Vistas de pájaro del Delta del Okavango
¿Cuantas veces habré soñado con sobrevolar en avioneta el Delta del Okavango, pensando que ese sueño se quedaría en eso, solo un sueño? ¿Cuantas veces lo habré visto en documentales y habré pensado que ese era uno de esos lugares del planeta inalcanzables? Hoy, nos despertamos en un lugar recóndito del Delta. Estábamos en la Reserva de Moremi, una parte del Delta del Okavango. Pero desde el suelo, no se perciben, como se hace desde las alturas, esas imágenes impactantes, llenas de colorido, de contrastes. No era consciente de ello, pero hoy, cumpliría un sueño.
En este viaje, sobrevolar en avioneta el Delta del Okavango, era el segundo de los sueños que iba a cumplir. Uno era ver las Cataratas Victoria, y lo habíamos hecho el primer día del viaje. Y hoy venía el segundo. Como he dicho en incontables ocasiones, este es, sin duda, el mejor viaje que hemos hecho hasta la fecha. Sólo hace falta leer, o ver las fotos, de cada uno de los artículos que hemos publicado, para darnos cuenta de que no hay nada que pueda superar a esto. Y como guinda al viaje… el sobrevuelo en avioneta del Delta del Okavango.
Viaja con nosotros
Este viaje, tal y como lo estáis leyendo, uno de los viajes que realizamos bajo el concepto «Viaje con nosotros». Desde hace años ofrecemos la posibilidad a nuestros lectores, seguidores de redes sociales y clientes de la agencia de viajes a acompañarnos. Y este fue nuestro primer «Viaje con vosotros».
Si quieres realizar un viaje similar o parecido a este, consulta las fechas de salida regular o si lo prefieres, pídenos un presupuesto para un viaje en privado a un país que estoy segura que te sorprenderá. Info@viajescallejeandoporelmundo.com
El Delta del Okavango.
El río Okavango nace en Angola, a unos 1500 kilómetros de su desembocadura, en medio del desierto del Kalahari, donde forma uno de los humedales más importantes del mundo. Y no es para menos, ya que el río Okavango, uno de los pocos ríos que no desemboca en el mar, crea cuando llega a las tierras del desierto del Kalahari el mayor delta interior del mundo. Con sus más de 15.000 kilómetros cuadrados (en época seca) y más de 20.000 en la época de las crecidas, el Delta del Okvango, contiene más del 95% del agua de todo el país, lo que hace que sea uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, además de generar uno de los más extraordinarios e insólitos paisajes.
Es por todo ello por lo que se le considera como uno de los mejores lugares del mundo para hacer un safari. Nosotros lo habíamos comprobado en los dos días enteros que pasamos dentro de la Reserva de Moremi: el primer día impresionados con la caza de los leones y el segundo, buscando un rinoceronte en Botswana. Nada, absolutamente nada más podíamos pedir de una viaje como este. Era nuestro último día y podíamos decir que Botswana nos había mostrado mucho más de lo que esperábamos. Ahora solo nos quedaba abandonar la reserva de Moremi, dirigirnos a Maun, para hacer la última actividad de este viaje impresionante; sobrevolar en avioneta el Delta del Okavango.
Ultimo safari, saliendo de Moremi.
Ya nos había avisado Moshé el día anterior. No nos íbamos a dar por rendidos, y saliendo de Moremi, aprovecharíamos para hacer un último intento de ver un Rinoceronte en Botswana, ese que se nos había resistido el día anterior, en una incesante búsqueda de rastreo.
Así que aquella mañana de un 18 de Octubre, nos subimos en el coche con cierta melancolía. Llevábamos 8 días desconectados del mundo, sin conexión con el exterior, sin teléfonos móviles, sin nada más que la compañía de nuestros compañeros de viaje, y el staff que nos acompañaba. Staff con los que compartimos tantas cosas que la despedida ya nos había ocasionado algo más que lágrimas la noche anterior. Ahora tocaba volver a despedirnos, antes de poner rumbo a Maún mientras hacíamos el último safari del día.
No podíamos salir de Moremi Game Reserve sin pasar por la charca, esa charca que nos había dado momentos tan increíbles, tan insólitos, tan alucinantes, que nos había dejado imágenes impactantes, pero también imágenes de risas, de llantos, de grandes contrastes, de un millón de animales. Y fue lo primero que hicimos antes de poner rumbo a la salida Sur de Moremi.
Aún quedaban restos de lo que habíamos presenciado hacía escasos dos días. Los leones seguían comiendo mientras las aves carroñeras esperaban pacientemente a que los leones diesen por terminado su festín. Las imágenes son desagradables así que pasaremos a algo mucho mejor, como nos despidieron los animales de la gran charca: Las aves, los hipopótamos, los leones diseminados por toda la llanura…
Saliendo de Moremi.
Y abandonamos Moremi después de unas cuantas horas intentando encontrar un Rinoceronte. Pero fue imposible. Otra vez la mala suerte, esa que no había aparecido en todo el viaje, se hizo presente aquí.
Moremi se despidió de nosotros dándonos la última imagen de un animal, lo último que fotografiamos en sus terrenos, una tortuga.
Salimos de la reserva por la puerta Sur de Moremi, Maqwee, donde hicimos una parada para refrescarnos, ir al servicio, sacar unas cuentas fotos. Eran nuestra último momento en soledad antes de llegar a zona urbana, antes de volver a encontrarnos con la población de Botswana, antes de volver a la realidad, antes de volver a tener cobertura… antes de vernos inmersos de nuevo en nuestras vidas y en nuestro día a día. Así que saboreamos aquellos minutos como nadie.
Respiramos hondo, nos subimos al jeep y pusimos rumbo a Maún, el último destino de nuestro viaje de 14 días por Victoria Falls y Botswana, un viaje que no me cansaré de repetir, ha sido y siempre será, inolvidable.
Ahora sí, dejamos los bastos terrenos de los parques nacionales de Botswana, abandonamos la soledad y el silencio. Cogemos la carretera asfaltada y ponemos rumbo directos a Maun. No deja ser sorprendente que pese a encontrarnos ya fuera de los parques, pese a estar fuera incluso de los que ellos llaman el punto veterinario, todavía seguíamos viendo animales en libertad.
El punto veterinario es una especie de control que existe antes de acceder a los parques o cuando sales de él. La última vez que habíamos pasado por uno de estos puntos fue antes de llegar a Kasane, hacía ya un montón de días y desde entonces no habíamos vuelto a pasar por otro hasta aquí, mucho más al sur de la salida de Moremi, encontramos el control. Aquí lo único que hacen es desinfectarte los pies y las ruedas de los coches, de forma que no saquemos nada del parque que pueda influir, sobre todo, en la vida animal doméstica.
Maun Lodge.
Y después de unas cuantas horas de viaje, por fin llegamos a Maún.
Maún es considerada como la capital turística de Botswana. Pese a que su capital, la oficial, se encuentra en Gaborone, situada a más de 800 kilómetros por carretera, es Maún la que recibe mayor número de turistas al año. A Maún se le considera la entrada al Delta del Okavango (en nuestro caso, la salida), sin embargo como ciudad, apenas tiene ningún tipo de interés. Por Maún pasan cada año la mayoría de los turistas que recibe Botswana y es por ello es una ciudad que vive, en su mayor parte, del turismo.
Entramos en Maún. Un pueblo de casas bajas, que pese al movimiento de gente que tiene, sigue conservando el aspecto de ser un pueblo, lleno de agencias de viajes que ofrecen safaris y sin mucho más que aportar.
Nos fuimos directamente a nuestro hotel, el Maun Lodge, donde nos reencontramos con Ana. Muchos abrazos, muchos besos, muchas historias que contarle. Así que nos hicimos con una gran mesa en el exterior y ahí le contamos todas nuestra aventuras de estos 8 días perdidos por los parques de Botswana.
También era la hora de organizarnos para comer y para salir a sobrevolar en avioneta el Delta del Okavango. Nos distribuimos en dos grupos y nosotros estábamos en el primero. Nuestro sobrevuelo sería a las 4 de la tarde.
Una copiosa comida en el restaurante del Maun Lodge, un pequeño descanso en la recepción del hotel mientras intentábamos ponernos al día con correos, check in on line, mensajes a la familia y amigos y llegó la hora de subirse a la furgoneta que nos llevaría al aeropuerto.
Nos vamos al aeropuerto. Toca ver desde el aire el Delta del Okavango.
¡Calor! ¡Cuanta calor hace en Botswana! ¿No nos habíamos dado cuenta hasta ahora? Pues si, pero eramos menos conscientes al ir, cada día, en nuestro coche anfibio abierto. Pero hacía muchísima calor.
La furgoneta nos dejó delante de la empresa que se iba a encargar de hacernos el Sobrevuelo en avioneta del Delta del Okavango, donde gestionaron nuestras tarjetas de embarque y en nada nos pusimos en marcha. Pasamos los controles y el personal de la empresa de avionetas nos acompañó, caminando por las pistas, hasta el lugar, donde en teoría se encontraba la nuestra. Un camino infernal, bajo un sol abrasador, con mi pie dolorido aún y con mucho esfuerzo llegué donde mis compañeras esperaban para subirnos a la avioneta. Pero allí no había piloto.
Aprovechamos para sacar unas cuentas fotos, y llegó un momento en que nos dejó de hacer gracia. Hacía muchísima calor, nos empezábamos a deshidratar. Una furgoneta vino a por nosotros al medio de las pistas y nos llevó de nuevo a la zona de las oficinas del aeropuerto. Y ¿Sabéis que hace una persona como nosotros, no acostumbrados a este sol abrasador, en cuanto ve una pequeña sombra? Pues sale corriendo. Y nos metimos de nuevo en terreno del aeropuerto, con lo que nos dijeron que teníamos que pasar de nuevo el control. La verdad es que nos parecía un poco ridículo, pero bueno, aunque pequeño seguía siendo un aeropuerto y mientras estábamos pasando los controles, al menos no nos achicharraba el sol.
Pues parece ser que definitivamente nuestra piloto llegó, y pudimos por fin subirnos a la avioneta.
Sobrevolar en avioneta el Delta del Okavango.
Y llegó el día, llegó el momento, hoy cumpliría un sueño, el sueño de sobrevolar en avioneta el Delta del Okavango. Parece que con solo escuchar estas palabras o con simplemente escribirlas se me ponen esas mariposas en el estómago que indica que algo bueno, muy bueno, va a pasar. Y pasó.
Al Delta del Okavango se le denomina como «la joya del Kalahari» y no es para menos. En cuanto aquella avioneta despegó, y se fue alejando de la población, fuimos incluso reconociendo zonas, pero sobre todo nos dimos cuenta que esto es más que una joya, esto es un auténtico paraíso animal, un oasis en el medio de tanta aridez, un lugar único e ideal para que cientos, que digo, miles de especies convivan y vivan, un lujo del mundo animal.
El Okavango, uno de los pocos ríos que no desemboca en el mar, encuentra, tras largos kilómetros desde las montañas Angoleñas, las zonas áridas y desérticas del desierto del Kalahari. Ahí es donde muere, donde se abre en forma de abanico, generando una zona de humedales, de islas, de agua por todos los lados, que da una imagen espectacular visto desde las alturas.
La Unesco lo clasificó como Patrimonio de la Humanidad en el año 2014, y mucho me parece que han tardado. Sitios como este deben ser preservado, para que se mantengan lo más inalterados posibles y sean el refugio de miles de animales (algunos ya en peligro de extinción).
Parece mentira que ayer mismo estuviésemos recorriendo en coche partes de estas tierras, y ahora, visto desde las alturas, la imagen es más sorprendente quizá de cómo lo hace desde tierra. El Delta del Okavango, visto desde una avioneta, nos deja un auténtico cuadro de color, donde se mezclan distintas paletas de azules, verdes, naranjas, formando una imagen difícil de olvidar. Si este viaje nos había dejado tantas fotos para el recuerdo, sobrevolar el Delta del Okavango se convertiría en el colofón final, de un viaje sin precedentes, de un viaje único, auténtico e inolvidable.
Como se notaba la sequía este año. Necesitaban urgentemente la lluvia y eso se hacía más evidente aquí, en el Delta donde pese a que tienen agua, el nivel estaba mucho más bajo de lo normal. ¿Cómo se verá el Delta en época de lluvias? Quizá volvamos para comprobarlo.
El Rinoceronte en Botswana.
Y sí, no nos podíamos ir de Botswana sin ver un rinoceronte. Era el único de los 5 grandes (Elefante, León, Búfalo, Leopardo y Rinoceronte) que aún nos faltaba por ver. Y Botswana nos tenía preparado una sorpresa mayúscula: Ver un Rinoceronte, bueno, no uno sino 3. Cuando desde mi posición en la avioneta (iba al lado de la piloto sin escucharle hablar de la emoción que sentía) divisé tres puntos al fondo, no me lo podía creer ¿Serán Rinos de verdad? No lo tenía muy claro. Se distinguía claramente que no eran elefantes, tampoco eran hipopótamos, entonces ¡Tenían que ser rinos! y lancé tres fotos, en distintas posiciones y… Efectivamente, eran 3 rinos. Mejor despedida no nos podía dar Botswana.
Unos 45-50 minutos después de despegar volvíamos de nuevo a Maún y aterrizábamos en el pequeño aeropuerto. La emoción que sentía en esos momentos era difícil de explicar. Por segunda vez en el viaje había cumplido un sueño y puedo asegurar que había sido espectacular. El Delta del Okavango, estoy segura, no defraudará a nadie.
Regreso al hotel y cena de despedida.
Como nuestro vuelo había salido tarde, tarde se subieron el resto del equipo y tarde llegamos a realizar las compras que queríamos hacer en Maún, así que con todas las tiendas cerradas nos fuimos a tomar unas cervezas (¡Gracias chicas, ese equipo canario, que nos invitó¡)
Y para cenar… Nos reunimos todos en el restaurante del hotel para la cena. Era nuestra última cena y a ella no solo acudía Ana, también lo hicieron Moshé, Elliot y Edwin. Cenamos muy bien, con muchas risas, y llegó el momento de la última despedida. No nos podíamos creer el final del viaje hubiese llegado ya. Otra vez muchas fotos, muchos abrazos, muchos intercambios de móviles y la promesa de seguir en contacto.
Edwin se comprometió a ir a despedirnos al día siguiente al aeropuerto, así que todavía nos quedaba una despedida más. Entre emoción, mucha emoción dimos terminada la noche, y el viaje. Creo y estoy casi segura de ello, que en unos años volveremos a Botswana. Este viaje nos ha marcado.
PRECIOS Y MUCHO MÁS:
Este es un viaje de Mopane Game Safaris. Un viaje auténtico, de aventura, un viaje increíble y un viaje que te marcará para siempre. Recuerda, que si reservas el viaje a través de nuestra agencia te llevarás totalmente gratis, el sobrevuelo en avioneta por el Delta del Okavango y nosotros cargamos con los gastos de transferencia a Botswana. A ti te costará lo mismo
(es el pdf tal cual nos lo envió Mopane Game Safaris). Podéis elegir fechas entre Abril y Noviembre
PRECIOS ACTUALIZADOS AÑO 2024: SAFARI LUJO POR EL NORTE DE BOTSWANA
Para información y reservas ponte en contacto con nosotros: info@viajescallejeandoporelmundo.com
Si quieres leer el diario completo de viaje: Botswana y Victoria Falls en 14 días.
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