Carreteras escénicas en Yellowstone (Día 2)

De Cascadas y Carreteras escénicas. Saliendo de Yellowstone. Segundo día

Era nuestro segundo día en Yellowstone y aunque, ciertamente, no llevaba un planning muy cerrado de lo que haríamos cada día, lo que hicimos hoy, no lo había pensado, ni planificado y ni siquiera preparado. A veces, en los viajes, las cosas no salen como piensas, por distintos motivos, y lo cierto es que debes adaptarte a cada momento.

Lo que pasó hoy, fue «culpa mía», lo reconozco, pero al final, lo que pudo no salir bien, acabó bien («spoiler») y todo quedará como una simple anécdota del viaje. Pero cuando ocurren cosas así, es cierto que temes lo peor, estando además, fuera de tu zona de confort.

Nuestro primer día en Yellowstone había terminado antes de lo esperado, y nos dio tiempo a disfrutar de un atardecer de cervezas y risas a la luz de la hoguera. Pero sabíamos que no podíamos irnos tarde a dormir. Los días en Yellowstone empiezan muy temprano y antes de que llegase a amanecer por completo, ya estábamos en pie, duchados y listos para empezar un nuevo día en el parque.

Amaneció un día feo, muy feo. La temperatura era muy baja, pero lo peor era que las previsiones del tiempo no eran buenas. De todos los días que habíamos dejado para Yellowstone, 5 en total, este era que peor previsión tenía. Así que, esperando que todo fuese eso, una simple previsión y que no acertasen, decidimos empezar la visita al parque y que todo fuese fluyendo.

La entrada a Yellowstone desde West Yellowstone.

Ya os lo decía en el capítulo anterior, que el camino de entrada a Yellowstone, desde West Yellowstone es una maravilla en si misma. El día anterior ya nos había costado no parar. El paisaje es espectacular. Montañas cubiertas de árboles, grandes praderas surcadas por ríos serpenteantes, y todo, con una luz, que a aquellas tempranas horas de la mañana dejaban estampas de postal.

Ahora, viendo las fotos, he de reconocer que no supe captar la maravilla que es este sitio, pero os puedo asegurar, que igual que os decía en el capitulo anterior, no hay nada que veréis en una foto, en un blog, o en un video, que se pueda asemejar en nada, a todo lo que se vive y se siente en el interior de este parque nacional.

The Madison Elk Herd

No sería la primera vez que pararíamos en esta zona, ni en el día de hoy, ni en lo que nos quedaba de viaje.

Unos paseos en la heladora mañana nos abría los pulmones, despejaba nuestro cuerpo y nos preparaba para lo que iba a venir.

El entorno invitaba a parar cada poco, en cada mirador, y simplemente, contemplar lo que teníamos enfrente.

Ya desde este día nos empezó a llamar la atención la cantidad de pescadores que hay en los ríos y de Yellowstone. Y es que uno de los motivos de que se encuentre tan mal alojamiento dentro del parque, es que muchos estadounidenses, reservan de un año para otro, y pasan cada temporada vacacional aquí, disfrutando de los paisajes sin más, pescando o haciendo actividades que seguro que muchos de los turistas que visitamos el parque de fuera del país (e incluso de dentro) no haremos jamás.

Firehole Falls Road de Yellowstone

Un cielo, cada vez más negro, amenaza con ponerse a llover de un momento a otro. Con esta previsión tan mala y con este cielo tormentoso, no teníamos muy claro que hacer ni hacia donde tirar. Por el momento no llovía, así que cuando llegamos al cruce de Madison decidimos empezar el día recorriendo Firehole Falls Road.

Firehole Falls Road es una carretera de único sentido y de algo más de 3 kilómetros, que además de llevarnos por unos parajes increíbles, nos permitirá ver una de las cascadas de Yellowstone, las Firehole Falls. Además, en esta carretera, encontrarás una zona de acceso al río, donde está permitido el baño. Nosotros lo encontramos cerrado, aunque tampoco es que con estas bajas temperaturas apeteciese mucho un baño.

Las Fireholle Falls son el resultado de la caida del río Firehole, entre los huecos de grandes acumulaciones de lava (de más de 200 metros de altura), que dan como resultado unas cascadas de unos 12 metros.

En este río, encontramos también unas pozas donde está permitido el baño. Junto con el «Río que Hierve» del que hablamos en al capítulo anterior, son las dos únicas zonas del Parque donde está permitido el baño.

Pese a su nombre «Firehole» el agua no es caliente como en el anterior. Así que prepárate para encontrar una poza de agua frío. Más si como nosotros, vienes en esta época del año, donde apetece más un café caliente que un baño en un río helado.

Si vienes a Yellowstone en temporada de verano, con más altas temperaturas, es una actividad que no deberías pasar de largo.

Gibbon Falls de Yellowstone

Cuando terminamos la visita a Firehole Falls y viendo que hacia el norte parecía que estaba más despejado que si seguíamos al sur, tomamos la decisión de ir rumbo norte. Aunque lo habíamos hecho la jornada anterior y nuestra intención no era repetir el norte, puesto que la visita a Lamar Valley se nos había quedado corta por las obras en la carretera, decidimos ir hasta allí, seguir la carretera de Lamar hasta el final y llegar a comer a Cooke City. Cooke City es el pueblo que se encuentra más cercano a la entrada Noreste de Yellowstone.

Como tampoco teníamos muy claro cuando se iba a poner a llover, por el camino hicimos otra pequeña y rápida parada en las Gibbon Falls.

Las Cataratas Gibbon se encuentran en la carretera que va desde el cruce de Madison hasta Norris Geyser Basin. Se encuentran muy cerca de la carretera y la visita te llevará muy poco tiempo.

Las Gibbon Falls tienen una caída de agua de unos 25 metros de forma gradual.

Hay un parking donde dejar el coche al pie de la parte alta de las cascadas, pero te recomiendo seguir la carretera hacia abajo para tener una perspectiva diferente y más panorámica.

Un café en medio del camino

Nada más salir de las Gibbon Falls, buscamos un merendero donde poder ir al baño y tomar el café de media mañana que ya necesitábamos. Lo hicimos al poco de salir, y no sabéis lo bien que sienta un café calentito, en el medio de la naturaleza exuberante de Yellowstone sin ni una persona más alrededor. Allí si que se respiraba tranquilidad.

Quizá fuese por la lluvia, pero hoy era un día tranquilo en Yellowstone.

Continuamos hacia el norte, con intención de ir huyendo de las nubes negras que se veían hacia el sur. Seguimos dirección Canyon Village y de ahí, subimos hacia Tower Juntion para acceder al Valle de Lamar.

Pero antes de llegar hicimos una parada más con intención de visitar otras cascadas.

Tower Fall y la tormenta de granizo

Antes de llegar a Tower Juntion, hicimos una parada en un General Store con intención de tomar otro café y hacer la pequeña ruta hacia el mirador de Tower Falls.

Aquí había ya más gente que en todo lo que llevábamos de día, pero no es de extrañar, ya que la mayoría estaba comprando chocolate o café.

Cuando estábamos a punto de empezar la caminata, empezamos a notar que caían gotas de cuando en cuando y antes de empezar algo que nos hiciese arrepentirnos, decidimos esperar un rato a ver qué pasaba. Y menos mal que lo hicimos, porque se desató el diluvio universal.

Bajó, además, considerablemente de la temperatura.

Nos refugiamos en la tienda, aprovechamos para dar unos paseos y comprar algunos recuerdos. Como aquello parecía que no iba a parar, pedimos un chocolate y un café y nos acomodamos en una mesa. Era exterior, pero al menos no nos llovía encima y podíamos estar tranquilamente, viendo como llovía y tomando algo caliente.

No tenía pinta de parar, así que la siguiente decisión fue comer, para quitarnos al menos algo de en medio y si despejaba tener todo el tiempo disponible. Fue Rubén el que se acercó a buscar al coche, bajo aquel diluvio, la nevera de corcho con la comida.

Y fue cuando empezamos a comer nuestro bocadillo cuando empezó a granizar. No nos podíamos creer lo que estábamos viendo. ¡Granizando! En menos de 24 horas habíamos pasado por un sol abrasador e ir en camiseta a estar muertos de frío y ¡Granizando!. Así es Yellowstone y hay que tenerlo en cuenta. Al menos nosotros habíamos dejado días suficientes, y sabíamos que esto no nos iba a impedir ver todo lo que queríamos ver en el parque. Seguimos degustando nuestro bocadillo y esperando a ver si escampaba.

El Valle de Lamar hasta Cooke City.

Cuando parecía que el sol aparecía por el sur, decidimos recogerlo todo y ponernos en marcha. Dejamos atrás Tower Falls y ni siquiera intentamos la visita, por si acaso. Aprovechando que parecía que había dejado de llover y que si llovía era mejor estar en el coche que haciendo una ruta, pusimos rumbo al Valle de Lamar.

Esta vez tuvimos más suerte. Las obras seguían con lo que las retenciones por obras también, pero a diferencia del día anterior había menos tráfico y por lo tanto avanzábamos más rápido.

El tiempo nos estaba dando una tregua, lo que nos permitió hacer alguna que otra parada por el Valle de Lamar.

El mayor atasco que vivimos en el día de hoy, no fue precisamente por las obras, sino por un cruce de una manada de bisontes. Allí estuvimos contemplando la escena y esperando pacientemente.

Estábamos viendo una actividad de bisontes mucho mayor en el día de hoy, así que avanzábamos muy lento, además, íbamos haciendo bastantes paradas, lo que también ralentizaba el tiempo.

Pudimos recorrer el Valle de Lamar en toda su longitud lo que nos permitió verlo en todo su esplendor. Además, el tiempo nos dio una tregua y estábamos maravillados con esos paisajes, montañas, valles, el río que lo surcaba todo y millones de bisontes pastando a su aire.

No conseguimos ver un oso, pero aún así, no estábamos nada defraudados, el paisaje lo era todo y disfrutamos a cada minuto y con cada parada que hacíamos.

La difícil decisión. Llegada a Cooke City.

Cuando terminamos el Valle de Lamar, y visto que las nubes negras estaban por detrás de nosotros, decidimos continuar hacia Cooke City. En principio con intención de parar a tomar algo y después regresar.

Antes de llegar a Cooke City, hicimos una parada. Ya que el cartel de entrada a Yellowstone de Yellowstone West, estaba siempre abarrotada de gente, aprovechamos para hacer una parada en el cartel de Yellowstone de la entrada Noreste. Aquí estábamos solos, así que pudimos hasta sacar fotos en medio de la carretera. No pasaba ni un solo coche.

Al llegar a Cooke City, que nos pareció un pueblo tranquilo, de poquitas casas agolpadas a lo largo de un tramo de carretera, tomé una decisión que nos hizo cambiar todos los planes y casi que quedarnos tirados en el medio de la nada.

Como las nubes negras seguían en dirección al parque, recordé que en una ocasión había planeado una visita a unas carreteras escénicas en el exterior de Yellowstone. Estas carreteras recordaba que estaban saliendo de Cooke City, y que enlazaban, por las montañas, hasta llegar a Cody. Se lo planteé a mis compañeros de aventura y todos dijimos: Si. El problema es que como no teníamos cobertura en esos momentos no sabíamos cuanto nos iba a llevar, pero no recordaba que fuese mucho. Error.

La carretera escénica 296.

Tras salir de Cooke City atravesamos un bosque precioso, y al rato entramos de nuevo en el estado de Wyoming. Seguíamos sin cobertura. Eso si, conseguimos encontrar la desviación que nos decía que entrábamos en la carretera escénica 296.

A partir de aquí empezó nuestra pesadilla. Vimos el primer cartel que indicaba lo que quedaba para Cody City, y nos llevamos un buen susto. Ahora no recuerdo lo que ponía la señal, pero si os puedo decir, que desde Cooke City hasta Cody City, enlazando la carretera escénica 296 con la 120, son más de 120 kilómetros. Nos dimos cuenta además que la carretera era de montaña. Un gran desnivel y muchas curvas. Eso hizo que el nivel de gasolina fuese bajando rápidamente y lo que parecía que nos iba a dar para muchos kilómetros empezamos a ver que no nos daba para mucho en este entorno.

Nos quedamos mudos. Y no, no hicimos ni una sola parada. Ascendimos por la carretera escénica 296, mientras de cuando en cuando nos caía un chaparrón. Cayados, mudos, cada uno metido en sus pensamientos pero todos rezando para poder llegar a Cody. Porque además, no solo es que no hubiese gasolineras hasta allí, es que veíamos pasar ni un solo coche.

Al rato tuve cobertura y ya me di cuenta del error.

No solo nos esperaban 120 kilómetros hasta Cody. Es que después desde Cody a Yellowstone West nos quedaba otra buena tirada. Vaya, que nos habíamos equivocado al 100%

Es una pena que no pudiésemos aprovechar las vistas de la carretera, aunque también puedo decir, que aunque escénica tampoco nos pareció nada del otro mundo. Vaya, que nos estábamos llevando el susto de nuestra vida por algo que tampoco veíamos tan espectacular.

Carretera escénica 120.

La carretera escénica 296 dio paso a la 120 y el paisaje montañoso y lleno de bosque, dio paso a un paisaje mucho más desértico o al menos con más pradera que a estas alturas del año lo teñía todo de tonos amarillos. Íbamos despacio, no queríamos gastar combustible, y con un nudo en la garganta. Pero poco a poco veíamos, que aunque muy justos, llegaríamos a Cody.

La llegada a Cody.

Y si, llegamos a Cody. Y ya a la entrada del pueblo busco una gasolinera, la primera que tengamos en la ruta, y allí nos fuimos directos. Y tan agobiados íbamos con la situación que ni siquiera paramos a tomar un café. Decidimos continuar porque aún nos quedaba un buen rato para entrar en Yellowstone y más aún para llegar a West Yellowstone. Teníamos que atravesar todo el parque.

Y os puedo decir que la carretera de acceso a Yellowstone desde Cody City, nos gustó mucho más que las carreteras escénicas que habían sido las culpables de que casi nos quedásemos tirados en el medio de la nada.

Cambiamos de conductor y seguimos, sin casi parar, hasta Yellowstone.

Y si todo esto tuvo algo de bueno, por si podemos sacarle la parte positiva, es que llenamos el depósito de gasolina a un precio mucho más bajo que lo que hubiésemos pagado en West Yellowstone.

No hicimos ninguna parada más. Como estaréis viendo, desde la hora de la comida, casi, no nos bajamos del coche, salvo en algunos miradores del Valle de Lamar, ni siquiera cuando entramos de nuevo en Yellowstone y desde esa posición se divisaba la enorme caldera que da lugar al Lago de Yellowstone.

Nuestro primer paso por Hayden Valley

La luz bajaba muy rápido. No queríamos entretenernos nada porque llegaríamos muy tarde a Yellowstone west y conducir de noche por estas carreteras no es lo más aconsejable. Así que el primer paso que hicimos por Hayden Valley fue rápido, aunque sí tuvimos que hacer una parada.

Hayden Valley es otra de las zonas de Yellowstone donde, al igual que el Valle de Lamar, se puede ver mucha vida salvaje. Tuvimos que hacer una parada porque vimos mucha gente parada, con prismáticos, y no pudimos resistirnos.

Se trataba de un alce o lo que aquí se conoce como Elk. Un ciervo canadiense. Estaba bastante lejos, pero nos emocionaba igualmente, porque era la primera vez que veíamos uno en Yellowstone. Allí estuvimos un rato, pero no podíamos entretenernos mucho, ya que nos quedaba un largo trayecto, aún, hasta nuestro alojamiento en West Yellowstone.

Atardecer en Yellowstone. Los alces.

El único momento en toda la tarde en la que aparcamos el coche y nos bajamos todos, fue cuando salíamos de Yellowstone por la carretera que nos lleva a West Yellowstone. La luz estaba cayendo a gran velocidad y el cielo se tornaba de muchos colores.

Vimos que había mucha gente parada al lado de la carretera y decidimos parar. A ver si había suerte y este día que habíamos tenido de tan mala suerte hacía que todo se compensase viendo un oso. Pero no, lo que si vimos fue unas hembras de alce, que primero estaban sentadas y después decidieron meterse al agua y cruzar el río. Desde luego, algo bueno nos tenía que deparar el día de hoy, y este momento fue de lo más especial del día.

Cenando en Timberline Cafe, de West Yellowstone.

Y para rematar del día, decidimos darnos un buen homenaje y nos fuimos a probar hamburguesas de alce al Timberline Cafe de West Yellowstone. Donde pagamos un total de 83 dólares por 4 hamburguesas y 4 limonadas.

Y así, dimos por concluido un día lluvioso en Yellowstone. Solo esperábamos que este fuese el peor de los días y que al día siguiente tuviésemos más suerte para permitirnos ver todo lo que aún nos quedaba por ver en Yellowstone, que era la mayoría. ¿Tendríamos suerte? Pues para eso tendremos que esperar a los siguientes días.

Mi video de Yellowstone y Grand Teton en 9 días.

Primer tramo del viaje, por si lo queréis hacer más visual, os lo dejo en youtube.