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Día 9
Diario Tanzania de Este a Oeste en 19 días

Del Parque Nacional Ruaha a Iringa

Vivir un safari al amanecer en Ruaha es una de esas experiencias únicas que esperas disfrutar con intensidad. El parque Nacional Ruaha (tal y como contamos en el capítulo anterior: Ruaha National Park) es tan grande que ocupa 13 veces más que el famoso Masai Mara en Kenia, y verlo completo requiere al menos una semana. Lo que si podemos asegurar después de estar un día y medio en el parque, es que el parque es tan grande que lo que ves un día no se parece en nada a lo que vives al siguiente.

amanecer en Ruaha National Park

El día de hoy iba a ser de lo más completo porque nos esperaba un safari al amanecer en Ruaha para acabar viendo una puesta de sol en Iringa.

Desayunando en Ruaha National Park.

Los acontecimientos ocurridos en el desayuno del día anterior provocaron que tuviésemos que cambiar todos los planes para este día. Como tardaron 2 horas en ponernos el desayuno habíamos quedado que en el día de hoy haríamos un safari, no de amanecer, sino de unas 4 horas para recuperar las casi dos que perdimos el día anterior. Para ello, pasaríamos a desayunar a las 6 de la mañana, donde tendrían que tenerlo todo ya listo y preparado para no perder apenas tiempo.

Como no me fiaba mucho de que no volviese a ocurrir lo mismo del día anterior, les dejamos dicho qué queríamos desayunar y que no hacía falta que estuviese emplatado sino que con que nos pusiesen unas fuentes con la comida y que cada uno se sirviese era suficiente. Cierto es, que ellos no entienden que un turista extranjero vaya a comer igual que los locales, todavía no se porqué, pero al llegar teníamos el desayuno, emplatado. Desayunamos lo más rápido que pudimos y a las 6:30 ya salíamos dispuestos a ver qué nos estaba esperando en el amanecer de Ruaha National Park.

Viaja con nosotros

Este viaje «Tanzania de Este a Oeste» se desarrolló tal y como lo estáis leyendo durante el mes de Agosto del año 2022, en uno de los viajes que realizamos bajo el concepto «Viaja con nosotros». Desde hace años ofrecemos la posibilidad a nuestros lectores, seguidores de redes sociales y clientes de la agencia de viajes a acompañarnos. Y este fue nuestro cuarto «Viaje con vosotros».

Si quieres realizar un viaje similar o parecido a este, consulta las fechas de salida regular o si lo prefieres, pídenos un presupuesto para un viaje en privado a un país que estoy segura que te sorprenderá. 

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Amanecer en Ruaha National Park.

No lo puedo asegurar categóricamente pero creo que el amanecer que vivimos en Ruaha fue uno de los amaneceres más increíbles que vivimos en África. Y si, quizá ya viésemos un amanecer parecido, al menos con ese sol radiante saliendo por el horizonte, o con el cielo tornándose más naranja brillante a cada segundo que pasaba, pero el que nos haya coincidido con justo un baobab enfrente, hace que la imagen sea, de postal.

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Empieza nuestro safari al amanecer en Ruaha National Park.

Ya os lo había contado en el artículo anterior (Ruana National Park) que el parque es tan grande (13 veces Masai Mara) que cada día que pases en él puedes vivir una experiencia distinta. Y es algo que percibimos según empezamos este safari al amanecer en Ruaha. Si el día anterior habíamos pasado la mayor parte del tiempo de safari en torno al río Ruaha, y habíamos terminado el día en una zona boscosa buscando un leopardo, hoy cambiamos de tercio y nos fuimos a una zona muy distinta, con más vegetación y muchos Kopjes.

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Os puedo asegurar que si alguien me dice que estamos en otro parque, se lo creo. Nada de lo empezamos a vivir y a sentir a primera hora de la mañana, con la salida de los primeros rayos de sol, se puede asimilar en algo a lo vivido el día anterior. Bueno, quizá si había algo en común: Los baobabs. Esos grandes de África que nos acompañaron durante todo nuestro safari en Ruaha National Park.

Con los primeros rayos de luz y con ese color tan típico de un esplendido amanecer africano, empezamos a ver los primeros animales. Cebras, impalas y de repente, nos animales que hicieron que detuviésemos el coche.

Águila pescadora africana

A nuestro frente, un águila pescadora africana. Tan caracterísitca por su cabeza y cuello banco, que contrastan con el negro del resto de su cuerpo. Pico amarillo y franja roja en los costados. No hay duda, se trata de un águila. Aunque he de reconocer que para mi las aves son todas aves y me cuesta distinguirlos hay algunos con los que no cabe ninguna duda.

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Calao de pico rojo (Tockus erythrorhynchus)

Justo cien metros más allá estaba él, conocido por ser Zazú en el Rey León, el Calao de Pico Rojo tampoco pasa desapercibido. No somos mucho de pararnos ante pájaros pero ante cosas así ¿Quién se resiste?

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El Kudu africano.

Después de ver cientos de antílopes en los más de 5 viajes a África que llevamos a nuestras espaldas, cierto es que ya no te llaman la atención. Empiezas a dejar que pasen desapercibidos, pero ya determinados antílopes que no te cansas de ver y cuando te los encuentras, te paras. Eso pasa con el Kudu. Un antílope de gran envergadura que destaca por esos cuernos impresionantes. Desde su estratégica posición entre la protección de las ramas secas, nos observaba en la distancia.

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Chacal de lomo negro.

En menos de 25 minutos desde que llegamos a esta zona, ya habíamos visto cebras, impalas, kudus, un águila pescadora y un calao de pico rojo y justo en ese momento, aparece un chacal de lomo negro.

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En nuestro viaje a Tanzania del año anterior (Norte de Tanzania en 15 días) cada vez que veíamos un chacal era sinónimo de que algo bueno nos esperaba. En el safari de este año no era la primera vez que veíamos un chacal pero siempre nos da un subidón cuando aparece, porque parece que tras él siempre viene algo grande.

El safari no habría podido empezar mejor.

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Zona de grandes Kodjes en Ruaha National Park

Hace un año, visitamos Serengeti National Park, donde los Kodjes, son un símbolo del parque. Los Kodjes son unas enormes rocas de granito que sobresalen en un mar de hierva en las extensas llanuras de Serengeti. Son características de ese parque pero no únicas. Aquí, en Ruaha National Park, también hay una zona de grandes Kodjes, pero a diferencia de las de Serengeti, al no verse como grandes bolas caídas del cielo, al haber más vegetación y una orografía distinta, no destacan tanto como en aquel.

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En los Kodjes, es habitual que los leones se suban con el frío de la mañana a tomar el sol. Íbamos a intentar ver alguno pero por lo pronto, lo que se nos presentó fue un Agama.

Los Agamas, reptiles de colores.

Los Agamas son lagartos de tamaño medio. Destacan por sus colores llamativos. No es la primera vez que vemos uno en África y estoy segura que no será la última tampoco. Es muy habitual verles, y al igual que los leones, aprovechan los grandes Kodjes para tomar el sol y subir su temperatura corporal bajo el frío de la mañana.

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Por lo general, tienen un color distinto en la cabeza que en el resto del cuerpo y los machos suelen tenerla de color rojo.

Los elefantes entre los kodjes.

Ya lo decíamos en el capítulo anterior (Ruaha National Park), que si hay un animal que es el protagonista de este parque, ese es el elefante.

Algún dato sobre los elefantes:

  • Pueden llegar a medir entre 3.2 y 4 metros de altura, el elefante macho. Las hembras son un poco más pequeñas.
  • El embarazo de una elefante dura 22 meses, y es el más largo de los mamíferos.
  • Sus grandes orejas las utilizan para abanicarse durante los momentos de más calor, es su mejor fuente para mantener la temperatura corporal, de ahí que las agiten tanto. Ojo, la agitación también puede ser síntoma de cabreo, pero el cabreo de un elefante lo notarás al minuto.
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  • La larga trompa en realidad es la nariz, que la utilizan para beber, comer agarrando las ramas, y para bañarse.
  • A los elefantes les encanta el agua, y lo más normal es ver un elefante cogiendo agua con su trompa y rociándose con ella. Después hacen lo propio con tierra o barro para proteger su piel del sol.
  • Solo en la trompa tienen unos 100.000 músculos, casi nada.
  • Tienen dos largos colmillos que los utilizan para cavar en la tierra, para arrancar cortezas de los árboles o para buscar comida. Los machos además los utilizan para luchar entre ellos. Tiene un gran valor y es uno de los motivos de la caza furtiva de elefantes. Lo ha sido, y lo seguirá siendo lamentablemente. Lo que en ocasiones hace que este animal pase a estar en la lista roja de animales en peligro de extinción.
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  • Los elefantes son herbívoros. Consumen unos 135 kilos de media de comida al día. Y recorren grandes distancias para poder sustentarse.
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Del artículo: Tarangire, Tierra de Baobabs.

Allí, entre los kodjes, estaban ellos, los grandes elefantes. Se les veía muy tranquilos aquella mañana. Y es que si algo veníamos observando en los parques del Sur, es que los animales, en general, no están tan acostumbrados a la presencia de coches, y muchas veces se espantan, o salen corriendo ante el ruido de los motores.

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El puente sobre el río Mdonya.

No me canso de decirlo pero cada vez que durante un safari se te permite bajarte del coche, la experiencia es única. Durante un safari, pocas veces puedes bajarte del coche y solo lo puedes hacer en aquellos sitios específicamente destinados a ello, o cuando tu guía, por la razón que sea, considera que el lugar es lo suficientemente seguro para que te puedas bajar del coche.

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Esta vez estiramos las piernas al lado del Mdonya river, que encontramos totalmente seco. Sobre el río, un llamativo puente colgante que cumplía poca función en temporada seca. Mientras todo el grupo cruzaba el puente entre risas, Rubén y los guías bajaron al río desde el cual nos sacaron algunas fotos. La parada fue corta, pero le sacamos un buen jugo, y es que estirar las piernas en un sitio así, no tiene precio.

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Antílopes y más.

Continuamos el camino, y nos acercamos a la parte del río que aún, a esta altura de la temporada seca, aún tenía algo de agua. Cuando hacemos un safari en temporada seca, donde el agua no abunda, lo habitual es que si nos acercamos a algún punto en el que quede algo de agua, los animales acudan a esta zona a beber. Así que si te detienes un rato, en uno de estos puntos, es posible que algo te pueda sorprender.

En este caso, nos paramos frente a una zona del río con agua. Donde veíamos impalas y otros antílopes que en grandes manadas se acercaban a beber. Estuvimos un rato contemplando como unos venían, saciaban su sed y se iban, mientras dejaban el hueco de aquel charco, para los siguiente.

Imágenes de la mañana.

Y para terminar el safari de mañana, os dejo algunas imágenes del resto, donde aparecieron las jirafas, más elefantes y algún que otro animal, sin que los leones, decidiesen hacer su aparición en el día de hoy.

Cambio de coche y parada

Regresamos a la zona del restaurante donde hacíamos el desayuno y la cena. Allí teníamos que hacer el cambio de coche. Si recordáis, el día que hicimos nuestra entrada de noche cerrada en Ruaha, tuvimos un problema con uno de los coches que ocasionó una avería importante. Cuando sucede esto y estás a más de 2 horas de viaje de una población pues todo puede convertirse en un gran problema, como así fue. Eso sí, llevar el apoyo de una gran empresa de safaris hace que puedas continuar con tu aventura mientras ellos resuelven el problema. Estuvimos dos días en Ruaha con un coche anfibio y abierto prestado y era hora de devolverlo y recuperar nuestro coche de safari.

ruaha national park grupo

Teníamos todavía un largo camino hasta Iringa y como la situación en Ruaha estos días se había complicado, nuestro safari de hoy había sido más largo de lo estipulado, así que eran más de las 11:30 de la mañana, todavía estábamos en Ruaha y todavía nos quedaban unas horas para comer.

Habíamos desayunado a las 6 de la mañana, así que en vistas a que tardaríamos aún unas horas en comer, Rubén fue a por algo para picar. Consiguió que le vendiesen los «donuts» del desayuno, que estaban riquísimos, y pedimos unos cafés. Así pudimos meter algo en el cuerpo antes de continuar el camino. No hace falta decir, que los donuts también fueron para nuestros guías y acompañantes.

Tras esta parada, recuperar el coche y regresar al lodge donde habíamos pasado las últimas dos noches a recoger el equipaje, pusimos rumbo a Iringa.

de ruaha a iringa

Los hipopótamos nos despiden de Ruaha National Park

Pero todavía nos quedaba una sorpresa antes de abandonar Ruaha, y es que en la misma salida del parque, cruzando el puente, hicimos nuestra última parada. Allí estaban ellos, los grandes hipopótamos y los cocodrilos, que salían a desearnos buen viaje y a despedirnos como nos merecemos.

La llegada a Neema Crafts Guest House

Tres horas después llegábamos a Iringa, donde pasaríamos las siguientes dos noches. Llegábamos para, por un lado hacer un pequeño descanso en el camino y por otro para conocer todo lo llamativo que tiene esta pequeña ciudad del centro de Tanzania y conocer el proyecto Neema.

Un safari de 19 días es un safari largo, muy largo y muy cansado. Dormir tantos días en alojamientos básicos, madrugar, pasarte tantas horas en un coche, la mayoría del tiempo de pie y por carreteras inestables, hace que los días pesen y el cuerpo se resienta. Así que, antes de continuar con el siguiente tramo del viaje, y con el siguiente día de largo trayecto por carretera, decidimos en nuestro planning, hacer una pequeña parada en Iringa.

Además, Iringa, es un población con bastantes atractivos, así que aburrir no nos íbamos a aburrir, y además conoceríamos el proyecto Neema, un proyecto de lo más bonito fundado por una pareja inglesa. Pero eso ya lo contaremos.

Pasaríamos además las siguientes dos noches precisamente durmiendo en Guest House de esta asociación, una forma de aportar nuestro granito de arena al proyecto.

Aunque en nuestro planning inicial del viaje teníamos previsto dedicar esta tarde a conocer el proyecto Neema, no nos dimos cuenta que hoy era festivo, y para no verlo en su máximo apogeo de trabajo, hicimos un cambio de planes y decidimos dejar el proyecto para el día siguiente y hoy, ir a ver la puesta de sol a un sitio muy especial.

Comiendo en Neema Guest House.

En Neema Guest House íbamos en pensión completa (como durante todo el viaje) así que nos sentamos, aunque ya tarde, a degustar una buena comida. En Neema Guest House la pensión completa supone comer a la carta, así que cada uno pidió lo que más le apetecía. La comida de lo más variopinta: ensaladas, pizza, lasaña…

neema guest house

Atardecer en Gangilonga rock.

Como en el día de hoy no íbamos a ver el proyecto Neema, decidimos adelantar una de las visitas del día siguiente y para terminar este largo día nos fuimos a ver la puesta de sol desde Gangilonga Rock.

La gran roca Gangilonga se encuentra a unos 5 kilómetros de la ciudad de Iringa y en el idioma Hehe local, significa «gran roca parlante». En la tarde de hoy descubriremos el porqué. Para ello, teníamos un guía local hehe que nos contaría todos los secretos y misterios que se esconden tras esta gran roca.

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Samuel y Maialen accediendo a la roca.

La gran roca Gangilonga, es un Kodje, situado en la ladera que da hacia la ciudad de Iringa. Luego ella tendremos vistas hacia toda la ciudad de Iringa y hacia la puesta de sol.

Para subir, debemos escalar por entre pequeñas rocas, a modo de escalera, situadas entre la ranura de dos grades kodjes. Poco a poco, y con esfuerzo, fuimos subiendo y una vez arriba, las vistas eran increíbles. El esfuerzo mereció la pena.

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Rosa y Ana ascendiendo a la gran roca

Una vez arriba, y mientras contemplábamos las vistas y la caída del sol sobre la ciudad de Iringa, nuestro guía local hehe, nos iba explicando un poco la historia de la pieda y lo que significa para la población Hehe.

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Fue, tradicionalmente utilizada como lugar de culto y como forma de contacto con sus antepasados, ya que se decía que a través de ella se podía hablar con los muertos. También fue un lugar de reunión utilizado por los jefes hehe.

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El trasfondo histórico de la Roca Gangilonga.

Durante la invasión colonial alemana de Tanganica, el jefe local hehe Mkwawa, utilizaba la roca para meditar y, la leyenda dice, que era aquí donde el jefe conocía las intenciones de los alemanes y donde supo que éstos le perseguían. El nombre de roca parlante posiblemente se deba a que desde aquí el jefe Mkwawa comunicaba a los habitantes de Iringa las intenciones de los alemanes.

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También puede que su nombre se deba a que, cuando la población se acercaba a la roca para hablarle no podían explicar el sonido repetido que se producía (eco o vibración por resonancia) por lo que decidieron darle el nombre de «piedra parlante o piedra que habla».

Existen muchas leyendas en torno a cómo la piedra ayudó a la población hehe a ganar la batalla contra los alemanes, comunicando a su jefe local todo lo que los alemanes pensaban y las intenciones que tenían.

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Momento relax contemplando la puesta de sol (en la foto, Ana I.)

La increíble puesta de sol sobre Iringa.

Y mientras nuestro guía local nos iba contando todas las historias de las batallas contra los Alemanes y con gran orgullo como habían podido ganarlas, nosotros no podíamos quitar la vista de lo que teníamos enfrente. La increíble puesta de sol sobre Iringa.

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Tras verse ocultar por completo el sol, decidimos dar por concluida la visita. Y como habíamos pasado mucho tiempo en el coche en los últimos días decidimos hacer medio camino hasta el hotel, caminando. Una buena forma de mover las piernas.

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Bajar, muchas veces es peor que subir

Al llegar a Neema Guest House, una buena cena, una buena ducha y despedirnos hasta el día siguiente, porque el día había sido largo. Y tocaba madrugar, como no, porque al día siguiente tocaban unas cuantas visitas y debíamos aprovechar bien el tiempo.

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