Visitar el Parque Nacional Yoho en un día
Empezaba la parte del viaje en el que recorreríamos los Parques Nacionales de las Rocosas Canadienses más conocidos y más impactantes: Yoho, Jasper y Banff.
La mayoría de quienes deciden hacer un viaje por las rocosas canadienses, destinan todos sus días a visitar estos tres parques nacionales. Sin embargo, cuando planifiqué esta aventura, yo tenía claro que quería ir un poco más allá. Además de hacer una pequeña incursión en EEUU, para visitar el Glacier National Park de Montana, vistamos otros 3 parques más de las rocosas canadienses: Mount Revelstoke N.P, Kootenay N.P y Glacier N.P.
El día anterior lo habíamos pasado recorriendo el Parque Nacional Glacier (el de Canadá) y habíamos llegado a dormir a la pequeña población de Golden. Golden es un pueblo situado de forma estratégica en la entrada oeste de Yoho National Park, pero además a pocos kilómetros de Revelstoke y de Glacier. Es por ello por lo que lo hace un destino atractivo para pasar, al menos, una noche.
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Todo lo que se publica en este blog se ofrece de forma totalmente altruista, y basado en nuestra experiencia personal.
Confeccionamos viajes para «nuestros viajeros» de la misma manera que lo hacemos para nosotros, totalmente personalizados para cada caso y en algunos casos con una guía de viaje, similar a lo que veis aquí pero totalmente personalizada para cada viajero y actualizada.
Si necesitáis que os ayudemos con la planificación del viaje, no tenéis más que poneros en contacto con nosotros a través del correo info@viajescallejeandoporelmundo.com o través del formulario de contacto de la web. Os responderemos lo antes posible. ¡Feliz viaje!
Mis mapas de viaje.
Como siempre, elaboro un mapa de viaje en el que pongo todos aquellos puntos que me parecen interesantes y que me ayudan, tanto en la planificación del viaje como, una vez en destino, con la visita a puntos de interés que me llaman la atención. Colocamos también restaurantes y tiendas, que nos viene bien a la hora de seleccionar qué vamos a comer o cenar ese día.
Os lo dejo aquí y recordad que está configurado a capas, por lo que podéis eliminar capas, como la de restaurantes o rutas, y así os quedará un mapa más limpio.
Además, tenéis una guía completa con todos los datos que utilicé para la preparación de este viaje en: Mi guía de Canadá
Dejamos atrás Golden. Nos vamos a Yoho National Park.
Desayunamos en la habitación del hotel de Golden. Aunque no teníamos el desayuno incluido, al tener una pequeña cocina con lo indispensable, aprovechamos para preparanos unos cafés, y desayunar con alguna de las cosas que llevábamos para estos momentos. Además, también preparamos los bocadillos para el picnic y el café para media mañana.
En el día de hoy nos dirigiríamos a uno de esos sitios impactantes de las rocosas canadienses, uno de esos sitios que salen en todas las guías de viajes de Canadá y uno de lo puntos más destacados de Yoho National Park. Hoy, visitaríamos el Emerald Lake. El Lago Emerald junto con el Lago O´Hara son los principales atractivos del parque.
Visita al Lago O´Hara.
Si, el lago Emerald es uno de los principales atractivos de Yoho National Park pero no el único. Quizá lo que todo el mundo desea hacer en este parque es visitar el lago O´Hara, pero lamentablemente muy poca gente consigue hacer.
La visita al Lago O´Hara está muy restringida. No puedes acceder con tu propio coche y lo debes hacer en uno de los buses del parque nacional. El problema es que hay muchísima más gente que quiere visitar cada día este lago que plazas disponibles, así que tienes dos formas para poder llegar hasta él.
- El uso de los buses del parque si consigues una plaza.
- Caminar los 11 kilómetros, solo ida, de subida por la misma carretera por la que lo hace el autobús.
Conseguir plaza en el bus del parque al Lago O´Hara
- Hora de subida: 8:30-10:30-3:30-5:30 (estos dos últimos creo que son para los que hacen noche en el lago)
- Los horarios para bajar: 9:30-11:30-2:30-4:30-6:30
- Precio: unos 15-16 euros por persona
- De subir, hay que hacer el trekking de Lake O´Hara a Lake Oesa. Ida y vuelta, unos 8 km.
La reserva de los buses al lago O´Hara se abre cada año en un día del mes de Abril (este año fue el 18 de Abril a las 4 p.m hora de España).
La web para hacer la reserva es la web oficial de Parques Nacionales.
Lo recomendable es acceder unos días antes y darse de alta en la web, así el día que se abren las reservas ya tendrás parte del proceso adelantado y perderás menos tiempo.
Proceso a seguir para conseguir tu plaza en el bus al lago O´Hara.
- Debéis tener muy presente la fecha en la que queréis acceder al Lago O´Hara, y a ser posible otras posibilidades, por ejemplo: el día que vas a pasar en Yoho, pero también las fechas que vas a pasar en Banff. De esta forma tendrás más posibilidades, aunque ya os digo que las posibilidades son casi nulas.
- En la fecha en la que se abra el proceso de reserva, debes acceder a la web unos 10 minutos antes de la hora de apertura, abriendo tu sesión con tu nombre de usuario (el correo electrónico con el que te has dado de alta) y la contraseña.
- Debéis ir siguiendo todos los pasos de reserva hasta que llegues a un punto en el que te dirá que aún no está el plazo abierto. Retrocede justo a la pantalla anterior. Cuando sea justo la hora de apertura, en este caso las 4 p.m de España, accede de nuevo.
- Te pondrán en lista de espera y llegado el momento, solo debes intentar reservar lo que quieres. Inténtalo varias veces porque se van poniendo y quitando plazas. Tanto para el día en el que quieres subir como para las otras alternativas que tengas.
Otra forma de conseguir plaza en el bus, es hacer lo mismo 24 horas antes, ya que hay plazas reservadas para este momento o intentarlo yendo al lugar de salida del bus y mirar si alguien no se ha presentado. Esto es más difícil aún, pero puede pasar.
¿Nosotros lo hicimos?
No. Las probabilidades de conseguir una plaza para este bus son casi nulas. No quería tener que estar pendiente de algo así y condicionar mi viaje a algo así. No es que tuviese una necesidad tan grande de visitar este lago que tuviese que meterme este estrés en el cuerpo. Así que finalmente decidí pasar de ello y no hacerlo, sin ni siquiera intentarlo.
Viví la situación de reservar el bus para el Lago Louise y Morraine, para lo que es muy fácil conseguir plaza en el día que tu quieres ya que hay buses cada poco, y cuando accedí, de la misma forma a la web de reservas tenía 4500 personas delante. No me quiero imaginar esto mismo para el del Lago O´Hara.
También os puedo contar que para la visita al Lago Louise y Morreine, el día en el que nosotros cogimos el bus, tenían el cartel colgado de que no había plazas del bus a ninguna hora. Dudo mucho que si para estos lagos en plena temporada alta, con la cantidad de buses que tienen al día, no haya ni un solo hueco, lo tengan para el Lago O´Hara. Pero…. todo puede pasar.
La opción de subir caminando al lago O´Hara.
Si tuviese una necesidad muy grande de visitar este lago y la vida me fuese en ello, lo hubiese hecho caminando. Son 11 kilómetros de subida por la misma carretera por la que sube el bus. En este caso las probabilidades de que una vez arriba puedas conseguir una plaza en el bus de vuelta son más grandes, y a una mala, bajarás caminando de nuevo. Es más fácil bajar que subir los 11 kilómetros.
Pero, ya de subir al lago O´Hara, lo suyo, es verlo desde la ruta que va desde este punto al Lake Oesa, otros 8 kilómetros más. Subir hasta el Lago O´Hara para solo quedarte en el mirador, era algo que yo no contemplaba.
Cómo organicé mi día en Yoho National Park.
Habiendo descartado la visita al Lago O´Hara y con la tranquilidad que eso da, decidí visitar otros muchos puntos de interés del Parque Nacional Yoho, los más importantes y alguno más que surgió sobre la marcha.
Entre ellos mi prioridad estaba en visitar:
- El Lago Emerald.
- Las Wapta Falls
- Las Takakkaw Falls
Aunque veríamos algunas cosas más.
Wapta Falls en Yoho National Park.
Aunque la realidad es que todo el mundo te dice que debes visitar a primera hora de la mañana el Lago Emerald para evitar aglomeraciones y sobre todo para tener un sitio en el parking, yo decidí tomarme este viaje con calma. Ir a primera hora de la mañana la Lago Emerald suponía tener que ir directos y dejar las Wapta Falls o sin ver, o tener que regresar más tarde a esta zona del parque.
Preferí llevar los puntos por orden y tras dejar atrás Golden, nos dirigimos directamente al parking del comienzo de ruta a las Wapta Falls.
Hicimos el trayecto de bajada desde nuestro alojamiento en Golden muy despacio. Esta carretera es uno de esos sitios donde la probabilidad de ver osos, sobre todo al atardecer y a primera hora de la mañana, son muy altas. Pero una vez más no tuvimos suerte. Por el momento, llevábamos 8 días de viaje y aún no habíamos visto nuestro primer oso.
Dejamos el coche aparcado en el lugar habilitado para ello al comienzo de ruta.
La ruta a Wapta Falls es una ruta de unos 5 kilómetros de ida y vuelta, y en un terreno prácticamente llano, salvo el desnivel del final para acercarse a la cascada. No te llevará más de 2 horas hacerlo, incluida las paradas para sacar fotos.
El paseo se hace a través de un bosque y la sorpresa viene al final. Poco a poco se intensifica el ruido de la caída de agua a cuya altura vas a llegar. Por el camino encontramos la única presencia de osos que habíamos tenido hasta la fecha, sus huellas.
Nos sentimos emocionados al verlas, pero no es lo mismo ver huellas que ver un oso. Nosotros, después de haber estado siguiendo huellas de león en África en más de una ocasión, determinamos que las huellas eran lo suficientemente recientes como para que hoy fuese el día en el que viésemos por primera vez un oso.
Y sí, queríamos verlo, pero tampoco encontrarnos con él de bruces. Así que fuimos hablando y cantando todo el camino. Lo importante es que aunque nosotros no le veamos, nos escuche, esté tranquilo y no le asustemos. Si no se asusta, aunque esté cerca, no pasará nada.
Cuando llegamos al final de la ruta, estábamos tan cerca del salto de agua que casi ni se apreciaba su grandeza, más que por el ruido que hacía el agua al caer.
Cuando regresamos al coche, tuvimos la idea de buscar algún sitio desde donde tener una imagen más amplia de las cataratas y poder contemplarlas en todo su esplendor pero de forma panorámica. Por eso no tuvimos problema en regresar sobre nuestros pasos dirección Golden, y tomar la carretera que nos llevaría, tras una media hora de trayecto hasta Wapta Falls Recreation Site.
Un picnic en el Wapta Falls Recreation Site
Aquí encontramos una serie de aparcamientos, cada uno con su mesa para hacer picnic, donde había alguna autocaravana que parecía haber pasado la noche allí.
Nos hicimos con una mesa y con estas vistas hicimos un segundo desayuno. El café caliente a estas horas, después del fresco de la mañana, nos vino de maravilla.
Ahora sí, teníamos una buena perspectiva de lo que en realidad son las Wapta Falls. 30 metros de caída de agua en unos 150 metros de anchura. Lo imponente no son estos números, sino la enorme cantidad de agua que cae y el estruendo que suena al hacerlo.
No podíamos entretenernos más, sobre todo si no queríamos llegar demasiado tarde a Emerald Lake y quedarnos sin sitio en el parque. A estas horas tampoco sabíamos si realmente íbamos a encontrar algún hueco, pero bueno, esperábamos que la suerte, una vez más, estuviese de nuestra parte.
Volvíamos a tener un día caloroso en las montañas Rocosas. El sol volvía a pegar fuerte y la temperatura, según avanzaba la mañana, subía como la espuma. ¿Quién nos lo iba a decir? Hoy si, nos preparamos bien y en la mochila llevábamos el bañador, porque si todo iba bien y el agua no estaba como el hielo, intentaríamos bañarnos en el Emerald Lake.
El Emerald Lake de Yoho National Park.
Puede ser que sea verdad que el Lago O´Hara sea uno de los lagos más bonitos de Canadá, pero os puedo asegurar que cuando ves las aguas del Emerald Lake, no piensas ni por un momento que te has perdido ver el Lago O´Hara. Sinceramente, en ningún momento a lo largo de estos días de viaje por las montañas rocosas, llegué a penar o tener pena de no haber podido visitar ese parque. Ni me acordé de él en ningún momento. Es tan grande y tan bonito todo lo que ves que no piensas ni siquiera que pueda existir algo mejor.
Y no es conformismo, es simplemente, que la belleza de estos sitios te deja tan sin palabras que no puedes ni pensar en nada más que lo que tienes en frente.
Llegamos al Emerald Lake un poco antes de las 11 de la mañana. Demasiado tarde para cualquier cosa que tenga que ver con un sitio tan turístico como este. El parking, más pequeño de lo que podría ser para un lugar así, estaba lleno.
Al igual que nos pasó en Glacier NP (EEUU) y en contra de lo que pasaba en parques como Yellowstone, aquí, muchas señales indicaban que no se podía aparcar fuera de las zonas designadas. Y sí, había coches aparcados en el arcén, pero no se nos hubiese pasado por la cabeza en ningún momento dejar el coche donde no se puede.
Así que fuimos despacito, avanzando por el parking, lamentándonos de no encontrar ni un solo hueco. Y al igual que nos pasó en el Lago Avalanche, en Glacier, justo cuando llegamos al final del parking, justo al lado del acceso al lago, cuando ya notábamos el color turquesa entre las ramas, salió un coche y pudimos aparcar. Otra vez, la suerte nos estaba acompañando.
Un paseo por Emerald Lake
Tras cambiarnos de ropa, poner algo más ligero, y sobre todo, poner el bañador, nos dirigimos a la zona del Emerald Lodge. Si antes de ir ya me hubiese encantado poder hacer una noche aquí, en cuanto cruzamos el puente y vimos la imagen de postal que se tiene desde este lodge, lo tuve más claro aún. Cuanta suerte tienen aquellos que pueden pasar, al menos una noche, y poder levantarse contemplando por la ventana, y sin gente, una imagen así.
Continuamos el paseo hasta que llegamos al final del lodge, contemplando cada una de las vistas que se nos abría a nuestro paso entre los árboles y entre las cabañas del resort.
Cuando llegamos al final, dimos la vuelta. Nos planteamos si coger una de los Kayak para navegar un poco por el lago. Habíamos visto que de todos los sitios donde se puede hacer en Canadá, quizá aquí y en alguno de los lagos de Jasper, es donde son más viables. Pero aún así el coste es elevado. Y más que por el coste, decidimos no hacerlo por la cola que había que hacer y la espera que teníamos que sufrir para hacerlo.
Decidimos que en lugar de esto, daríamos un paseo por el camino que hay bordeando el lago y si nos apetecía bañarnos en algún sitio, lo haríamos.
Un baño en Emerald Lake
El sol pegaba fuerte a esta hora de la mañana, y el calor empezaba a hacerse insufrible. También los mosquitos, algo de lo que aún no he hablado, pero que tampoco nos imaginábamos que en este viaje los fuésemos a sufrir de esta manera.
Tino y Paula dieron la vuelta. No había mucha sombra en el trayecto y costaba dar dos pasos. Nosotros decidimos darnos un baño. Bueno, más bien Rubén decidió darse un baño. Mientras tanto yo me quedaría cuidando la mochila con las cámaras, el dinero y los móviles.
Si alguien hubiese apostado antes del viaje, en incluso este mismo día que me metería en un lago de deshielo de las montañas rocosas, seguro que al menos yo, hubiese perdido. Jamás me imaginé que me iba a meter en el lago. Pero lo hice. Vi lo que estaba disfrutando Rubén mientras yo pasaba calor en la orilla, que cuando el salió, decidí quitarme las sandalias y mojar un poco los pies. Y ahí fue donde me di cuenta que no estaba tan fría como yo pensaba y poco a poco me fui metiendo, hasta que decidí quitarme el vestido y tirarme al agua.
Y fue lo mejor que pude hacer, porque no solo me refrescó muchísimo, sino que lo disfruté un montón.
Al salir, Rubén había entablado conversación con unos Canadienses que pasaban sus vacaciones en la zona. Pero no podíamos perder mucho más tiempo, queríamos ver muchas cosas en este parque y el lago Emerald ya había cumplido con más de lo que pensábamos hacer aquí.
Picnic en Emerald Lake
No había mucha cobertura en el lago, solo a veces veíamos que sí, pero no conseguimos ponernos en contacto con Tino y Paula para saber por donde estaban. Así que además de ir fijándonos en cada «playa» que veíamos por si estaban por allí, decidimos ir hasta el coche por si habían decidido esperarnos en esa zona. Y de camino al coche fue cuando les vimos. Habían cogido una mesa, al lado del lago, la única que quedaba libre en el momento en el que ellos pasaron, y nos estaban esperando para comer allí mismo.
Bonito entorno para hacerlo.
Al lado teníamos una familia filipina, que muy amablemente nos invitó a algo de fruta. Al final vamos encontrando gente buena allá donde vamos.
Dejamos atrás Emerald Lake y continuamos el camino para felicidad y disfrute de quien ocupó nuestra plaza en el parking.
Natural Bridge
En la misma carretera que une la Trans-Canadiense con el Emerald Lake, se encuentra el Natural Bridge. Una puente de piedra natural sobre el río Emerald. Este lugar había sido nuestro sitio alternativo para hacer un picnic si no hubiésemos encontrado, por suerte de nuevo, una mesa libre en Emerald Lake.
Si bien el puente natural es llamativo de ver, lo más llamativo es todo el entorno, con las montañas al fondo, el río turquesa en medio, todo rodeado de árboles. De postal.
Meeting of the waters confluent
En el camino de ida hasta nuestro siguiente destino, las Takakkaw Falls, hicimos dos paradas, una de casualidad y otra obligada.
Por casualidad paramos en Meeting of the waters confluent. Y es que vimos el cartel indicativo y ya que nos había gustado el cruce de aguas que por casualidad vimos en Glacier N.P, decidimos hacer una parada aquí. Quizá nos sorprendiese.
Y bueno, creo que si en este momento el cielo no estuviese tan nublado y el agua no fluyese tan brusca con lo que la mayoría era espuma, hubiésemos podido percibir mejor la espectacularidad de este sitio. Si el agua estuviese algo más calmada y hubiese mucho más sol se podrían ver los colores turquesas del agua. No obstante, impresiona bastante ver, como aquí chocan las aguas que fluyen por Kicking Horse (de color azul intenso) con las del río Yoho (de color grisáceo).
Por fin: ¡Un oso!
Nos dimos prisa, aunque ya no nos quedaba mucho por hacer en el Parque Nacional Yoho, hoy tendríamos que recorrer la mitad de la Icefield Parway, la carretera que une Banff con Jasper. Por lo que aún nos quedaban muchos kilómetros por recorrer.
Nos pusimos de nuevo en marcha para continuar por la carretera de subida hacia las Takakkaw Falls. Cuando no nos quedaba ya mucho para llegar, vimos a mano izquierda unos coches parados, la gente de pie fuera, y algunos con prismáticos. Ni lo dudamos. Nosotros también paramos. Aunque en la mayoría de las carreteras de los parques nacionales de Canadá no se puede parar en el arcén si no hay una zona habilitada para ello, aquí tuvimos suerte, porque la había.
Detenemos el coche, nos bajamos, preguntamos y efectivamente, lo que creíamos que podía estar ocurriendo era una realidad ¡Había un oso!
Saqué el objetivo de la cámara y me dispuse a buscarlo. Estaba lejos. Lo suficientemente lejos como para a simple vista no encontrarlo. Pero con el teleobjetivo conseguí localizarlo e indicarle a mis compañeros donde estaba. Se encontraba en la ladera de una montaña, en una zona bastante despejada de árboles pero no así de arbustos. Estaba comiendo y de cuando en cuando se percibí su color negro entre tanto verde intenso. Así fue como ellos le pudieron ver, cuando salió de entre los arbustos, y se hizo notar.
Estábamos tan emocionados que no podíamos ni comentar la jugada. Solo podíamos sonreír. Poco a poco aquel aparcamiento al lado de la carretera se empezó a llenar de coches. No podéis imaginar hasta que punto había gente allí. Y es que no podíamos entender de dónde salía tanta gente cuando en todo el día, sí, habíamos visto gente, pero ni de lejos tanta como se congregó allí.
Estuvimos mucho rato contemplando al oso, pero era consciente de que estaba demasiado lejos para que mis compañeros estuviesen disfrutando tanto como yo. No teníamos tampoco tanto tiempo y decidimos continuar nuestro camino, despidiéndonos, con mucha emoción, del primer oso que nos recibió en las montañas rocosas de Canadá.
Takakkaw Falls
Cuando llegamos al parking de las Takakkaw Falls, comprendimos porqué en un minuto se había congregado tanta gente a ver el Oso. Y es que aquí si que había coches y más coches, y gente, muchísima gente.
Encontramos un hueco donde dejar el coche y empezamos a recorrer la ruta hasta las Takakkaw Falls.
Se trata de un sendero de baja dificultad de 1.8 kilómetros de ida y vuelta, donde poco a poco te vas acercando a las cascadas. Vas pasando por distintos miradores, donde tienes que parar porque las vistas son, cuanto menos, impresionantes.
Y si, cuesta acercarse, porque al menos en esta época del año, en la que el deshielo está en su máximo apogeo, el agua que cae lo hace con tanta fuerza que es difícil no empaparse.
Las Takakkaw Falls, que en lengua Cree significa «magnífica» son las segundas cascadas más altas de Canadá. Con sus 384 metros de caída de agua, la cascada merece el nombre que lleva.
Upper Spiral Tunnel Viewpoint
Dejamos atrás las Takakkaw Falls cuya visita no nos había defraudado y deshicimos el camino que nos había llevado hasta allí, la Yoho Valley Road. Pasamos por delante del punto donde habíamos visto al oso, ya totalmente despejado de coches y visitantes, e hicimos la última de las paradas del día. Decidimos hacer una pequeña parada en el Upper Spiral Tunnel Viewpoint. Aunque no habíamos pasado por el Centro de Visitantes de Yoho National Park en Field y no sabíamos los horarios en los que pasaba el tren, hicimos la parada para al menos ver un poco los carteles informativos que nos dicen qué es esta zona.
Al igual que lo que habíamos visto el día anterior en Glacier, sobre el Loop de las vías del tren que bajaba desde el Roger Pass, aquí, en Yoho, este loop sigue activo. Se trata de un trazado de las vías del tren en forma de S con lo que se consigue librar el desnivel que hay en esta zona. Aquí lo que no conseguimos es ver el trazado ya que está bajo tierra, pero si podemos ver los túneles de entrada y salida.
Seguimos el camino y cuando llevábamos unos 200 metros de bajada, vimos que llegaba el tren. No lo dudamos ni un segundo. En medio de la carretera dimos vuelta, regresamos al parking y aunque no nos dio tiempo a ver cómo el tren entraba en el primer túnel, si lo vimos salir y sí vimos como mientras la locomotora salía por el túnel de abajo, los últimos vagones seguían entrando en el túnel de arriba.
Una obra, sin duda, increíble y maravillosa.
Icefield Parkway sin detenernos
Pero no había tiempo que perder. Aunque los días en las Rocosas Canadienses, en verano, duran muchas horas ya que anoche muy tarde, al pasar de la Columbia Británica a Alberta, hoy, perderíamos una hora, que habíamos ganado días atrás. Aún nos quedaban muchos kilómetros por recorrer hasta llegar al alojamiento en el que nos íbamos a quedar hoy en medio de la Icefield Parkway. Exactamente nos quedaban unos 100 kilómetros por recorrer y algo más de una hora.
La Icefield Parkway es una de las carreteras escénicas más bonitas de Canadá y del mundo. Se trata de la carretera que une el parque nacional Banff con Jasper. Y aunque las ganas no nos faltaban, no queríamos ni podíamos pararnos. Tendríamos tiempo de hacerlo.
Hoy, solo teníamos que recorrer la mitad de esta carretera sin detenernos. Aunque ya os digo que cuesta no hacerlo. El paisaje es tan increíble que los 100 kilómetros volaron y en nada estábamos aparcando delante del que será nuestro alojamiento para esta noche.
Donde alojarse en Icefield Parkway
Durante la preparación de este viaje decidí pasar una noche en el medio del camino. Sabía que teníamos muchas horas de luz, y pese a que en Yoho National Park teníamos muchas cosas para hacer y ver, el que tuviésemos horas de sobra hacía que en lugar de dormir en esta zona de las Montañas Rocosas, lo pudiésemos hacer más cerca de Jasper y aprovechar mucho más el día siguiente.
Esto lo decidimos así porque tendríamos que volver a pasar, sí o sí, por la Icefield Parkway al regresar a Banff, así que mejor adelantar parte del camino en el día de hoy, para así poder vivir esta carretera de forma mucho más pausada y calmada en días siguientes.
Aunque reservar un hotel en esta carretera es complicado, porque no hay muchos y porque el precio no es barato, decidimos hacerlo y como reservamos los alojamientos con mucho tiempo ni fue complicado encontrar habitación ni nos salió excesivamente caro.
El hotel es maravilloso en sí. No solo por las habitaciones, que son espaciosas , las nuestras con dos camas cada una, sino por la situación en el que está. Llegar hasta aquí, bajarte del coche y contemplar de cerca todas las montañas rocosa que te rodean, no tiene desperdicio. Como tampoco lo tiene el levantarte por la mañana con estas vistas que te rodean por completo. No hay nada que pueda pagar esto.
Cenando en Icefield Parkway.
En el hotel en el que nos alojamos es el único punto de toda la carretera escénica en el que tendrás cobertura móvil y donde además podrás repostar. El hotel tiene, además de las cabañas donde pasar la noche, una gasolinera, una tienda con todo lo que puedas necesitar en este momento, además de una tienda de souvenirs y dos restaurantes, uno a la carta y otro más de comida rápida.
Escogimos este último para nuestra cena de hoy, y estuvo bastante bien, tanto de calidad como de precio para donde nos encontrábamos, en el medio de la nada. Pagamos por cenar, 104 dólares canadienses, unos 70 euros al cambio, por las 4 cenas y 4 bebidas.
Una vez se hizo de noche aquí poco más podíamos hacer, así que nos fuimos a nuestras habitaciones a descansar porque el día había sido largo. Además, tocaba volver a madrugar , porque en la mañana siguiente teníamos una reserva hecha para hacer una actividad que no no nos podíamos perder en Jasper National Park.
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