches por el río Kinabatangan.
Gastos del día por persona: 0 euros.
Si quieres leer el diario completo: 14 días en Borneo.

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2 Comentarios
Buenas tardes, me podéis decir con quien contratasteis el safari de 3 días, 2 noches, gracias!!!
Hola! somos agencia de viajes así que lo reservamos nosotros mismos. Pero tienes puesto el enlace en el post al ofrecido por booking.
Saludos.