La Fábrica de Schindler

Tour guiado por la fábrica de Schindler en Cracovia

Visitar la conocida Fábrica de Schindler en Cracovia es algo imprescindible que hacer en la ciudad. Y para hacerlo bien, es fundamental hacerlo guiado, con un guía experto que te explique todo lo que estás viendo y viviendo. La fábrica de Schindler y la historia de Oskar Schindler se hizo conocida gracias a la película de Steven Spielberg «La Lista de Schindler». Gracias a esta película, todo el Barrio Judío de Cracovia, y la Fábrica de Schindler adquirieron un importante valor turístico, motivo por el que en el año 2007, la fábrica pasa a ser un gran museo.

Habíamos pasado toda la mañana visitando el Barrio Judío, situado en la antigua ciudad de Kazimierz, y el gueto judío, situado en la antigua ciudad de Podgórze. Lo hicimos a través de un free tour por el Barrio Judío que fue de lo más interesante. En él aprendimos mucho sobre lo que vivieron los judíos durante la II Guerra Mundial, y cómo sufrieron y qué vivieron muchos antes de ser llevados a campos de concentración como el de Auschwitz-Birkenau, del que nunca volvían a salir.

La Visita a la Fábrica de Schindler

En el edificio original donde se ubicaba la Fábrica de Oskar Schindler, actualmente hay dos museos: uno de arte moderno, el MOCAK y el propio Museo de la Fábrica de Schindler. El interés y el que nosotros recomendamos visitar es el Museo de la Fábrica de Schindler, que alberga una exposición muy bien organizada titulada Cracovia bajo la ocupación nazi 1939-1945. Es decir, no se visita la antigua fábrica en sí, sino que haremos un repaso a todo lo que ocurrió durante los años del holocausto judío y lo que supuso para la población polaca.

De repente me di cuenta que teníamos que vivir entre muros. Me asusté tanto que rompí a llorar

Roman Polanski a la edad de 8 años.

Oskar Schindler, ¿Quién era y por qué se hizo famoso?

Oskar Shindler era un empresario alemán que en 1936 entró a formar parte del Servicio de inteligencia nazi. Cuenta que lo hizo porque necesitaba dinero, ya que ya por aquel entonces tenía un problema de alcoholismo, que se acrecentó durante los años que perteneció o tuvo relaciones con el gobierno nazi, y que le acompañó hasta su solitaria muerte.

Nació en Moravia, actual República Checa, que por entonces pertenecía al imperio austro-húngaro. Cuando se hizo espía se trasladó a Breslavía, aunque no sería esta su sede real, ya que una de sus misiones era el espionaje sobre los trazados férreos. Viajó por distintas zonas de Europa hasta que en 1939 llega por primera vez a Cracovia y un mes después se compró un apartamento.

En Cracovia salvó la vida a unos 1100 judíos, y por ello se le ha reconocido como un auténtico héroe.

La realidad es que se hizo famoso gracias a la película «La lista de Schindler», aunque era muy conocido entre la población judía, y no solo de Polonia. Fue el único integrante del partido nacional socialista alemán (comúnmente conocido como «nazi») al que se le levantó un monumento en Israel.

Nada en mi trabajo me ha hecho sentir tan orgulloso y realizado como «La lista de Schindler«

Steven Spielberg

La historia de la Fábrica de Schindler

Cuando da comienzo la II guerra Mundial y el gobierno nazi despoja a los judíos de todas sus pertenencias y de todos sus derechos, Schidler se interesó por una fábrica de esmaltados arrebatada a los judíos. Con ayuda económica de estos adquirió la fábrica, de forma que tenía libertad de actuación sobre ella y no dependía de los nazis. De esta forma empezó a emplear a judíos, una mano de obra que era muy barata.

La fábrica tomó el nombre de Fábrica Alemana de Esmaltados—, aunque pronto pasó a ser conocida como «Emalia». En su época de mayor esplendor, llegó a emplear a más de 1750 personas, de las que unas 1000 eran judías.

Conocía a la gente que trabajaba para mí. Cuando conoces a la gente, tienes que tratarla como seres humanos.

Oskar Schindler

Pronto se convirtió en una fábrica de utensilios de cocina y armamento, una forma de garantizar que nadie se la cerrase por considerarse esencial para la guerra.

Aunque en un principio los utilizó como mano de obra barata, con el paso del tiempo luchó por ellos, por salvarles la vida a todos y cada uno de sus trabajadores.

El 1 de Agosto de 1940, Hans Frank promulgó un decreto por el que todos los judíos debían abandonar Cracovia y sólo aquellos que pudiesen trabajar duramente o tuviesen un trabajo relacionado con la guerra se podían quedar. Como os conté en el artículo «El Barrio Judío de Cracovia«, los 15.000 judíos que quedaron en la ciudad, fueron «encerrados» en lo que pasó a ser el gueto de Podgorze. Los trabajadores de la Fábrica de Schindler acudían cada día a trabajar desde el gueto.

Para evitar que «sus judíos» fuesen deportados a campos de concentración, Shindler utilizaba la técnica del soborno.

A su muerte en 1974, en soledad, separado de Emilie y alcohólico, el Estado de Israel le honró como un héroe. En su tumba en Jerusalén figura la inscripción «el inolvidable salvador de las vidas de 1.200 judíos perseguidos»

Yo no era nazi, Hitler no me gustaba. Mi marido entró en el partido, tuvo que ingresar. Quien no lo hacía no tenía posibilidad de progresar, pero no era hitleriano»

Emilie, mujer de Oskar Shindler

El museo de la Fábrica de Schindler

El museo como tal cuenta con una exposición permanente titulada Cracovia bajo la ocupación nazi 1939-1945. En el museo se consigue captar las penalidades que tuvieron que pasar los miles de judíos deportados a campos de concentración, como el de Auschwitz-Birkenau que visitamos unos días atrás. En cada una de las salas se recrea un escenario distinto de todos los duros momentos vividos a lo largo de los años de la guerra. Incluso se recrean algunas de las calles del interior del gueto de Podgorze.

Cada sala cuenta una historia: la de un vagón de tren, una estación, una peluquería, un campo de trabajo, y así hasta 45 lugares distintos. A través de la imagen y el sonido consiguen transportarnos a aquellos duros momentos que vivieron los judíos desde la ocupación nazi en el 1939 hasta la liberación en 1945. En todo este viaje por el museo pasaremos por todo este periodo y por cada uno de los difíciles y tortuosos momentos vividos en el Polonia ocupada.

Odiaba la brutalidad, el sadismo y la locura del nazismo. Simplemente no podía quedarme y ver a la gente destruida. Hice lo que pude, lo que tenía que hacer, lo que mi conciencia me dijo que debía hacer. Eso es todo al respecto

Oskar Shindler

Podremos ver además el despacho del Oskar Shindler, decorado con un gran mapa de Europa.

La visita al Museo es una forma de hacer un recorrido por estos años, y transportarte a esa época.

En mi opinión: Creo que es uno de los lugares imprescindibles en la visita a Cracovia. Pero es esencial hacerlo con un guía que te explique cada cosa, sino es complicado que puedas apreciar la mayoría de lo que ocurre allí dentro.

El final de la fábrica y de la historia de Shindler.

Tras la liberación de Polonia por el ejercito ruso, Oskar y su mujer Emilie, emigraron a Buenos Aires.

Durante los 50 años siguientes, la fábrica fue utilizada por una empresa de Telecomunicaciones. Posteriormente fue adquirida para convertirla en museo.

Entre tanto Oskar y su mujer, en Argentina, se dedicaron a varios negocios. En 1957, Oskar regresó a Alemania y nunca volvió a Argentina. Falleció en 1974 victima del alcoholismo que sufría, a los 66 años de edad.

En 1967, el gobierno israelí le concedió el título de «Justo entre naciones», que se le da a aquellos no-judíos que lucharon durante la guerra por ellos.

Por petición propia, Shindler fue enterrado en Jerusalen.

En el punto final de la exposición se pueden ver las fotografías de los judíos que aparecen en «La Lista de Shindler». Podréis observar que algunos huecos están vacíos. Nos cuentan que mucha gente aprecia lo que ha hecho Oskar, sin embargo otros ponen muchas pegas a lo que hizo, y a que todo no era tan bueno como parece. Por eso, muchos de ellos, o sus descendientes, prefieren no salir aquí.

El barrio judío de Cracovia convertido en barrio bohemio y chic.

Actualmente el barrio judío de Cracovia se ha convertido en un lugar de moda. Aquí veremos buenos restaurantes, bares originales, y es un buen lugar para disfrutar de una noche de cena y copas. Dicen que además en un buen lugar para vivir.

Nosotros decidimos probar para cenar el zapiekanki que no habíamos probado por la mañana (aunque sí os hablé de él). Ahora el tiempo había mejorado. Había dejado de llover y aprovechamos para probarlo. Una cena contundente, sin duda. Merece la pena que lo probéis porque está muy bueno, alimenta, y es barato.

Tras esta cena rápida en la Plaza Nueva del Barrio Judío de Cracovia, nos fuimos a tomar algo en uno de los bares próximos. Aunque lo intentamos en el Singer, decorado con mesas de máquinas de coser, no había ni un solo sitio donde sentarse. Lo intentamos entonces con Alchemia od Kuchni, donde han mantenido la forma original de una casa del barrio judío de Cracovia, y donde podrás pasar de salón en salón a través de los armarios.

Tomamos unas cervezas, entramos en calor, y cuando ya se hizo tarde regresamos al hotel. Dimos por concluido un largo día en Cracovia y con él nuestra visita de 3 días a la ciudad.