Ruta por el Valle de los 5 lagos y Mount Edith Cavell
Aunque este era el primer día completo que íbamos a pasar en Jasper, ya habíamos pisado terreno del Parque Nacional Jasper en el día anterior.
El día anterior partimos de The Crossing, un hotel ubicado en medio de la Icefield Parway, y que queda a medio camino entre Banff y Jasper, por lo que ese mismo día ya empezamos visitando esta parte del Parque Nacional Jasper. Es decir, aunque este lo trataré como el día 1 de nuestra visita a Jasper, la realidad es que podría considerarse el día 2.
Habíamos decidido pasar 3 días completos en Jasper. Cuando buscaba información sobre este parque ya me di cuenta que es mucho menos turístico que su vecino Banff. El que esté más alejado de una ciudad, y mucho más de una de las principales ciudades de esta zona, Calgary, lo hacen menos frecuentado.
La mayoría tampoco se queda 3 días en esta zona, y es que los precios son elevados, por lo que hay que optimizar el tiempo. Pero una vez que decides visitar Canadá, y además hacerlo en 18 días, el dinero es lo de menos y nosotros decididnos que 3 días completos era lo más adecuado para visitar el Parque Nacional Jasper, y esperábamos, no quedarnos con ganas de más.
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Confeccionamos viajes para «nuestros viajeros» de la misma manera que lo hacemos para nosotros, totalmente personalizados para cada caso y en algunos casos con una guía de viaje, similar a lo que veis aquí pero totalmente personalizada para cada viajero y actualizada.
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El despertar en Jasper.
Era 11 de Julio. No había amanecido todavía cuando ya estoy totalmente despierta. El calor que hace en esta bajo cubierta es insufrible. Aquí, en Jasper, esto no es lo habitual, y es por eso por lo que no tienen los edificios preparados para ello. No hay aire acondicionado por que lo que tienen optimizado es el sistema de calefacción y las chimeneas para dar calor.
A esto estamos acostumbrados, en Asturias pasa igual. Es raro que encontremos un local con aire acondicionado o en las casas, que tampoco es habitual porque no solemos tener días de calor insufrible y si los hay, son los menos, por lo que económicamente no compensa. Por ello, aquí, tampoco.
Tenemos un ventilador por habitación y uno más grande en el salón. Pero no es suficiente para mover toda la masa de aire caliente, que además, se concentra en este bajo cubierta.
Me levanto y Paula y Tino no lo han pasado mejor. Su habitación, aún siendo más pequeña, y quizá por eso, también sube de temperatura y tampoco el ventilador de suelo, es suficiente. Y eso que han conseguido estabilizarlo encima de una silla, pero aún así, no es suficiente.
Bajamos a recepción y lo comentamos. Nos dejan otro ventilador, un poco más potente, que subimos a la bajo cubierta. Hemos quedado que ellos metan en su habitación también el del salón. A ver, si así, conseguimos pegar ojo. Pero eso será la noche siguiente. Ahora ya, nos ponemos en marcha.
Como estábamos en un aparthotel, teníamos cocina, y ya teníamos claro, que íbamos a desayunar aquí todos los días. Habíamos comprado huevos, bacon, yogures, cereales, galletas, muffings, plátanos y teníamos arándanos que se ve que por aquí es una fruta habitual y barata comparada con España.
Tras el desayuno, empezamos a elaborar nuestro planning para el día de hoy.
Planning para un primer día en Jasper National Park.
Lo que teníamos previsto en este primer día completo en Jasper era hacer dos rutas cortas. Por un lado iríamos a la zona del Valle de los 5 Lagos y hacer la ruta corta. De esta forma podríamos ver los 5 lagos haciendo un recorrido de unos 5 kilómetros y sin meternos los casi 10 kilómetros que supone hacer la ruta completa.
Para completar el día, visitaríamos la zona de Mount Edtih Cavell. Suponíamos que con solo estas dos cosas, nos sobraría tiempo, pero lo demás lo iríamos decidiendo sobre la marcha. Y menos mal, porque los planes no salieron como planificamos.
Mis mapas de viaje.
Como siempre, elaboro un mapa de viaje en el que pongo todos aquellos puntos que me parecen interesantes y que me ayudan, tanto en la planificación del viaje como, una vez en destino, con la visita a puntos de interés que me llaman la atención. Colocamos también restaurantes y tiendas, que nos viene bien a la hora de seleccionar qué vamos a comer o cenar ese día.
Os lo dejo aquí y recordad que está configurado a capas, por lo que podéis eliminar capas, como la de restaurantes o rutas, y así os quedará un mapa más limpio.
Todos los puntos que teníamos previsto visitar en Jasper, están marcados en color violeta.
Además, tenéis una guía completa con todos los datos que utilicé para la preparación de este viaje en: Mi guía de Canadá
Ruta por el Valle de los 5 lagos (Jasper National Park)
La ruta por el Valle de los 5 lagos es una de las más sencillas para realizar en el Parque Nacional Jasper. Es más, dicen de ella ser al típica ruta para realizar en familia y es que es muy habitual hacerla con niños y con mascotas. Ojo con el tema de las mascotas, porque en los parques Nacionales de Canadá, hay lugares con información y en el algunas se prohíbe hacer rutas con perros o con la condición de llevarlos con correa. ¿Por qué? Por la presencia de los osos.
Esta ruta la puedes combinar como quieras, y en cualquiera de las dos opciones pasarás por los 5 Lagos, por lo que además de ser sencilla, con muy poco desnivel, en algo menos de 5 kilómetros, si haces la ruta corta, visitarás los 5 lagos. Es por ello por lo que la hace muy atractiva para el turismo familiar.
Datos sobre la Ruta del Valle de los 5 Lagos.
Mapa de la ruta:
Este mapa, ilustra a la perfección lo que es esta ruta.
El primer tramo, marcado como 9a, es una parte común a cualquiera de las rutas que decidas hacer. Además, aunque la ruta en sí está catalogada como circular, este primer tramo, desde donde está habilitado el parking para coches, hasta el primer desvío es de ida y vuelta. Es decir, da igual que hagas la ruta larga, que la corta, y que se considere circular, porque este primer tramo, es lineal.
El trail del Valle de los cinco lagos tiene dos posibles rutas:
- El tramo corto de 4,2 km (el corto)
- Y el largo, de 7,3 km
Ambos comienzan en el mismo punto, el parking del Valle de los 5 Lagos y a partir de ahí, el primer tramo, de algo menos de 1 kilómetro, es común a los dos.
La diferencia entre los dos tramos únicamente está en decidir si quieres circunvalar el primer lago (First Lake) o no.
Tras el primer tramo, 9a, tras pasar el puente y cruzar un bosque, llega la intersección en la que debes decidir si ir hacia la izquierda o hacia la derecha. En cualquier caso, da igual si quieres hacer el tramo largo o el corto, te recomendamos tomar el camino de la izquierda, el tramo 9b, hasta el First Lake.
Una vez que se llega al mirador del primer lago, ahora toca decidir, si circunvalar el primer lago de forma que llegarás otra vez al punto de intersección inicial, o continuar hacia el resto de los lagos, directamente, tomando el sendero 9a y haciendo la ruta circular hasta regresar el punto de intersección inicial.
Primer lago: First Lake (Valle de los 5 lagos)
El parking del Valle de los 5 lagos, se encuentra a tan solo 9 kilómetros del pueblo de Jasper, en la carretera escénica Icefield Parkway. En nada estábamos aparcando. Vimos que ya había coches y eso que era bastante temprano. Hay que recordar que estamos en temporada muy alta y por tanto conviene llegar a los sitios de mayor afluencia de turistas y locales, temprano.
Dejamos el coche aparcado, metimos algunas cosas en la mochila, sobre todo agua y empezamos a caminar. Nuestra intención era hacer la ruta corta, es decir: empezar por la 9a, seguir por la 9b hasta el primer lago, y después empezar la ruta circular por el resto de los lagos hasta el punto inicial. Unos 4.5 kilómetros más o menos y calculábamos invertir, unas dos horas en todo esto.
Y así lo hicimos, en principio.
Empezamos a caminar por un suelo muy bien acondicionado, pasamos por unas pasarelas de madera que daban a un puente, y a partir de ahí un pequeño ascenso por el bosque hasta llegar a la primera intersección. Llegados a este punto, analizamos la situación y teníamos claro que debíamos seguir las indicaciones hacia el Primer lago (First Lake)
Y si, no se en qué momento me lie pero la lie bien parda.
Llegamos al mirador del primer Lago. La verdad es que, sinceramente me esperaba algo más. Las vistas eran bonitas, pero nada que me hiciese pensar que todo merecía la pena por aquello. Era un lago, sin más, en el medio de un bosque con unas montañas al fondo.
Ahora, viendo las fotos, creo más bien que llevábamos tantos días de viaje, viendo cosas tan impresionantes que esto desmerecía un poco. Pero realmente, el sitio es increíblemente bonito.
Aquí Paula nos comenta que ella había visto una especie de embarcadero y que dónde estaría ese embarcadero. Y creo que fue esto lo que hizo que yo me liase aún más. La cuestión es que el que dijese esto, que está en el quinto lago, hizo que yo, me fuese directamente a pensar que estábamos en el Quinto lago, cuando era evidente, por todo que no.
Circunvalando el First Lake (Valle de los 5 lagos)
La señalización ponía por todos lados First Lake. El mapa que llevábamos descargado, aunque no hubiese cobertura, indicaba claramente dónde estábamos. Pero nos liamos a buscar el embarcadero del primer lago. Embarcadero que no existía, claro está.
Así que continuamos el sendero por el lado del lago. Buscábamos una imagen que jamás íbamos a encontrar. En la foto que teníamos del embarcadero se veían unas montañas que estábamos dejando atrás, así que nos daba la sensación de que de existir, el embarcadero tenía que estar al otro lado del lago.
Así que seguimos por el sendero bordeando el lago, el primer lago. El camino era por el medio de un frondoso bosque, donde visualizábamos el lago y cada tramo había una zona por la que podíamos asomarnos. No veíamos embarcadero ninguno.
Seguimos avanzando. El camino empezó a volverse cada vez más empinado y no sabíamos que hacer. Nos quedaba ya muy poquito para llegar al otro extremo del lago, así que continuamos. Si el embarcadero no estaba ahí, es que no existía.
Y llegamos al lado opuesto del lago. Allí no había ningún embarcadero. Pero realmente el agua tenía un color increíble. Muy claro y azul turquesa. La mejor imagen que habíamos tenido del primer lago en todo el recorrido. Al menos había servido de algo.
Toma de decisiones en el final del Primer lago
Ahora tocaba decidir. Teníamos dos opciones: o darnos la vuelta por donde habíamos venido o continuar por la ruta circular y ya hacer, de pleno, la ruta larga y algo más, porque tendríamos que hacer un tramo, el 9a desde la intersección hasta el mirador del primer lago, de nuevo.
Decidimos que ya que habíamos llegado hasta allí, al menos, continuar por otro camino, y hacer la ruta circular bordeando completamente el primer lago.
El regreso por esta zona fue mucho más aburrida, ya que en ningún momento se ve el lago. Es un camino de subidas y bajadas por dentro de un bosque, donde no se veía nada más que árboles y más árboles. Sin ningún otro tipo de aliciente. Al menos, podíamos dar gracias, por estar haciendo la ruta por la sombra. A estas horas ya el sol cascaba de lo lindo.
Iba caminando, por entre los árboles, pensando en qué había pasado, porque estábamos en esta situación. Habíamos decidido hacer la ruta corta y en este momento estábamos haciendo la ruta larga, la cuestión era ¿y dónde está el embarcadero?
Hasta que caí en la cuenta. No estábamos en el Quinto lago, sino en el primero, y el embarcadero, de siempre, está en el quinto lago. No sabía como decirles a mis compañeros de aventura que había metido la pata, y que no solo aquí no estaba el embarcadero y estábamos en el primer lago y no en el quinto, sino que todavía nos quedaba toda la ruta por el Valle de los 5 lagos (la corta) por hacer cuando terminásemos de bordear el primer lago.
Me armé de valor, y lo solté. Y aquí fue donde decidimos aumentar el ritmo, porque cuando terminásemos este recorrido, empezaríamos la ruta corta, desde cero. Así que no podíamos perder más tiempo.
Encuentro casual con un oso en el camino
Estábamos ya en el último tramo del sendero. Empezábamos a descender hasta el punto de intersección. Aún estábamos en el bosque y no lo habíamos dejado aún atrás. No nos habíamos cruzado con nadie en todo el trayecto. Ahora, cuesta abajo, apuramos aún más el paso. Tino y Paula iban delante. Nosotros nos habíamos quedado un poco rezagados (sacando alguna foto o grabando algún video) pero la separación entre nosotros no era mucha.
De repente, veo a Paula dar media vuelta. Viene hacia nosotros con la cara desencajada y diciendo: «Un oso, un oso». No entendíamos nada. ¿Dónde hay un oso? Pues justo lo teníamos ahí, delante. Mi hermano ya había pasado, justo a su lado por el camino, que fue cuando se dieron cuenta de que al lado del matorral había algo. Y a apenas 2 metros de distancia estaba él, un oso negro. Mi hermano pasó de largo, pero a Paula no se lo ocurrió nada mejor que dar media vuelta para avisarnos. No sabíamos que hacer, pero la cabeza no nos dio para más que para continuar caminando como si allí no estuviese pasando nada.
Seguimos caminando, sin inmutarnos y sin prestarle atención. Pasamos a su lado. Estaba justo al lado de un matorral y empezaba a caminar, de forma paralela al sendero y en dirección opuesta a nuestra bajada. Yo no quería ni mirarle y así fuimos pasando. Hasta que hicimos hueco, unos 100 metros más o menos, y me di la vuelta. Fue entonces cuando el oso salió al camino, al mismo por el que habíamos pasado antes. Se paró en el medio, nos miró y continuó caminando, lentamente, metiéndose de nuevo hacia el bosque.
Estábamos alucinados. La adrenalina se te pone por las nubes en este momento y cuando nos reunimos todos, lo único que podíamos hacer era comentar la jugada. Cómo Tino y Paula se lo habían encontrado de bruces y como ni se inmutaron: ni ellos, ni el oso.
Estábamos muy cerca de la intersección. Lo sabíamos porque se escuchaba gente hablar.
Seguimos bajando y encontramos, al poco a un chico parado en el camino.
Iba solo. Le avisamos. Nos dijo que ya había visto la situación y por eso no había querido continuar. Este tipo de rutas no se recomienda hacerlo solo. Incluso aunque lleves spray contra osos, no se recomienda hacerlo así. Estaba esperando por un grupo de chicas que subía en ese momento, a ver si se podía unir a ellas.
Comentamos, entre los 5, la cantidad de osos que había en Jasper. No habíamos visto ninguno en todo el tiempo que llevábamos de viaje, no habíamos visto ninguno en todo nuestro viaje del año anterior por Yellowstone y Grand Teton, y aquí en 3 días, habíamos visto 3 osos. ¡Muy increíble todo!
Segundo lago: Second Lake (Valle de los 5 Lagos)
Llegamos a la intersección y aún con el corazón a mil, sabíamos que teníamos que empezar la ruta de cero. No había tiempo que perder. Bebimos un poco de agua, y de nuevo a subir hasta el mirador del primer lago, que pasamos de largo y continuamos por el sendero de la derecha y siguiendo la ruta 9a en dirección opuesta a la que habíamos seguido unas horas antes.
Ahora ya sí, solo quedaba ir de lago en lago.
Esta ruta, la circular corta, es mucho más entretenida que la anterior, porque los lagos están muy cerca unos de los otros y el sendero no se te hace duro, ni complicado ni aburrido. En nada pasas de un lago a otro.
El segundo lago tiene este color tan intenso, fruto de la acción de las algas. Con el bosque que lo rodea y las montañas al fondo lo hacen un lugar increíble donde relajarte un rato. Pero no teníamos mucho tiempo que perder, queríamos llegar al tercer y cuarto lago, donde creíamos que la situación iba a ser similar y allí disfrutar un poco más del entorno y del tiempo.
Tercer Lago: Third Lake (Valle de los 5 lagos)
Este lago tiene un color más intenso e increíble aún si cabe. Creo que fue el que más me gustó de todos. Para tener la luz en contra ya veis que el color del agua es un verde esmeralda y muy mágico.
La imagen que deja el lago, con el agua oscura, los bordes de color esmeralda, todo rodeado de árboles que se reflejan en las aguas calmadas del lago, es, sin duda, de postal.
Cuarto Lago: Valle de los 5 lagos
Entre el tercer y cuarto lago encontramos dos sillas rojas. De esas sillas rojas que en Canadá están ubicadas en puntos estratégicos donde se supone que las vistas son de infarto. Aunque suelen decir que hay que armarse de paciencia porque suele haber mucha gente y la gente se toma su tiempo, nosotros no tuvimos problema con esto. Las encontramos vacías, nos sacamos todas las fotos que quisimos y vacías las dejamos.
El cuarto lago es uno de esos en los que apetece bañarse. Y eso fue lo que hicimos. Bueno, lo que hizo Rubén que decidió que no había mejor sitio hoy para refrescarse que aquí.
Y es que este lago si que lo encontramos con un color de agua increíble y muy apetecible.
Quinto lago: Valle de los 5 Lagos
Y por fin llegamos al Quinto Lago y con ello al famoso embarcadero. Aquí si que encontramos muchísima gente. Bueno, muchísima no, pero el embarcadero es pequeño y todo el mundo se coloca en el mismo sitio, ya sea para bañarse o para refrescar los pies, o simplemente para sacar una foto. Nosotros nos situamos a la sombra bajo un árbol y allí esperamos, contemplando el paisaje, hasta que Rubén terminó de secarse, cambiarse y ponerse en condiciones de seguir con la ruta.
Durante este tiempo Paula aprovechó para meter los pies en las frías aguas de los lagos, los 5 lagos, de Jasper National Park.
Y así fue como concluimos la ruta, y la mañana, visitando el Valle de los 5 lagos. Como sabíamos que teníamos tiempo de sobra, y estando a tan solo 9 kilómetros de Jasper, regresamos al pueblo, fuimos a nuestro alojamiento y tranquilamente comimos allí, en nuestra pequeña casita. Aprovechamos además, para hacer la colada. Era medio día y hacía un calor infernal, así que decidimos tomarnos unas horas de relax.
Una sorpresa en el camino de vuelta.
En el camino de vuelta hacia el hotel desde el parking y poco antes de terminar la Icefield Parkway, encontramos a este alce al lado de la carretera. Como para no pararse a mirarlo. Esos cuernos son una maravilla de la naturaleza, tal y como lo son ellos.
Haciendo la colada en Jasper
Aprovechamos, además, para que como teníamos tiempo y no íbamos a salir del hotel hasta un poco más tarde para evitar estas mortales horas de sol, decidimos aprovechar para hacer la colada. Aunque nuestro apartamento no tenía lavadora, si había una zona común donde por muy pocos dólares, podíamos hacer la colada. Aprovechamos para dejar una lavadora puesta y mientras tanto cada uno invirtió el tiempo en lo que mejor le venía.
Rubén fue a dormir la siesta. Tino, Paula y yo, nos fuimos a la piscina del hotel, piscina cubierta, claro está, porque aquí lo que suele hacer es mucho frío y las piscinas no están al aire libre. Nos dimos un baño. Tino se quedó dentro, a la sombra, y Paula y yo, salimos un rato a tomar el sol en las tumbonas de la terraza a la que daba acceso la piscina. Así estuvimos hasta que ya no aguantábamos más el sol, y decidimos regresar al interior del recinto.
Dónde hacer la colada en Jasper
Para todos aquellos que no tengáis un lugar para hacer la colada en vuestro alojamiento os doy datos de donde lo podéis hacer.
Lavanderías: «Laundromats» Hay dos en Patricia Street.
La hora de cierre de ambos establecimientos es las 20:00.
Cuando ya tuvimos lista la colada, salimos de nuevo y pusimos rumbo a Mount Edith Cavell.
Cavell Lake, Jasper National Park
En esta zona del Parque Nacional Jasper podemos visitar dos puntos de interés que se encuentran en la misma carretera. Una de ellas es el Cavell Lake.
Este no es un punto que tuviese en mi ruta sí o sí, es decir, que tuviese que ver sí o sí. La cuestión es que nos quedaba de camino hacia el inicio de ruta del Path of the Glacier, que sí quería hacer sí o sí. Al quedarnos en la misma carretera de acceso hicimos una pequeña parada.
No tenía muy claro como estaba el tema del aparcamiento aquí porque no había encontrado mucha información pero supuse que si había un inicio de ruta, la tuta hacia Tonquin Valley, tenía que haber un parking aunque no estuviese señalizado por ningún sitio.
Y si, no me equivoqué. Había un lugar, no muy grande, habilitado para dejar el coche. Desde aquí y con una pequeña bajada que es el inicio del Tonquin Valley Loop llegamos al borde del lago. Tampoco es que fuese una maravilla pero estuvimos un rato, al sol, dando un paseo y contemplando como un pescador intentaba pescar. Fue al único ser humano, y bueno, al único ser en sí, que vimos por allí. La tranquilidad de este sitio mereció mucho la parada.
Lo más llamativo de este lago, es que en días claros y de aguas calmadas, se refleja el Mt. Edith Cavell con sus 3.363 metros de altitud.
Path of the Glacier, en Mount Edith Cavell
Sabía que este sitio tenía que estar en mi ruta por Jasper pero no lo que no tenía ni idea es que este sitio me iba a gustar tanto como lo hizo. No se si fue por haberlo encontrado medio helado aún, por el contraste entre el sol que hacía, la temperatura agradable para el sofocón que pasamos al medio día, la cascada en un lateral de un glaciar en deshielo, el color del agua del lago, el entorno, que no había mucho gente y un cúmulo de todo.
Dejamos el coche aparcado en el parking habilitado para ello. Aquí si que el parking tiene un tamaño considerable así que visto el parking visto la cantidad de gente que puede coincidir en el mismo lugar a la vez. Nos alegramos de encontrarlo, no vacío, pero tampoco lleno. Era buena señal.
El sendero está muy bien señalizado y muy bien acondicionado. Se trata de un sendero pavimentado, con algo de desnivel pero muy cómodo y fácil de hacer. Son apenas 2 kilómetros ida y vuelta y la recompensa al llegar merece tanto la pena que no deberías dejarlo de hacer.
Una vez arriba, te aconsejo que bajes hasta el lago, donde la imagen es más que de postal. Desde aquí se contempla el Angel Glacier, la cascada que cae de él y el color del agua del lago que es surrealista totalmente.
Estuvimos muchísimo rato aquí arriba. Además es que no había nadie salvo una familia de 5 personas. Así que la tranquilidad era mayúscula.
La mayoría de las fotos que había visto de este sitio, y he de decir que no fueron muchas porque quería sorprenderme, eran fotos con mal tiempo y bastante niebla. Así que la sorpresa de encontrar este paraje así, totalmente despejado y en su máximo esplendor, quizá fue por lo que me gustó tanto este sitio y lo considero uno de los imprescindibles en Jasper.
Terminada la ruta regresamos a Jasper. Una ducha después salíamos para cenar.
Cenando en Jasper Brewing Company
Este sitio no lo llevábamos recomendado ni anotado como uno de los lugares donde comer en Jasper. Sin embargo, habíamos pasado por la puerta el día anterior y nos había gustado el concepto de cervecería y restaurante así que hoy no teníamos duda, probaríamos aquí.
Nos acercamos a la puerta de entrada. Había muchísima gente, tanto en Jasper en general como en el restaurante en particular, pero el chico que nos atendió, majísimo, nos dijo que si esperábamos un minuto nos hacía un hueco. Y así fue. En menos de un minuto íbamos camino a una mesa para los 4.
Aquí pudimos ver que lo que se llevaba era pedir un plato de nachos con millones de cosas para compartir, y una cata de cervezas para beber. Pero no teníamos tanta hambre como para esto. El plato de nachos era más bien una fuente de nachos. Así que pedimos unas limonadas, una cerveza, dos platos de pasta, un plato de curry tailandés y una hamburguesa doble y cenamos de lujo.
El precio para los 4 fue de 150 dólares con propinas incluidas, es decir, 111 euros (unos 28 euros escasos por persona).
Y así, paseado por Jasper y entrando en un montón de tiendas donde hicimos alguna que otra compra, dimos por concluido nuestro día, nuestro primer día completo en el Parque Nacional Jasper.
Nuestro alojamiento en Jasper
Cuando decidimos que pasaríamos 4 noche en Jasper, teníamos claro varias cosas: una era que nuestro alojamiento tenía que estar ubicado en la propia ciudad. Hay mucha gente que se aloja en otros pueblos, pero nosotros, aquí, queríamos estar céntricos, con opción para ir a cenar cada día a un restaurante. Además, queríamos tener cocina, para poder desayunar tranquilamente antes de salir, e incluso, si no nos apetecía salir a cenar, hacerlo aquí.
Al reservar con mucho tiempo y sobre todo al ser 4 personas, no nos salió tan caro como podría parecer. Además, pensando en el cómputo general del coste del viaje era perfectamente asumible. Así que reservamos un apartamento, con cocina, dos habitaciones y un baño. El hotel e de estilo motel americano, de dos pisos, donde aparcas el coche casi delante. Además, tiene todos los servicios posibles, ya que si te apetece no salir y cenar, tiene un pequeño restaurante, tiene también spa, y piscina. También tiene una sala para hacer la colada. Todo lo que vimos era un plus para decidirnos por quedarnos aquí.
El apartamento tenía dos plantas. En la planta de abajo estaba la cocina, abierta a un pequeño salón, con una pequeña terraza, una habitación con cama doble y un baño.
En la parte de arriba, en la bajo cubierta, había otra habitación con 3 camas pequeñas, donde nos quedamos Rubén y yo. Estuvimos muy cómodos y estaríamos en general más cómodos si no hiciese la calor que hacía esta temporada en Canadá.
(Recordaros que estábamos sufriendo una importante ola de calor, para lo que en general no están preparados en esta zona. El apartamento tenía calefacción e incluso chimenea, pero no había aire acondicionado, claro. Nos apañamos estos días con unos ventiladores, los que había en el apartamento y uno más que nos dejaron en recepción porque con los que había no era suficiente para mover el aire, sobre todo de la parte de arriba).
Ciertamente, nos encantó la experiencia y volveríamos a repetirla sin duda alguna.
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