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Día 2
Diario Polonia en Navidad

Qué hacer en Poznan en Navidad

Habíamos llegado el día anterior en un viaje interminable desde Asturias, pasando por Madrid y Varsovia. Viaje eterno para llegar a Poznan pero mereció la pena. Ver Poznan en Navidad, con sus luces, su decoración y sus mercadillos, por la noche, fue de cuento.

Pero hoy tocaba verlo de día, tocaba dar un largo paseo por la ciudad, pero sobre todo regresar a la Plaza Mayor de Poznan o la plaza del mercado (Stary Rynek), una de las plazas mayores más grandes del país.

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Unas pinceladas sobre Poznan

Poznan es una de las principales ciudades de Polonia y quizá una de las menos visitadas, sobre todo en viajes cortos. Se considera que Poznan fue la primera capital de Polonia, allá por sus inicios como país independiente durante el reinado de Boleslao I el Valiente, a finales del Siglo X. No obstante, pronto fue sustituida por Cracovia, mucho más fácil de defender en caso de ataque enemigo.

Poznan, además, es una de las ciudades universitarias del país. Del más de medio millón de personas que viven en Poznan, una quinta parte la forma la comunidad universitaria, y esto se nota en su ambiente joven.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la plaza del Mercado de Poznan quedó totalmente derruida y fue restaurada según su forma original, que es lo que vemos hoy en día.

Desayunando en un McDonalds.

Parece mentira que nuestro primer desayuno fuese aquí. Ésto no estaba previsto. Tenía pensado ir a una crepería a desayunar pero nos levantamos tan temprano para poder aprovechar las horas de luz del día, que antes de las 8 de la mañana no había nada abierto. No nos quedó otra que, para no perder más tiempo, desayunar en un Mc Café de la calle Półwiejska, que es la calle por la que desde nuestro hotel llegábamos más rápidamente a la Stary Rynek.

Mientras degustábamos unos cruasanes con un café, cada uno a su gusto, debatimos a cerca del horario más adecuado para coger el tren esa misma tarde. No lo habíamos comprado antes porque no teníamos ni idea de cuanto tiempo nos iba a llevar visitar Poznan en Navidad, pero dado que el día anterior habíamos dado un buen paseo por el centro, supusimos que las distancias no eran demasiado grandes y que madrugando, como lo habíamos hecho, no tardaríamos mucho en verlo todo.

Preferimos coger el tren anterior a lo que yo tenía pensado y así no llegar tarde a Breslavia, de forma que pudiésemos visitar el mercadillo de navidad antes de acostarnos. Así que nuestra opción final fue coger el tren de las 6 menos cuarto, con lo que a las 8:20 estaríamos en Breslavia.

Compramos el billete en la página web oficial de intercity y pagamos con nuestra tarjeta Bnext, lo que además nos permitió compartir el gasto con nuestras compañeras de viaje.

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Que ver en Poznan en Navidad.

Básicamente lo que puedes hacer en Poznan en Navidad es lo mismo que harías en cualquier otra época del año, solo que hay que tener en cuenta que en esta época oscurece pronto, las horas de luz son pocas y que además, tenemos que ver los mercadillos.

Los mercadillos de navidad cuando más lucen son de noche, así que eso lo podemos dejar para cuando no se pueda hacer otra cosa. Eso sí, nosotros ya lo habíamos hecho la noche anterior y hoy sólo nos quedaba disfrutar de un Poznan en Navidad, pero de día.

Tip: En Poznan hay dos free tours gratuitos. El único problema es que sólo los hacen en fin de semana y a nosotros nos coincidió lunes la visita, pero si hubiésemos tenido la oportunidad, hubiésemos hecho al menos uno de ellos.

Iglesia de San Estanislao.

Aunque fue el primer lugar al que nos dirigimos, lo cierto es que se puede organizar para visitar después de las 12, hora en la que es habitual ver conciertos gratuitos de órgano (de Junio a Septiembre, el resto del año sólo los sábados). Nosotros lo hicimos como primera visita en Poznan ya que nos quedaba de camino hacia la plaza del mercado o Stary Rynek.

Si viajas a Poznan en Navidad, y tu visita no coincide en sábado, no te preocupes por la hora de vista a la Iglesia, puedes hacerlo como nosotros, cuando mejor te coincida en hora.

Esta iglesia, que forma parte de un complejo de edificios levantado por los jesuitas, es uno de esos lugares que no te debes perder en tu paso por Poznan. Es uno de los principales puntos de interés turístico de la ciudad, y es que se considera que ésta es la iglesia más impresionante de todo Polonia.

Como curiosidad decir que durante 3 semanas, en 1806, fue la residencia de Napoleón.

La iglesia, ciertamente, es impresionante, y te quedas embobado mirando hacia arriba.

La Stary Rynek de Poznan o Plaza Mayor.

Tras la visita al complejo y sus alrededores pusimos rumbo a la plaza Mayor de Poznan o Stary Rynek, una de las más grandes de todo Polonia. La plaza que destaca por sus edificios coloridos, tiene dos principales puntos de interés: El Ayuntamiento y las casas de los antiguos comerciantes. Aunque toda la plaza en sí, es de interés.

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La plaza mayor de Poznan me pareció, sencillamente, de cuento. Rodeada de casas de no más de 3 o 4 pisos, de vivos colores, y en Navidad, es lo más parecido a vivir un cuento navideño. Además, en el centro de la plaza, encontramos más edificios, que son los que más interés despiertan: el Ayuntamiento y las casas de los pescadores.

Es cierto que visitando Poznan en Navidad, la plaza luce mucho más de noche, cuando las luces se encienden, los mercadillos abren sus puertas, y la plaza parece sacada de un cuento navideño.

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El Ayuntamiento de Poznan

Es el edificio más bonito de todo Poznan y me atrevería a decir, que uno de los ayuntamientos más bonitos de Europa. Está situado en el centro de la plaza. En sus orígenes era de estilo gótico, pero tras el devastador incendio sufrido en 1536, fue reconstruido con estilo renacentista tal y como lo vemos hoy en día. Alberga en su interior el Museo de Historia de Poznan y dentro, entre otras cosas, podemos ver la maquinaria del antiguo reloj de Poznan.

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Todos los días a las 12 de la mañana los habitantes de Poznan y los turistas, se sitúan en el frente del ayuntamiento para ver como salen dos cabras al balcón que chocan su cornamenta al ritmo de las campanadas. Las dos cabras son símbolo de la ciudad.

La historia de los dos carneros

Cuenta la leyenda….

Esta historia la he leído de muchas maneras así que os la voy a contar la versión que más me gusta a mi.

Se iba a celebrar en la ciudad de Poznan un gran banquete en el plato principal iba a ser a base pata de venado. El mal hacer de uno de los cocineros hizo que este plato se quemase. Para salvar el banquete decidió robar dos cabras. Por un despiste del cocinero éstas se escaparon, y en su huida llegaron al campanario del ayuntamiento, donde asomados a una ventana, y por el nerviosismo del momento, se pusieron a chocar su cornamenta.

Eso sirvió de entretenimiento para todos los invitados al evento, y el gobernador hizo que se colocasen dos cabras de hojalata en la maquinaria del reloj, para que este acto se repitiese cada día. Y así, todos los días a las 12, las dos cabras repiten el acto. Nosotros no nos lo quisimos perder, pero esto fue un poco más tarde.

Las casas de los pescaderos, Budnicy o Merchant Houses

La imagen que más representa a la ciudad de Poznan son una serie de casas de colores situadas al lado del ayuntamiento. Sobre ellas he encontrado varios nombres, según donde leas o busques información: las casas de los pescaderos, tiendas de arenque, casas de los mercaderes o budnicy. Se llamen como se llamen lo cierto es que son muy llamativas, y aunque fueron restauradas tras la Segunda Guerra Mundial, conservan el mismo aspecto, un aspecto antiguo pero muy colorido.

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Eran las casas de los comerciantes y en sus soportales, se situaban tiendas relacionadas con la pesca, sobre todo con este oficio, y de ahí el nombre.

Al estar en Navidad, quedaban un poco ocultas tras los puestos de los mercadillos, a estas horas de la mañana todavía cerrados, pero ya se empezaba a ver un cierto movimiento en la Stary Rynek de Poznan.

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Paseamos por la plaza, admirando cada edificio, cada esquina, y decidimos echar un vistazo al cercano Castillo Real de Poznan.

El Castillo Real de Poznan.

Se divisa desde muchos lugares de la ciudad, ya que está construido sobre una colina, al lado mismo de la plaza del Mercado de Poznan. No es que tenga un gran interés, más qué por ser el Castillo de ladrillo rojo y el más antiguo de Polonia.

Datos: Si te gustan las vistas desde las alturas, se puede subir a su torre (precio: 1.3 euros) pero está cerrado los lunes. Los sábados es gratuito.

Cómo nuestra visita coincidió en Lunes, sólo dimos un paseo por la zona y continuamos la visita a Poznan en Navidad.

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Ostrów Tumski (Isla Tumski)

El río Varta, a su paso por Poznan, se divide en dos, que unos kilómetros más abajo se vuelven a juntar para dar lugar a lo que se conoce como la Isla Tumski. Esta es la parte más antigua de la ciudad y aquí el mayor interés turístico reside en la Catedral de San Pedro y San Pablo.

Iglesia de Santa María La virgen de Poznan

Nada más cruzar el puente Bolesław Chrobry, desde donde obtenemos unas bonitas vistas de la catedral que contrastan con el color rojo intenso del puente, llegamos a la Isla Tumski.

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Puente rojo de acceso a la isla.

Nuestra primera visita fue al Iglesia de Santa María La Virgen In Summo, el templo más antiguo de Poznan, que sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra mundial. Sólo la pudimos ver por fuera ya que estaba cerrada.

Aunque el edificio, tal y como lo vemos hoy en día, data del S. XV, lo cierto es que su historia nace en el 965, un año antes de la conversión de Polonia al catolicismo. Bajo este edificio se han encontrado restos arqueológicos del antiguo castillo de los monarcas polacos.

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Iglesia de Santa María y Catedral de San Pedro y San Pablo

La Catedral de San Pedro y San Pablo de Poznan.

Merece la pena entrar en el interior de la Catedral de San Pedro y San Pablo de Poznan, donde además de otras cosas podemos ver las criptas de los primeros gobernantes del país. Esto es, la de los primeros reyes, como las de los Reyes Mieszko I y Boleslaw el Valiente, entre otros.

Aprovechamos además para entrar en calor, ya que aunque el sol lucía en Poznan, y no hacía brisa, algo que era de agradecer, las temperaturas no eran de más que unos pocos grados centígrados. Al cruzar el puente la sensación térmica bajaba por efecto de la leve brisa que corría, y llegamos al otro lado medio congelados. Así que nos vino bien este pequeño descanso.

El Mural de Pozan.

Había una pequeña sorpresa que les tenía preparado al grupo. Hace ya algún tiempo que me vienen interesando y llamando la atención los grandes murales pintados en fachadas de edificios. Berlín es una de esas ciudades donde el Street Art lo encuentras en cualquier esquina, allí me maravilló, sobre todo, el del gran elefante. Desde que vi una imagen del mural de Poznan supe que algún día lo iría a ver, y ese día había llegado.

Así que tras un breve paseo en el que ni Ana, ni Carmen, ni tampoco Rubén sabían a dónde nos dirigíamos, llegamos al gran Mural de Poznan. Nos pareció sencillamente maravilloso.

Poznan en Navidad: Un alto en el camino

Tras este pequeño paseo, dimos la vuelta en dirección de nuevo a la Playa del Mercado de Poznan, ya que el resto de todo lo que nos quedaba por ver, quedaba en dirección contraria a donde nos encontrábamos ahora mismo. Además, poco a poco se acercaba las 12 del medio día y no nos queríamos perder el espectáculo de las campanadas del Viejo Ayuntamiento.

Como llegamos con tiempo y nos moríamos de frío, escogimos una de las cafeterías de la plaza para tomar un chocolate caliente y entrar un poco en calor. Chocolate que nos sentó de maravilla.

Y tan entretenidos estábamos sentados al calor, que casi dan las doce y nos quedamos sin ver las campanadas. Pero, aunque corriendo, llegamos a tiempo para ver el espectáculo de las cabras.

Donde comer en Poznan en Navidad: Rynek 95.

Como habíamos madrugado tanto, y ya empezábamos a tener hambre, antes de continuar con nuestra visita a Poznan en Navidad, decidimos escoger un restaurante, y comer. Esta vez no nos guiamos por ninguna recomendación, simplemente miramos las cartas, miramos los menús del día que tenían, y escogimos uno entre los que los 4 teníamos algo que nos gustase.

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El menú consistió en una sopa que estaba buenísima, una hamburguesa y para beber en lugar de agua, tomamos café (por esto de que todo fuese caliente). El menú (café a parte) nos costó 15 zlotys, unos 3.3 euros. Casi lo mismo que nos costó el café (11.5 zlotys).

Croissant de San Martín o Croissant de Poznan

Si hay algo típico que debes probar sí o sí en Poznan es su famoso Croissant de San Martín. Es tan importante en la ciudad que hasta tienen un museo dedicado a ello, donde además te enseñarán como se elabora este Croissant que poco tiene que ver con el Francés. El Croissant de San Martín es mucho más denso y con consistencia, tiene peso y no es tan liviano como el que todos conocemos. Su elaboración no es fácil y para que las croissanterías de la ciudad puedan venderlos como Croissant de San Martín, deben someterse a unos estrictos controles. El sello que les dan sólo es válido durante un año.

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Teníamos que probarlo, así que buscamos un lugar que ya teníamos fichado de la noche anterior y le hincamos el diente. He de decir que me pareció exquisito, no se puede comparar con el francés porque salvo por la forma poco tienen que ver, así que comparaciones a parte, el croissant está muy bueno.

El Palacio Imperial de Poznan.

Tras unos 15 minutos de paseo llegamos al Castillo Imperial de Poznan, en cuyos alrededores, además, podremos visitar el Colegio Minus de la Universidad Adam Mickiewicz y el monumento a las victimas de 1956.

El Palacio Imperial de Poznan fue construido entre los años 1905 y 1923 durante la dominación alemana de Polonia, por el arquitecto Franz Schewechten bajo las órdenes del Kaiser Guillermo II. Se dice que durante el tiempo de ocupación nazi, se realizó una remodelación del castillo para que fuese residencia de Hitler, sin embargo no hemos encontrado datos de que realmente hubiese llegado a vivir aquí en algún momento.

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El Castillo, hoy en día, alberga el Museo de arte del Castillo ( Centrum Kultury Zamek), cerrado los lunes y por tanto nosotros no lo visitamos. Eso sí, entramos por la parte de atrás hasta la terraza que hay en el primer piso. Su interior, como tal, tiene poco que ver si no visitas el museo. Se puede además acceder a su torre, pagando la entrada, desde donde se obtienen buenas vistas de la ciudad.

Monumento a las victimas de 1956

El el parque que hay justo al lado del Palacio Imperial de Poznan, se encuentra este gran monumento a las victimas de 1956.

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Durante el mes de Junio de 1956, tuvo lugar en Poznan un movimiento de protesta obrero que se saldó con cientos de muertos y miles de heridos. Bajo el lema «pan y trabajo» se llevaron a cabo manifestaciones y huelgas en contra del sistema comunista que gobernaba en aquel momento. En recuerdo a los 76 muertos del llamado «jueves negro» se levantaron en el parque Mickiewicza estas dos grandes cruces.

Colegio Minus de la Universidad Adam Mickiewicz

La Universidad de Poznan toma su nombre del poeta más importante de Polonia, Adam Mickiewicz. La Universidad de Poznan es una de las más importantes del país, con unos 100.000 estudiantes por año.

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El Colegio Minus es el edificio más bonito del complejo universitario, y si bien su interior no tiene tampoco mucho que ver, su exterior parece mucho más antiguo de lo que es. Se construyó en el S. XX.

Tras dar unos paseos por la zona decidimos regresar a los mercadillos. El sol empezaba a caer y era hora de poner rumbo al centro de la ciudad, dar un último paseo por los mercadillos y despedirnos.

Parque Frédéric Chopin

Antes de dar por concluida nuestra visita a Poznan para poner rumbo a Breslavia, pasamos por el parque Parque Frédéric Chopin. No podíamos irnos sin ver la estatua de las dos cabras corneando.

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Antigua Fábrica de Cerveza Brewery (Stary Browar)

Muy cercad de nuestro hotel, el Novotel Poznan Centrum, se encuentra la antigua fábrica de cerveza Brewery, que actualmente alberga un moderno centro Comercial. Antes de regresar al hotel para poner rumbo a Breslavia y dado que aún nos quedaba algo de tiempo, entramos para echar un vistazo, y claro, para entrar en calor. El centro comercial, llama mucho más la atención por afuera, ya que conserva el aspecto original de la fábrica de cerveza del S.XIX.

Esto fue todo lo que dio de sí nuestro paseo por Poznan en Navidad. Tuvimos muchísima suerte con el tiempo y esos rayos de sol nos dieron la vida, con una temperatura que rara vez subió de los 5 grados centígrados.

Qué otras cosas puedes hacer en Poznan (en Navidad o no)

Nosotros visitamos Poznan con un único día, y no entero, disponible. Pero si bien tienes más tiempo, o bien vas en una época con más horas de luz, te enumero a continuación aquellas actividades que puedes hacer extra y que nosotros no hicimos por falta de tiempo.

  • Hacer un free tour o un free tour alternativo por la ciudad de Poznan. La mejor forma de conocer la historia y tener la oportunidad de preguntar a alguien todas aquellas dudas que tengas de su historia o de la ciudad en sí.
  • Visitar el Parque de la Ciudadela. Yo me quedé con muchas ganas de dar un paseo por el parque, una gran zona verde repleta de obras de arte, así como los memoriales de la I y la II guerra Mundial. Si tienes la oportunidad de dar un paseo, no te lo pierdas, además merece la pena hacerlo con traquilidad, ya que tiene muchas cosas para ver y hacer.
  • Si vas con niños (o no) puedes dar un paseo en el tren Maltanka, un tren de vía estrecha que rodea el lago Malta. En sus 3.8 kilómetros de paseo, nos llevará hasta el Jardín Botánico de Poznan. Ojo porque solo opera desde finales de abril hasta finales de septiembre. Así que eso sí que no lo podrás hacer si vas a Poznan en Navidad
  • Si te gusta la cerveza podría ser interesante realizar una visita guiada a la fábrica de cerveza Lech, una de las más modernas de Europa y la más importante de Polonia.
  • Visitar el Museo Nacional de Poznan que alberga colecciones de pintura y escultura. Entre otras cosas contiene una importante colección de pintura española (Zurbarán, Velázquez, Ribera)
  • Visitar la Biblioteca Raczyński de Poznan

Nos vamos a Breslavia (Wroclaw)

Que difícil es para nosotros pronunciar el polaco, y sobre todo algunas de las palabras polacas. Una de ellas e Wroclaw, que en los 11 días que estuvimos allí no llegué a conseguir pronunciarlo correctamente. Así que para no liarnos, lo mejor es llamarlo por su nombre en castellano, Breslavia.

A las 17:45 de la tarde salía el tren que nos llevaría a Breslavia. A las 20:20 de la tarde llegábamos a la bonita estación de tren. Habíamos reservado unos apartamentos (3 en total) en un edificio muy cercano a la estación. Esto lo hicimos ya con vistas a que llegaríamos tarde a Breslavia, no queríamos perder mucho tiempo, y sabíamos que la ciudad en sí no era grande, así que nos valía cualquier lugar para dormir, que estuviese bien, pero no importaba la zona. Así que mejor lo escogimos cerca de la estación del tren.

Alojamiento en Breslavia: Apartamentos Bike Up.

Para alojarnos en Breslavia durante las dos noches que pasaríamos aquí, escogimos los apartamentos Bike Up. Están muy cerca de la estación del tren, tienen un buen sistema para dejarte las llaves si llegas tarde, y además, cada apartamento está decorado de una manera distinta, así que será sorpresa cual te tocará. Nosotros teníamos 3 reservados, a cual más bonito que el anterior. Están muy bien cuidados, muy limpios, y tienen una cafetera nesspreso, con cápsulas. Todo un detalle.

Recomendamos estos apartahoteles al 100%.

Puedes verlos aquí: apartahotel Bike Up Breslavia.

Mercadillo navideño de Breslavia y cena rápida

Salimos muy rápido del Apartamento. No queríamos perder tiempo ya que entre unas cosas y otras pasaba de las 9 de la noche. Nos fuimos directos al centro, donde nos esperaba una noche de lluvia y este precioso mercadillo de navidad. Breslavia parecía de cuento, y estábamos deseando poder patearla entera.

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No habíamos contado con que los restaurantes en Polonia cierran mucho antes que en España, por lo menos en las ciudades más pequeñas (esto ya no ocurriría cuando llegamos a Cracovia o Varsovia). Así que cuando nos dimos cuenta no encontrábamos nada para cenar.

Entramos en una pizzería que parecía abierta. Tenía varias mesas ocupadas, y preguntamos. Nos contestaron que la cocina estaba a punto de cerrar, pero que si pedíamos rápido y cenábamos rápido nos la hacían. Fueron muy muy amables, porque si no fuese por esto nos hubiésemos quedado sin cenar. Pedimos dos pizzas grandes para los 4, y en cuanto nos las pusieron delante, las devoramos. No tardamos ni 20 minutos en total, y los empleados, nos dieron las gracias por la rapidez.

Así, dimos por terminado un gran día en Poznan, con final en Breslavia, que ya con lo poco que habíamos visto, nos había enamorado.

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